Estos son los productos que más se roban durante el verano en Andalucía

Llega el verano y todos los años la Policía alerta sobre el aumento de robos en viviendas. Móviles, relojes, tablets, joyas y dinero son los objetos más codiciados por los amigos de la ajeno en los hogares españoles. Sin embargo, no sólo las viviendas son objeto de deseo por parte de los ladrones. Los comercios también suelen sufrir un aumento notable de incidencias en estos meses estivales.

Según los expertos, los robos en verano representan casi el 1% de las ventas de los comercios y generan pérdidas por valor de 170 millones de euros. 1 de cada 4 robos que se producen en tiendas se hace en verano, según el Ministerio del Interior, pero ¿qué es lo que más se roba en los comercios españoles en verano?

Las cremas bronceadoras, objetos de deseo en Andalucía

Curiosamente las prioridades de los cacos varían notablemente en función de la Comunidad Autónoma en la que se produzca la incidencia. Así, mientras que en Madrid el mayor deseo de lo ajeno se centra en los helados y los productos de cosmética; en Galicia destacan las conservas y los quesos, en las Islas Baleares, el maquillaje, y en el País Vasco, los productos frescos y los aceites, en Andalucía son las cremas bronceadoras y los insecticidas contra los mosquitos los productos que más se roban durante el verano.

Los datos, extraídos de un estudio realizado por Chekpoint Systems, empresa líder en soluciones tecnológicas de antihurto y de identificación por radiofrecuencia (RF y RFID) en el sector de la moda, la alimentación, la electrónica, el bricolaje, la cosmética o la farmacia, tras encuestar a cerca de veinte mil tiendas en España (más del 90% de los supermercados españoles), revela cuáles son los productos más robados por comunidades autónomas, desvela que los vinos, las chanclas, las cápsulas de café y los preservativos, sobre todo en tierras canarias, también se colocan entre las prioridades de aquellos que no pueden (o quieren) pasar por caja.

Porque se da la circunstancia de que en muchas ocasiones los hurtos se producen no exclusivamente para uso personal, sino por encargos de terceras personas que reclaman ese producto o para su posterior venta en otros establecimiento o comercios ambulantes a menor precio con vistas a realizar un negocio.