Tribuna Económica
Gumersindo Ruiz
La casita de Jesús
Pocos planes hay mejores en verano que el de ir a la playa cargado de neveras y tuppers para pasar allí un día en el que la bebida, la comida, el sol y el mar sean los protagonistas. Millones de españolas lo llevan a cabo durante estos meses, aunque deben tener cuidado con las altas temperaturas, no solo por las consecuencias negativas físicas que pueden provocar, sino también porque el calor favorece que se desarrollen microorganismos, como la salmonella, por lo que si no se tiene cuidado se puede sufrir una intoxicación alimenticia.
Así lo indican desde la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, pues señalan que es mejor no consumir alimentos perecederos después de que hayan estado a temperatura ambiente, ya que "las altas condiciones climáticas favorecen el desarrollo de microorganismos". El huevo, que puede tener la bacteria salmonella si no se hace del todo, es uno de los alimentos que no se aconseja llevar a la playa, por lo que las tortillas poco hechas, las ensaladillas u otros platos que contengan mayonesa es mejor dejarlos en casa, como medida de prevención. Así como los pescados crudos, como el sushi, o los lácteos.
El pollo es otro de los alimentos que muchas personas se llevan a la playa, corriendo el riesgo de que el calor propio del verano provoque la proliferación de bacterias como la salmonella o la listeria. Con algunas verduras como las acelgas, las espinacas o la lechuga también tentamos a la suerte, pues una vez que se han cortado, si se exponen a las altas temperaturas veraniegas es posible que las bacterias se desarrollen.
Tampoco se recomienda que, si el día anterior sobró pasta o arroz en el almuerzo o cena, se lleve a la playa para consumirlo allí, sobre todo si se ha recalentado, ya que así se favorecería todavía más la aparición de la bacteria Bacillus cereus. Además, como confirmó el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido, cuanto más tiempo permanezcan estos dos alimentos a temperatura ambiente, más probable es que las toxinas proliferen en ellos.
El gazpacho seguramente sea el mejor alimentos que nos puede acompañar a playa: saludable, refrescante y exquisito. Frutos secos o frutas como sandías, melones, cerezas, melocotones o paraguayos también son una opción muy interesante, así como las latas de conservas.
Otro de los 'platos' estrella que se consumen en la playa de forma segura son los bocadillos. Se recomiendan que sean de embutidos curados, pues aguantan mejor el calor. Aunque, manteniéndolo bien refrigerado, también podríamos tomarlos con otros alimentos como el aguacate o el tomate.
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