Guía básica para evitar el desperdicio: de planear la compra a organizar la nevera
Con motivo del Día Internacional contra el Desperdicio Alimentario, hemos preparado varias pautas a seguir para conseguir que nuestros alimentos duren más y no terminen en la basura
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Cada 29 de septiembre se celebra el Día Internacional contra el Desperdicio Alimentario, una problemática mundial que deriva de todo tipo de hábitos alimenticios y de consumo, y sobre todo de una planificación deficiente por parte de cada consumidor a la hora de organizar sus visitas al supermercado, su dieta y otros aspectos varios que pueden traducirse, además de en el mencionado desperdicio alimentario, en gastos innecesarios que debemos evitar, especialmente teniendo en cuenta la inestabilidad económica actual y la inflación que afecta a los precios de todo tipo de recursos.
Por ello, hoy trataremos de establecer una guía básica con consejos que puedan ayudar a evitar el desperdicio alimentario, no solo con motivo de la fecha mencionada, sino sobre todo con el fin de incentivar el aprovechamiento máximo de los recursos de los que disponemos, ayudando a que nuestra vida cotidiana reduzca su impacto sobre el medio ambiente y evitando despilfarros económicos mientras también nos aseguramos de no tener que desperdiciar alimentos constantemente.
La importancia de organizar adecuadamente tu nevera
En primer lugar, nos centraremos en exponer por qué es crucial saber cómo organizar distintos aspectos de tu nevera para hacer que tus alimentos duren tanto como sea posible. Recuerda estas pautas para sacar el máximo provecho a tu nevera:
- Vigila su temperatura. Normalmente, se recomiendan 4ºC para neveras y -17ºC para congeladores. Asegúrate de vigilar cada vez que puedas dichas temperaturas para que se mantengan en niveles aceptables, si bien algunos modelos incluyen pantallas que te notificarán al respecto.
- Evita abrir y cerrar constantemente la puerta de tu nevera. Así reducirás los cambios de temperatura a los que se exponen tus alimentos, además de ahorrar energía.
- No sobrecargues tu nevera. Una nevera demasiado llena se traduce en una conservación de alimentos menos eficaz y en despilfarro energético.
- Mantén tu nevera limpia, de manera que evites que tus alimentos terminen en mal estado y tengas que deshacerte de ellos innecesariamente.
Por otra parte, recuerda organizar tus alimentos de la siguiente manera:
- Deposita en la puerta de la nevera alimentos que resistan mejor a los cambios de temperatura.
- En los estantes superiores, coloca quesos, ahumados, yogures y similares (en caso de que el congelador de tu nevera se encuentre debajo, esta será la zona de temperatura más estable).
- En los estantes medios, guarda lácteos, embutidos, alimentos cocinados y huevos.
- En los estantes inferiores, la parte más fría si tu modelo coincide con las características que comentamos previamente, guarda alimentos crudos y perecederos.
- Las cajoneras suelen dedicarse a alimentos que deban mantener su humedad y evitar temperaturas excesivamente bajas, destacando frutas y verduras.
- El congelador, finalmente, se suele dedicar a alimentos que no se vayan a consumir de inmediato o recientemente.
Plantea un menú semanal para saber qué debes comprar
En este caso, puedes tirar de imaginación para confeccionar tu propia dieta semanal o incluso buscar alguna plantilla en internet. Saber lo que comerás cada día es una gran táctica para asegurarte de que nada tendrá que desperdiciarse después de cada visita al supermercado, ya que comprarás las cantidades que necesitas y nada más.
Asegúrate de que tu lista de la compra contenga solo lo necesario
De la mano del anterior puesto en este listado, recuerda plantear adecuadamente tu lista de la compra para que se adapte a tus necesidades. De esta manera, podrás evitar el desperdicio alimentario mientras te aseguras de limitar tus gastos y ceñirte a comprar solo lo que necesitas.
Distingue entre fecha de caducidad y fecha de consumo preferente
No son pocos los consumidores que confunden estos dos conceptos y desperdician alimentos de manera innecesaria a raíz de la propia confusión. Mientras que la fecha de caducidad se aplica a alimentos perecederos cuyo consumo deja de ser seguro tras dicha marca, la fecha de consumo preferente se aplica a enlatados, legumbres y similares que, si bien tras el día indicado comienzan a perder determinadas propiedades, siguen pudiendo comerse sin problemas ni riesgos.
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