Las rosquillas y los bollos, siguientes candidatos a desaparecer por la escasez de aceite de girasol

las empresas informan de que si la situación bélica continua habrá una búsqueda de nuevos productos para su elaboración, lo cual puede provocar una gran subida de los precios en torno al sector

El aceite de oliva, siguiente afectado por la invasión de Ucrania tras el de girasol

El aceite de girasol frente al aceite de oliva: beneficios y diferencias

La escasez de aceite de girasol está provocando la búsqueda de nuevas alternativas para la elaboración de estos productos / Redacción
Redacción

11 de marzo 2022 - 14:07

La crisis de suministros y combustibles sigue un día más en alza y, lo que es más preocupante, sin vistas de comenzar a remitir. La guerra vigente en Ucrania está llevando a numerosos países a ver peligrar su propia economía por un posible desabastecimiento en determinados productos, de los cuales el país ucraniano es el principal exportador a nivel mundial. Es el caso del aceite de girasol que ya se encuentra incluso limitado a la venta por persona en numerosos establecimientos y supermercados españoles debido a una alta demanda.

En medio de esta vorágine, la cadena de producción sigue siendo la principal afectada y las piezas van cayendo en forma de dominó. Una de las más afectadas si la situación persiste en las próximas semanas es el sector de los dulces industriales, muy dependiente del aceite de girasol para su elaboración.

Niveles muy bajos en la reserva de aceite

La industria ha advertido de que tan solo cuenta con reservas para continuar con la elaboración de estos productos dulces durante un máximo de dos semanas a un mes. De esta forma, las empresas informan de que si la situación bélica continua habrá una búsqueda de nuevos productos para su elaboración, lo cual puede provocar una gran subida de los precios en torno al sector, en parte por la logística y en parte por la competencia entre las propias empresas por la escasez de materias primas.

La asociación Produlce, de la cual forman parte grandes empresas de la industria, se ha pronunciado al respecto a través de su director general, Rubén Moreno: “Estamos con un nivel de reservas de aceite de girasol muy bajo. Depende de cada empresa, pero tienen solo para entre dos y cuatro semanas”. La principal causa de estas dificultades la encontramos en el hecho de que el 70 % del aceite de girasol utilizado por el sector de los dulces industriales es originario de Ucrania: “La sustitución de todo el aceite de girasol que se utiliza en la industria alimentaria en Europa por ese mismo producto es inviable. No hay donde encontrarlo”.

Dentro de los productos de la industria del dulce más afectados se encuentran el pan de molde, la bollería, las galletas y los productos con rellenos y coberturas. Otro de los problemas derivados de esta escasez es lo dificultoso de poder realizar y adaptar de forma rápida las recetas originales, sin que el producto inicial varíe en forma y en sabor. Los departamentos de I+D se encuentran en gabinetes de crisis trabajando para encontrar otras opciones en los diversos aceites vegetales disponibles ante la cada vez mayor escasez de aceite de girasol ucraniano. "Estamos a merced del mercado, de lo que se pueda encontrar en un tiempo tan corto y, además, de lo que pueda funcionar con una nueva receta. Es una tormenta perfecta", añade Rubén Moreno.

En este panorama, el aceite de palma (ya sustituido hace años por el de girasol por su procedencia) vuelve a salir al terreno de juego, así como el aceite de coco o el de colza. El aceite de oliva, muy abundante en España, no parece ser una solución a priori para el sector por su composición y sabor. El tiempo corre en su contra dado que la escasez puede llegar en poco tiempo: “Gran parte de la producción va a exportaciones y ya hay compromisos adquiridos. Si se para la maquinaria, llegaría un momento en el que no habría stock en los supermercados”, comenta el director general.

A todo ello, se suma también la dificultad para conseguir modificar tanto las etiquetas como los envases: "Hay un reglamento europeo que exige indicar obligatoriamente el aceite que se utiliza. Si hay un cambio de urgencia en la fórmula, será imposible cambiar etiquetas y envasado. Sobre todo porque se puede dar el caso de emplear distintos aceites incluso en función de cada lote, porque no existe una alternativa que pueda abastecer toda la producción". Para solventar este problema la industria ya clama con nuevas directrices más flexibles en España y Europa: "Se podría usar una pegatina adhesiva en el envase que indique que se emplean aceites vegetales en general, sin decir cuál es en concreto por posibles cambios entre lotes. O con información en los puntos de venta, así como en las páginas web".

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