Cuatro alimentos que debemos conservar fuera de la nevera (y a menudo no lo hacemos)

Armarios, despensas y frigoríficos. Estas tres zonas de la cocina son, por norma general, los lugares indicados para guardar los alimentos de nuestra cesta de la compra. La clave, más allá del emplazamiento específico, estriba en encontrar un lugar fresco, seco y protegido de la luz. Y fresco no es sinónimo de frigorífico o congelador, porque en ocasiones algunos alimentos se estropean más rápido dentro de ellos. Es lo que nos recuerda el fruterotiktokero, emprendedor que arrasa en el mundo digital con más de un cuarto de millón de seguidores gracias a los múltiples consejos que ofrece en torno al mundo de la alimentación. Pues bien, estos son cuatro alimentos que debemos conservar fuera de la nevera (y a menudo no lo hacemos)

Tomates

Existen algunas frutas que se conservan mejor a temperatura ambiente. Uno de los casos es el del tomate. "El frío le mata el sabor", advierte Raúl Cardaba. Ahora bien, si el tomate está muy maduro y no lo vais a consumir, podéis meterlo al frigorífico. Pero al menos hay que sacarlos de la nevera al menos una hora o dos antes de consumirlos.

Ajos

En segundo lugar hablamos de los ajos, que deben estar siempreo fuera del frigorífico. El motivo es que dentro de él cogen humedad, saben menos y además les pueden salir moho.

Aguacates

También debe conservarse fuera de la nevera el aguacate. Una cosa es la crema de aguacate que compramos en los supermercados y otra el aguacate, que sólo se puede meter en el frigorífico una vez esté maduro ¿Cómo saberlo? "Palpando en sus extremos con los dedos, si cede un poquito es que está maduro. Y debe estar por todas las partes por igual", explica este famoso frutero en uno de sus contenidos, que acumula cerca de 100.000 me gusta en Instagram.

Huevos

Por último, nos encontramos con los huevos, que, posiblemente, sea el alimento que mayor debate genera en torno a su forma de conservación. La postura de Carbada es que no es fundamental guardar los huevos en la nevera, sino más bien conservarlos en un lugar fresco y seco, donde nos aseguremos que no van a sufrir cambios de temperatura extremos. Pueden quedarse fuera del frigorífico unos días sin comprometer su calidad, aunque bien es cierto que en verano el aumento de temperatura ambiente puede dificultar la misión de mantenerlos en un lugar fresco y seguro.