Adiós a 80 años de frustraciones

España se estrena por fin en el 'Club de los Campeones' y coloca a Europa con más títulos que Sudamérica

La Copa del Mundo, expuesta sobre el césped del Soccer City de Johannesburgo.
J. A. Diego · S. Fest / Johannesburgo

12 de julio 2010 - 05:02

España dejó atrás ochenta años de frustraciones para convertirse en el octavo socio del Club de los Campeones en el Mundial más ruidoso de la historia, que ha puesto a Europa por delante de Sudamérica en número de títulos.

¡Bienvenida, España! Uruguay, Italia, Alemania, Brasil, Inglaterra, Argentina y Francia sumaron ayer una silla a la elitista mesa que compartían. Un club que no aceptaba nuevos miembros desde 1998. Francia, campeona en su casa hace 12 años, había sido el último miembro en sumarse a la exclusiva lista .

Con el ingreso de España, prácticamente todas las grandes potencias del fútbol saben lo que es alzar el trofeo de campeón mundial. Holanda, la otra que no lo hizo aún, se vio frustrada ayer con su fútbol antiholandés y tendrá que esperar al menos hasta Brasil 2014.

Ser campeón mundial es un trabajo sumamente complejo y que requiere de un gran talento futbolero, de ahí que sólo ocho países se hayan repartido hasta ahora los 19 trofeos disputados. Uruguay fue el primero en 1930 ganando el Mundial disputado en su país, pero Italia sumó ventaja para Europa con dos títulos consecutivos en Italia 34 y Francia 38.

Tras el impasse por la II Guerra Mundial, Uruguay se convirtió en bicampeón en Brasil 50 protagonizando el Maracanazo, una de las grandes sorpresas de la historia.

Cuatro años después Suiza 54 ofrecería el milagro de Berna, primer capítulo de una saga alemana que sumaría otros dos. Brasil se sacó finalmente las ganas en Suecia 58, la gran aparición de O Rei Pelé, y repetiría en Chile 62.

Inglaterra 66, Mundial en la cuna del fútbol, vio a los locales batir a Alemania en una final con eternos ribetes polémicos por el gol fantasma de Hurst.

México 70, uno de los Mundiales de mejor fútbol y de los más recordados, coronó tricampeona a Brasil y agigantó el mito de Pelé.

Alemania 74 le dio el segundo título a la selección germana y la primera frustración a Holanda, una Naranja Mecánica que, menos espectacular, cuatro años más tarde volvería a caer en la final de Argentina 78, escenario del primer título albiceleste.

España 82 le dio el título a la Italia de Paolo Rossi y México 86 vio a un sublime Diego Maradona arrastrando a la Argentina rumbo al bicampeonato.

No hubo tercer título argentino en Italia 90, sino tercera estrella bordada en la camiseta alemana. Brasil, tras 24 años de espera, se consagraría con Romario y Bebeto tetracampeón en Estados Unidos 94, el primer Mundial en nuevos territorios, es decir, lejos de Europa y Sudamérica.

Francia 98 le daría su primer título mundial a los bleus de Zinedine Zidane y compañía, y Brasil llegaría al penta en el primer Mundial combinado, Corea del Sur y Japón 2002.

Italia, en Alemania 2006, sumó su cuarto título y dejó abierta la espera por cuatro años. La espera se cerró ayer: España es, por fin, verdaderamente grande.

Las lágrimas que al final del partido inundaron el rostro de Casillas reflejaron la emoción de todo un país que durante un mes vivió pendiente de su selección hasta contemplar el éxito más resonante del deporte español, que había hollado todas las cimas con la única excepción de la Copa del Mundo de fútbol.

Con una media mediocre de 2,29 goles por partido, y eso que Portugal le endosó siete a Corea del Norte, el Mundial ha rebajado el espectáculo ofensivo en favor de un criterio resultadista.

Argentina y Holanda, los únicos que ganaron sus tres partidos, despertaron admiración en la primera fase, pero sólo la selección oranje mantuvo su impecable trayectoria victoriosa en su camino hacia la final. En la fase del KO dejó fuera a Eslovaquia, Brasil y Uruguay.

El equipo de Maradona, que contaba en sus filas con el jugador FIFA y el Balón de Oro del 2009, Leo Messi, cayó con estrépito ante Alemania en cuartos (4-0), y Brasil, eterno favorito, se fue a casa en la misma fase contra Holanda (2-1), poniendo fin a un proyecto Dunga pensado para ganar sin concesiones al jogo bonito.

Alemania, con el tercer equipo más joven de los 32, dejó una gran impresión hasta que se topó con España en semifinales.

La guerra de continentes parecía decantada del lado sudamericano hasta cuartos de final, pero Brasil, Argentina y Paraguay emprendieron la retirada al contacto letal con Holanda, Alemania y España, dejando solo a Uruguay para dirimir las semifinales frente a las tres potencias europeas.

Con el título asegurado, Europa adelantaba a Sudamérica (10-9) en el recuento general de Copas.

África no estuvo a la altura de su primer Mundial, salvo por Ghana, dignísima hasta caer en cuartos por penaltis frente a Uruguay.

La polémica arbitral, la molesta vuvuzela y el pulpo Paul fueron los otros protagonistas de la Copa del Mundo, que regresará en cuatro años en Brasil, el país que hizo del fútbol una religión.

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