La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Una noche también amenazada por el confort
En el verano es muy común consumir frutas como la sandía o el melón, no solo porque es la época en la que están de temporada, sino también por su efecto hidratante y refrescante, que nos ayuda a combatir las altas temperaturas. Lo habitual es comprar la pieza entera en la frutería, aunque en los últimos años algunos establecimientos la ofertan ya cortada, una opción que tiene algunas ventajas, pero también inconvenientes.
En las ventajas encontramos que comprando así este tipo de frutas no nos llevamos tanta cantidad a casa que si adquirimos la pieza completa en la frutería. Algunas personas se cansan de comer todos los días lo mismo, por lo que con la segunda opción podrían 'hartarse' antes de acabarla y, por lo tanto, se pondría mala y habría que tirarla. La comodidad de adquirir los pedazos ya cortados también debe mencionarse, pues están 'listos' para ser ingeridos.
Aunque un 'contra' que tiene el comprar estas frutas ya cortadas puede que supere a los 'pros', y es que en muchos establecimientos, estos alimentos, que ya están manipulados, no se guardan refrigerados. Beatriz Robles, nutricionista y tecnóloga de alimentos, cuenta al Huffington Post que ella no los recomienda "ni aunque estén en la nevera, porque no sabemos cuánto tiempo llevan cortados".
La experta explica en su libro Come seguro comiendo de todo que "al cortar la fruta estamos rompiendo la protección natural que aísla la parte comestible del ambiente", como recoge el citado medio. Beatriz incide en que no debería guardarse fuera de la nevera, ya que "si no se mantiene refrigerada, entonces se favorece el crecimiento de los microorganismos". Y como es un alimento que ya está listo para consumir, "no hay ningún tratamiento posterior que mejore sus características higiénicas".
¿Quiere decir su explicación que no podemos cortar la fruta y guardarla en el frigorífico? Claro que podemos, pero cuenta la experta que antes debemos lavarla con agua y un cepillo e introducir los trozos en la nevera "inmediatamente" después de cortarlos.
Y es que "las frutas y verduras pueden tener en su superficie microorganismos patógenos como Salmonella, Listeria o Escherichia Coli", explica Beatriz en el Huffington Post, que si no se lavan correctamente podrían pasar al interior del alimento, que es lo que se quiere evitar.
Guardar de manera inmediata los trozos en la nevera complicará el avance de los microorganismos que, "a temperatura ambiente se pueden reproducir a sus anchas", por eso es un peligro que en los establecimientos estas frutas, ya manipuladas, no se guarden refrigeradas.
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