¿Por qué baja la presión del agua en verano?
El aumento en el consumo de agua, a veces desmedido, durante el verano lleva a que bajen sus niveles de presión
En los grifos comunes, los niveles mínimos de presión no deben bajar de los 100 kilopascales
Estas son las comunidades que más valoran su agua del grifo
La presión del agua es un factor que puede resultar determinante a la hora de realizar ciertas tareas del hogar. Especialmente, si contamos con la suficiente presión o una escasez de esta; algo muy habitual en los meses de verano. Ahora bien, ¿qué entendemos por ‘presión del agua’? ¿Y qué relación existe entre ella y las altas temperaturas?
La fuerza del agua: ¿Qué es la presión?
Como en muchos aspectos de la vida, no somos conscientes de cuán importante es la presión del agua hasta que abrimos la llave del grifo y nos damos cuenta de que el agua no sale con el impulso de siempre. A veces, resulta hasta frustrante abrir la llave al máximo y comprobar que apenas cae un hilillo para lavarse las manos. Bien, eso es lo que entendemos por la presión (o ausencia de ella, en este caso). Es decir, la fuerza que ejerce contra las paredes de un conducto (tubería) a medida que fluye.
Para el buen funcionamiento de las instalaciones domésticas, la presión del agua no debe ser ni demasiado alta, ni demasiado baja. Por ello, cuenta con uno niveles óptimos recogidos por el Código Técnico de la Edificación, aprobado por el Real Decreto 314/2006. En concreto, se especifica que, para grifos comunes, la presión mínima, medida en kilopascales (kPa), debe ser de 100 (=1,02 kg/cm2); mientras que la presión máxima en cualquier punto de consumo no debe superar los 500 kPa (=5,1 kg/cm2).
¿Cómo afecta el verano a la presión del agua?
Uno de los principales efectos del verano sobre la presión del agua es el incremento del consumo, a veces desmedido, en una determinada zona. Debido a las altas temperaturas, se da paso a que el césped sea regado más de una vez al día o a que se llenen botellas de agua continuamente. Esto, especialmente en épocas de sequía, lleva a que los propios Ayuntamientos sean los que establezcan la reducción de la presión como una medida para contrarrestar la situación.
De esta forma se dan casos como el sucedido, por ejemplo, durante el mes de mayo en Málaga, cuando se rebajó la presión del agua con el fin de cumplir con las restricciones aprobadas por la Comisión de Sequía de la Junta de Andalucía y que afectó a diferentes barriadas de la ciudad. Algo que permitía, además, controlar las fugas y repararlas.
Asimismo, y aunque resulte contradictorio, las altas temperaturas pueden hacer que el agua de las tuberías se cliente y aumente la presión más de la cuenta, generando daños o provocando fugas; lo cual, finalmente, se traduciría en la bajada de presión. Por ello, es importante estar pendiente y saber identificar el problema a tiempo.
Otras causas de la reducción de presión
Finalmente, existen otras posibles causas, más allá de las propias del verano, que pueden suponer que el agua del grifo salga con una menor presión. En este sentido, si observamos que la presión del agua se ve afectada únicamente cuando abrimos el agua caliente, sabremos que el problema se encuentra en el calentador. Se trata, desde luego, de una de las causas más fáciles de identificar, y también de las más comunes.
Además, los expertos aconsejan revisar todos los grifos para saber si la presión es menor en todos ellos o sólo en uno. De esta forma, podremos encontrarnos con situaciones como la rejilla obstruida en la alcachofa de la ducha. A su vez, la rotura de la tubería principal, fugas, una bomba de pozo defectuosa o procesos que consumen mucha agua, como la limpieza periódica de las bombas de riego por parte de las compañías de agua municipales, pueden ocasionar también que el agua salga a menor presión.
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