Cinco claves que nos indicarán si el jamón que compramos es bueno
ALIMENTACIÓN
En Navidad es tiempo de lucir nuestra mejor sonrisa, nuestro versión más amable y solidaria con los que menos tienen y de celebrar con nuestros familiares y amigos todo lo bueno que nos brinda la vida. Por ello es momento de hacer cosas extraordinarias, también alrededor de la mesa, donde suele tener cabida una pieza de jamón, bien entera, bien loncheada, como se ha puesto de moda en los últimos años. Introducir el jamón ibérico en nuestra dieta semanal no es algo habitual pero una vez que te decides a adquirir una pieza para disfrutarla con los tuyos siempre te afanas en que te vendan aquello por lo que hemos pagado. Para muchos es momento de introducirse, a marchas forzadas, en el mundo del jamón. Sacar esa guía para cortar el jamón como los profesionales y aprenderse esos aspectos básicos para conocer de primera mano si nos quieren dar gato por liebre o mejor, dicho, serrano por ibérico. Estas son cinco claves que nos indicarán si el jamón que compramos es bueno:
Forma de la pata del jamón
En primer lugar en lo primero que nos debemos fijar cuando nos encontremos con la ristra de jamones en cualquier establecimiento es en la forma de la pata. La pata de jamón de bellota es mucho más alargada y más estrecha. Además su pezuña es negra, mientras que la del jamón serrano tiene un tono más blanquecino.
Precinto que envuelve el jamón
También es importante fijarse en el precinto que rodea la pata del jamón. La del jamón de bellota es negro, mientras que los del jamón serrano suelen ser amarillos o similares. Un término medio respecto al jamón puede ir dotada con el color rojo.
Olor del jamón
A partir de ahí debemos dejarnos llevar por nuestros sentidos. Oler las piezas puede ser una buena forma de percatarnos de la calidad del producto que nos están intentando vender. El buen jamón ibérico de bellota tiene un olor mucho más intenso y penetrante que el jamón serrano.
Color del jamón
También juega un papel preferencial el color que desprenda la loncha de jamón que nos corten para probarlo. El color del jamón ibérico desprende una tonalidad de rojo más intensa que el jamón serrano normal. Además, en función del porcentaje de ibérico que le acompañe variaría dicha tonalidad. El 100% ibérico está asociado a un color rojo vino.
La grasa del jamón
Por último, entre las 5 claves para elegir el mejor jamón ibérico debemos prestar especial atención a la grasa que desprenda el jamón, un elemento que cuenta con tantos seguidores como detractores pero que a la hora de la verdad determinará si estamos ante un jamón de bellota o un jamón serrano normal. El exceso de grasa en la pieza de jamón es sinónimo de jamón serrano y no de ibérico de calidad.
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