Diferencias entre un filtro de agua y un purificador de agua
Un purificador de agua y un filtro de agua tienen el objetivo de mejorar la calidad del agua potable. Para entender sus funciones, debemos saber qué significan purificar y filtrar
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Sevilla/Por si no lo sabías, a menudo tendemos a usar distintos términos para referirnos a lo mismo y esto puede generar confusión. En el artículo de hoy vamos a ver las diferencias y similitudes que hay entre un purificador de agua y un filtro de agua.
Son cada vez más personas las que se interesan por llevar una vida saludable y esto incluye poner más atención al origen de los alimentos que compran y buscar los más sanos. Las bebidas también son importantes y es preferible optar por aquellas de mayor calidad, incluyendo el agua.
¿Qué es un purificador de agua y un filtro de agua?
Puede que en tus viajes hayas notado que el agua tiene un sabor diferente al que estás acostumbrado. Según el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, existen factores que pueden afectar la calidad del agua que consumimos.
Por otro lado, aunque el agua potable es segura para el consumo humano, solo el agua mineral natural y de manantial conserva su pureza original, como se especifica en el Real Decreto 1798/2010, de 30 de diciembre.
Un purificador de agua y un filtro de agua tienen el objetivo de mejorar la calidad del agua potable. Para entender sus funciones, debemos saber qué significan purificar y filtrar: purificar es eliminar impurezas; filtrar se refiere a separar los sólidos en suspensión.
Purificadores de agua frente a filtros de agua
Función principal
Un purificador combate los elementos disueltos en el agua, mientras que un filtro se ocupa de los sedimentos. Para eliminar lo no deseado y retener los sólidos, usan carbón activado, que captura las sustancias contaminantes, y materiales filtrantes, como filtros de sedimentos y membranas, que detienen las partículas.
Tecnología utilizada
Los sistemas de purificación de agua suelen emplear tecnologías avanzadas como la ósmosis inversa, la ultrafiltración y la desinfección UV. En la ósmosis inversa el agua atraviesa una membrana semipermeable que retiene impurezas y deja pasar únicamente el agua pura. La ultrafiltración elimina partículas minúsculas, como ciertos tipos de bacterias y virus, usando una membrana. La eliminación de patógenos se logra mediante el uso de luz ultravioleta en el proceso de desinfección UV.
Normalmente, los filtros de agua emplean cartuchos de sedimentos y cartuchos de carbón activado. Los cartuchos de sedimentos eliminan partículas grandes como arena, óxido y otras impurezas visibles, y los cartuchos de carbón activado absorben cloro, compuestos orgánicos volátiles (COV) y otros contaminantes que afectan el sabor y el olor del agua.
Beneficios para la salud
Los purificadores de agua ofrecen una protección superior contra impurezas químicas y biológicas, lo que los convierte en la opción ideal para lugares con agua de dudosa calidad. La capacidad de eliminar bacterias, virus y otros agentes patógenos hace que el agua purificada sea más segura para ser consumida por seres humanos, especialmente por aquellos con sistemas inmunitarios débiles, niños pequeños y personas de la tercera edad.
Los filtros de agua, aunque menos avanzados, también aumentan la calidad del agua potable. Al quitar partículas sólidas y productos químicos, mejora la calidad del agua en cuanto a sabor y aroma. A pesar de no ofrecer la misma protección contra microorganismos, son apropiados para zonas con agua de calidad general satisfactoria.
Mantenimiento y eficiencia
Es necesario realizar mantenimiento a los sistemas de tratamiento de agua de red para asegurarnos que son eficaces al 100%. Antes de comprar un dispositivo para el hogar, es aconsejable y muy importante obtener información del fabricante sobre las revisiones programadas y las piezas que pueden necesitar ser reemplazadas.
Los filtros de agua generalmente requieren cambios de cartuchos cada 3 a 6 meses, dependiendo del uso y la calidad del agua que entre. Los purificadores de agua, sobre todo los que utilizan varias etapas de filtración y purificación, pueden tener requisitos de mantenimiento más complejos y, por ende, más caros. Las membranas de ósmosis inversa, por ejemplo, deben reemplazarse cada 1 a 2 años, y las lámparas UV cada 12 meses.
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