La historia como meta volante
Un siglo cuesta arriba | Crítica
En este libro de Ramón Usall se unen ciclismo, historia y política en una misma y larga etapa vinculante a través del convulso siglo XX
La ficha
Un siglo cuesta arriba. Historia popular y política del ciclismo. Ramón Usall. Altamarea. 248 páginas. 20,90 euros
En la Vuelta Ciclista a España de 1988 el movimiento independentista canario, liderado por el hoy fósil Antonio Cubillo, quiso boicotear con chinchetas el paso de la carrera para protestar: Canarias era una colonia española y reivindicaba su ser africano. Por otra parte, ¿sabía usted que la idea de organizar la Vuelta a España surgió en 1935 del periódico derechista Informaciones? ¿Sabía que el bilbaíno Excelsior fue el primer diario deportivo español que ideó la primera Vuelta al País Vasco en plena dictadura de Primo de Rivera y que, pese al guiño euskaldún de la cita, de entre sus impulsores estuvo Jacinto Miquelerena, coautor del Cara al sol? ¿Sabía que en la muy ciclista y republicana Éibar se disputó en 1932 el llamado Gran Premio República?¿Y sabía usted que la Volta a Catalunya es la ronda más antigua tras el Tour y el Giro de Italia?
Todos estos datos curiosos y enciclopédicos se leen en este libro de Ramón Usall: Un siglo cuesta arriba. Historia popular y política del ciclismo. Pese a su inclinación ideológica por la siniestra, el autor vincula interesantísimos datos históricos asociados al Tour, el Giro y la Vuelta. En 1903 el Tour nació por iniciativa del diario L’Auto, escisión de Le Veló, provocada por una polémica con los anunciantes a raíz del caso Dreyfus. De entre sus muchas ediciones, se recuerda aquí el Tour de 1936, coincidiendo con el triunfo electoral en Francia del Frente Popular (a su paso, los obreros saludaban a los ciclistas puño en alto y la edición coincidió, a su vez, con el estallido de la guerra civil española). En Italia, a iniciativa de la Gazzetta dello Sport, surgió el Giro en 1909.
En el Tour de 1938, Usall cuenta cómo Mussolini presionó al gran ciclista Gino Bartalli para que ganara la rueba como demostración de la raza italiana. Conservador y piadoso católico, pero nunca afín al fascismo, Bartalli lo ganó y, tras librar del exterminio a muchos judíos italianos durante la guerra, volvió a ganar el Tour en 1948. Fue la alegría que salvó a Italia de un estallido civil en lo peor de la posguerra. ¿Y qué ocurrió en 1971, el Giro de los anni di piombo y de los sucesos ocurridos en el velódromo milanés de Vigorelli? Todo esto y muchísimo más, aunando política y deporte (inevitable su relación), los hallará el lector en unas páginas que, para nada, se hacen cuesta arriba.
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