Estos son algunos errores que cometemos cuando cocinamos un bizcocho
Los huevos deben introducirse uno a uno; no se debe añadir el segundo a la mezcla hasta que el primero quede perfectamente integrado en ella
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La receta del bizcocho requiere de muy pocos ingredientes, además de unas habilidades culinarias básicas. En aproximadamente una hora, contando con la preparación y la cocción, tendríamos listo este postre, todo un clásico para introducirse en la repostería.
Aunque, a pesar de que las instrucciones no tienen pérdida, hay que prestar una atención especial a algunos detalles para conseguir que el resultado sea perfecto. Conviene conocer, por lo tanto, algunos típicos errores que se comenten cuando se cocina este postre, para así no caer en ellos y conseguir cocinar un dulce exquisito.
Estos errores que arruinan nuestro bizcocho los cuenta la pastelera y profesora Betina Montagne al diario La Vanguardia. La experta, además, apunta tres claves: "dominar muy bien la técnica, controlar la calidad de los ingredientes y tener el horno adecuado".
Los fallos que cometemos cuando añadimos los ingredientes
A la hora de calcular las proporciones de los ingredientes con los que preparamos el bizcocho es común cometer un error. Para que sea más fácil recordarlas podemos preparar "el llamado cuatro cuartos, un cuarto de cada uno de los cuatro ingredientes". Es decir, 250 gramos de harina de trigo, de huevos (4 unidades), de azúcar y de mantequilla, lo que dará como resultado un postre de 1 kilogramo de peso.
Añadir el azúcar muy rápido es otro error común que se comete cuando preparamos un bizcocho. Esta se debe "espolvorear en forma de lluvia" y tiene que emulsionar con la mantequilla durante siete minutos, hasta que quede bien integrado. Los huevos, por su parte, debemos introducirlos uno a uno en el bol, no los cuatro de una vez. No se debe añadir el segundo hasta que el primero esté perfectamente mezclado con el resto de ingredientes.
No elegir un molde adecuado ni precalentar el horno, otros errores comunes
Elegir un molde adecuado también es importante para conseguir un buen resultado final. La experta indica en La Vanguardia que "si nuestro bizcocho no lleva levadura química deberemos usar un molde de forma rectangular, los típicos de hacer plumcake, para que nos suba de forma homogénea y quede esponjoso". También tendremos que utilizar un papel de horno o aplicar un spray anti grasa.
El horno, además, debe estar caliente cuando introduzcamos nuestro molde. Diez minutos antes de hacerlo tendremos que encenderlo tanto por arriba como por abajo, pero sin el ventilador, "porque nos lo resecará y perderá estabilidad".
Abrir muchas veces la puerta del horno para conocer cómo va el cocinado también podría estropear el bizcocho, pues "vamos a ir cortando el trabajo que está haciendo el calorcito cociendo todo el batido y el bizcocho se nos puede apelmazar o incluso quedarnos crudo por dentro". Asimismo, la experta tampoco recomienda hacer la técnica del palillo para saber si ya está listo, ya que "nos puede salir húmedo y podemos pensar que todavía le falta cocción cuando tal vez ya está en su punto".
El truco sería, por lo tanto, abrir el horno a los 40 minutos y comprobar su temperatura con un termómetro digital. "Veremos cuánto le falta para llegar a los 91º C, que es la temperatura ideal para el bizcocho, y si todavía no ha llegado, lo volvemos a meter en el horno", cuenta Betina Montagne, que añade que "probablemente en ese momento solo quede por hacer poco más que la cocción de la capa superior".
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