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Nuevas Palabras RAE
Si piensa compartir esta información por Whatsapp no podría usar aún el término guasapear, pero sí mensajear. Es una de las nuevas voces que acaban de entrar en el Diccionario de la Lengua Española (DLE) en atención a peticiones de hispanohablantes.
Las novedades se presentan cada año en diciembre y que este año se adelantan con motivo de la celebración en Sevilla del XVI Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale). Prueba del trabajo conjunto que realizan estas institituciones –23 academias repartidas por el mundo– es la incorporación de muchos términos populares en los países latinoamericanos, como enllavar (encerrar), por citar un ejemplo, pero también otros españolismos muy extendidos en los últimos años. Es el caso de zasca, sin duda un guiño al masivo uso de las redes sociales, también sieso –una palabra muy andaluza–, bordería, carajal, casoplón y arboricidio. Entre las novedades hay también algunas palabras muy populares en Sevilla y otras ciudades andaluzas, como es capillita, sustantivo ya admitido por el diccionario oficial, no sólo por los glosarios de mundo cofrade, al igual que besapiés.
En total son 1.100 modificaciones las que se acaban de incorporar al diccionario, a su edición número 23, publicada en 2014 y actualizada por tercer año consecutivo. En el foro que tiene lugar estos días en Sevilla se trabaja ya en la 24ª edición, que verá la luz en 2026, según los planes de la Real Academia Española (RAE).
Estos plazos fijados dan idea de la rigurosidad del proceso que siguen las academias para oficializar las nuevas voces. “Hay una cierta tendencia a pensar que hay cierta arbitrariedad, automatismos a la hora de formular los cambios, pero nada más lejos de eso, el procedimiento es muy rígido”, explicó el director de la RAE y presidente de Asale, Santiago Muñoz Machado. Cualquier hablante de español del mundo entero –más de 220 países consultan el diccionario en red– puede enviar una propuesta de cambio. El Instituto de Lexicolografía lo estudia, siempre hay una respuesta y, si el caso procede, una comisión busca la documentación necesaria para argumentar la modificación y hace una propuesta. Cada jueves por la tarde los académicos hacen sus valoraciones y éstas se registran. Todas las academias dan su opinión y, si hay dudas, se vuelve a estudiar y revisar. Así es el procedimiento.
Las novedades reflejan las inquietudes, tendencias y nuevos hábitos de la sociedad. Es por eso que entre las nuevas voces figura por ejemplo arboricidio (tala injustificada de árboles), en un momento de gran conciencia medioambiental. Pero también otras que tienen que ver con el uso de las nuevas tecnologías: mensajear (comunicarse por medio de mensajes escritos en el teléfono móvil), enrutar (dirigir datos a una red) o rúter (en relación al dispositivo) o agendar.
O en la nueva alimentación, que ha popularizado, menos en España que en otros países, palabras como muesli (también se admite musli) o bubango (variedad de calabacín de Canarias). En este campo se acepta también una adición de forma compleja como es banana split (postre a base de helado y plátano) y extranjerismos, que se recogen para ser escritos en cursiva, como la voz francesa brioche (bollo ligero) o crepe o la inglesa brunch (comida que se toma a media mañana y sustituye el desayuno y el almuerzo). Y palabras extendidas en América y que derivan donut en dona o sándwich (ya admitido) en sánduche, como se dice en países como Eduador, Colombia o Venezuela.
También hay incorporaciones de artículos cuyo uso es exclusivamente español y coloquial. Es el caso de los españolismos antes referidos zasca (respuesta cortante, chasco, escarmiento), sieso (persona desagradable, antipática, desabrida), pastelón (excesivamente romántico o ñoño), casoplón (casa grande o lujosa), carajal (embrollo) o bordería (cualidad de borde). La aparición en el diccionario de amá o apá recoge la manera afectiva en la que en el País Vasco y en algunos países americanos se llama a la madre o el padre y también era una de las sorpresas más esperadas.
Y otras voces que se incluyen y que sólo se utilizan en América, según ha apuntado la directora de la Academia Guatemalteca de la Lengua, Raquel Montenegro, es el caso de palabras muy extendidas como aplicación (solicitud por escrito) o corporativo (empresa de grandes dimensiones). También registración, atarbán (o atarván), o fraternidad, que ahora en su tercera acepción del diccionario se refiere a asociación estudiantil, masculina, que cuenta con uan residencia especial en Estados Unidos.
Son ejemplos de nuevas acepciones, dos de las 88 que se han incorporado en esta actualización del diccionario. Según los responsables de la RAE, también se han contemplado 284 enmiendas de acepciones, entre las que destaca por ejemplo el cambio en homeopatía, que ha pasado de "sistema curativo" a "práctica".
E igualmente hay modificaciones en la acepción de la etimología de las palabras. Una muy llamativa es etarra. "Esta voz se ha corregido porque a los españoles nos suena el sufijo -rra o -rro a ascendencia vasca, pero esa palabra allí no existe", ha explicado Paz Battaner, directora del DLE.
La 24ª edición del DLE se editará en digital y s posible que se haga alguna edición en papel. Al menos es lo que defiende el director de la RAE y algunos académicos. "Pero creo que cada vez nos iremos reconvertiendo a lo digital", ha apuntado Battener.
Hay palabras que contienen elementos compositivos que están muy de moda, es el caso de las palabras que comienzan con agro (agronegocio o agroambiental) o son muy utilizadas (cubrebotón o cubrerradiador). "Hay otros cubres pero tenemos que tener documentación escrita, todas las palabras no entran", ha apuntado Battaner. Ocurre lo mismo con antitaurino, aceptada en esta ocasión en respuesta a un movimiento social existente desde hace años. Hay otros antis pero tendrán que esperar o demostrar que su inclusión como nuevo artículo está justificada.
En Medicina y Biología se hace un hueco a andropáusico (Dicho de un hombre que está en la andropausia). Y se contempla como nueva acepción osteopatía, como terapia. Y artículos como quinesia (o kinesia) o aniridia.
En 2019, el diccionario ha incluido la locución latina annus horribilis (año de gran infortunio), amish (perteneciente a una comuniad protestante establecida en Estados Unidos), casteller (en referencia a la tradición folclórica de Cataluña) o la voz inglesa muy usada en América penhouse (ático de lujo).
Del ámbito deportivo se atienden peticiones del mundo futbolístico como centrocampismo. Del cine, localización, como escenario de rodaje.
La RAE admite que no siempre hay soluciones para todo y, por ello, se admite la palabra beatlemanía (afición acusada por la música y la estética de los Beatles) y se indica su uso sin cursivas a pesar de resultar de la unión de un término inglés y otro español. Del género musical, hay nuevas voces como guarania (del folclore paraguayo), berceuse (composición musical al estilo de canciones de cuna) o la voz inglesa bebop (variedad de jazz).
Hay algunas palabras que se retiran en cada revisión, pero son muy escasas. Ejemplos son trasmatar, la documentación exclusiva que había de esta palabra estaba en textos de Quevedo y puede ser una invención del autor, y alcaná, un arabismo que ha desaparecido.
También hay algunas incorporaciones que, de entrada, suenan raras, según ha admitido la responsable del diccionario, pero que son peticiones que llegan desde otros países. "No sé usar la palabra chenchén, por ejemplo, que se ha admitido y se usa en América como sinónimo de dinero. Y ha entrado también acomodado, que tiene una nueva acepción que es enchufado aquí en España".
Curiosamente, coincidiendo con este congreso de la Asale, se admite el artículo panhispanismo, un método de trabajo que se potencia desde la RAE en colaboración con el resto de academias y cuyo resultado queda plasmado en cada actualización del diccionario.
Uno de los objetivos de la RAE es mejorar las relaciones con los usuarios. En esta línea, la Academia ha abierto sus puertas al público general que desde hace ya un tiempo puede visitar la sede y asistir a conferencias, debates y otras actividades. "Pero también necesitamos adaptarnos al avance de la ciencia y la tecnología digital", ha apuntado el director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, que ha mostrado algunos apuntes de la página web de la institución, que se está actualizando con la ayuda de importantes empresas tecnológicas para hacerla más accesible y abrir una ventana a un universo de datos y documentación que se vislumbra inabarcable.
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