Adiós a Carmen Valero, considerada mejor atleta española del siglo XX
Obituario
Fue dos veces campeona del mundo de campo a través en los años 1976 y 1977 y la primera atleta olímpica española
María Pérez, campeona del mundo de 20 kilómetros marcha
Álvaro Martín, primer campeón del mundo en Budapest en los 20 kilómetros marcha
Carmen Valero Omedes, doble campeona del mundo de campo a través en los años 1976 y 1977 y primera atleta olímpica española, falleció este martes como consecuencia de un derrame cerebral sufrido la pasada semana y por el que estaba ingresada en cuidados intensivos.
Ganadora de las tres únicas medallas mundialistas de cross femeninas españolas (dos de oro y una de bronce), nació en Castelserás (Teruel) el 4 de octubre de 1955 y falleció este 2 de enero de 2024 en Sabadell, localidad barcelonesa en la que residía.
Aunque nació en Aragón, sus padres se trasladaron a Cerdañola, una población cercana a Barcelona, cuando ella tenía quince días, donde vivió hasta que la familia se trasladó a Sabadell para que ella pudiera seguir la práctica deportiva.
Decidió no continuar los estudios y comenzó a trabajar como dependienta en la tienda de material deportivo que regentaba su entrenador de toda la vida, Josep Molins, fallecido en marzo de 2023.
Cuando tenía doce años corrió la Jean Bouin, mítica prueba de Barcelona, con el nombre de Teodora Rodríguez, una amiga un año mayor que ella, que sí podía competir en la categoría senior.
Su primera actuación de relieve en el campo internacional fue en el Cross de las Naciones de Cambridge de 1972, cuando tenía dieciséis años, antecedente de los Mundiales de campo a través. Fue trigésimo primera y única competidora española. Al año siguiente fue vigésimo quinta en la prueba y novena en la edición de 1974.
En el Mundial de campo a través de Rabat (Marruecos) de 1975, la española consiguió el bronce, a sólo un segundo de la plata y a seis del oro de la estadounidense Julie Brown.
El 28 de febrero de 1976 conquistó el oro del Mundial de cross de Chepstow (Gales), aventajando a la legendaria soviética Tatiana Kazánkina en veinte segundos, y al año siguiente revalidó la corona de campeona en Düsseldorf (Alemania) por delante de las soviéticas Lyudmila Bragina y Giana Romanova.
En su séptimo y último Mundial, el de 1978, fue décima, y siempre en este campeonato fue la mejor clasificada de los españoles.
Carmen Valero consiguió la cifra récord de ocho títulos nacionales de campeona de cross (1973, 1974, 1975, 1976, 1977, 1978, 1981 y 1986) y compatibilizó las pruebas de campo con las de medio fondo de pista.
Bajo techo fue campeona nacional de 1.500 en los años 1973 y 1977 y al aire libre dominó durante años las distancias de 800, 1.500 y 3.000. En el 800 sumó tres Campeonatos de España (1974, 1975 y 1976), en el 1.500 siete entorchados consecutivos (1972 a 1978) y cuatro en el 3.000 (1974, 1975, 1976 y 1978).
En varias ocasiones rebajó distintos récords nacionales, teniendo como mejores tiempos históricos: en 800 (2:04.12, en Zúrich, el 10 de julio de 1976), en 1.500 (4:08.34, en Düsseldorf, el 8 de junio de 1976) y del 3.000 (9:00.9, en Sittard, el 18 de junio de 1978).
Valero fue bronce en los 1.500 de los Juegos Mediterráneos de Argel (1975) y en los Juegos Olímpicos de Montreal de 1976 fue la primera atleta española en competir en citas olímpicas siendo además la única atleta de la expedición. Participó en el 800 y el 1.500, aunque cayó en ambas en las series eliminatorias, si bien en la segunda hizo 2:06.14, que fue récord nacional.
Las lesiones de 1979 la alejaron de la competición y al año siguiente sólo compitió por su club, el Joventut Atlètica Sabadell. Regresó en 1981, entonces bajo la dirección de su marido, José Antonio Mellado, y ganó el nacional de cross en el hipódromo de La Zarzuela, en el que tuvo unas diferencias con el presidente de la Federación, Juan Manuel de Hoz. En diciembre de ese año anunció su retirada de la competición, por las lesiones y conflictos con la Federación. En 1983 nació su hija, Carmen.
Años después, en 1985, volvió a competir y logró el Campeonato de España de 5.000 en agosto de 1986. Ese último año se anotó la Jean Bouin y la San Silvestre Vallecana.
Carmen Valero completó su palmarés con cuatro victorias en el Cross Internacional de San Sebastián y seis ediciones del Cross Internacional de Cataluña Ciutat de Granollers.
Pese a su exitoso palmarés en su nueva etapa, en marzo de 1987 acusó a la Federación de no convocarla para los Mundiales de Cross de Polonia, pese a haber ganado esa temporada a cinco de las seis pruebas que hizo. Puso punto y final a su carrera en alta competición, siendo un total de 25 veces internacional.
Con la llegada de José María Odriozola a la presidencia de la Federación Española de Atletismo, en enero de 1989, Carmen Valero se incorporó a su directiva e intervino como jefa de expedición en distintas competiciones. Desempeñó el puesto durante cuatro años.
Siguió ligada al deporte como miembro de la directiva del CN Sabadell, en el que llegó a ocupar el puesto de vicepresidenta, y además trabajó en un banco.
Tras su retirada continuó participando en pruebas a nivel popular. Por ejemplo, corrió su primer maratón en Nueva York en 1999 (3 horas y 13 minutos) y el segundo en Madrid de 2001.
Entre los muchos reconocimientos que recibió se encuentran la medalla de honor de la Federación Internacional (IAAF), en diciembre de 1987; en febrero de 2001 fue elegida mejor atleta española del siglo XX de la Asociación Española de Estadísticos de Atletismo, galardón que compartió con Fermín Cacho; en noviembre de 2001 le fue concedida la medalla de plata de la Real Orden al Mérito Deportivo; y posee una de las medallas de la Noche de los Forjadores de la Historia Deportiva de Cataluña (2003).
Recibió el premio de Mejor Deportista Español del diario "Mundo Deportivo" (1973, 1975, 1976 y 1977) y fue la impulsora para que la localidad tinerfeña de La Laguna pusiera en marcha su San Silvestre (1982).
Una de las últimas apariciones públicas de Carmen Valero se produjo en mayo de 2023, en el IV Memorial Miguel de la Quadra-Salcedo, disputado en la pista de ceniza de la Universidad Complutense de Madrid, en la que se la rindió un homenaje por parte de la Asociación Española de Estadísticos del Atletismo, que le eligió mejor atleta femenina del siglo XX.
Falleció el 2 de enero de 2024 como consecuencia de un derrame cerebral sufrido días antes y por el que estaba ingresada en cuidados intensivos.
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