La ventana
Luis Carlos Peris
Perdidos por la ruta de los belenes
El aceite de oliva se ha puesto de moda. Y no precisamente por sus altas propiedades, que también las tiene, y muchas, sino por el excesivo precio que cuesta en los diferentes establecimientos, algo que ha llevado a millones de hogares a buscar trucos para gastar menos aceite y que ha invitado a comercios a ofrecerlos como premio y método de atraer clientes, como un bar en Sevilla en el que ofrecen aceite de oliva gratis con tu cerveza.
El precio del aceite de oliva se ha incrementado más de un 15% en un mes y todavía se desconoce hasta cuándo estará por las nubes.
Obviamente el precio del aceite de oliva variará en función del envase en el que se presente: un litro, tres litros, garrafa de cinco litros...También de si se sirve en plástico, en lata o en espray, pero lo que denuncian, sobre todo desde FACUA, es que exista hasta un 45% de diferencia de precio en función del supermercado.
Porque un estudio de FACUA analizando los precios de 50 marcas en ocho cadenas de supermercados e hipermercados ha dejado al descubierto que "las subidas no son únicamente consecuencia de malas cosechas de aceitunas, sino también de la especulación".
Las diferencias de precios entre las distintas marcas y establecimientos llegan a alcanzar los 5,31 euros por litro (el 68,1%) en el caso de la botella de un litro de aceite de oliva virgen extra, pero en ese caso puede deberse, además de a la dificultad de conseguir la aceituna, a la calidad del producto.
Cosa distinta es el hecho de que "la misma marca de aceite de oliva virgen extra cuesta hasta un 45,0% más en función de la cadena de supermercados donde se adquiera, una diferencia que en euros representa nada menos que 4 por litro", denuncian desde la organización. En concreto destacan el caso de la botella de un litro de virgen extra Carbonell variedad picual, cuyo precio va desde los 8,86 euros en Alcampo hasta los 12,85 euros en Carrefour, lo que supone una diferencia del 45% (3,99 euros/litro).
Así, FACUA denuncia este hecho y solicita al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que investigue la situación porque de confirmarse sus sospechas sería un hecho sancionable, recordando que el Gobierno puede fijar precios máximos o topar los márgenes de comercialización tal y como permite la ley del comercio.
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