Robots camareros en Lagoh
Nuevas tecnologías en los bares
Dos "cibercamareros" se ocupan de llevar los platos a las mesas en el restaurante Amazonia Wok
Se pasea por las instalaciones del restaurante buffet Amazonia Wok del centro comercial Lagoh como Pedro por su casa. Una alegre música casi infantil actúa como antesala a su llegada a las mesas hasta las que se desliza con delicadeza para servir o retirar platos. Pide caricias en la zona superior de su estructura y se despide de los comensales con un alegre “¡qué aproveches, cariño!” Se trata de Cacahuete (Peanut), el primer robot camarero que presta sus servicios en España y cuya licencia pertenece al grupo chino de hostelería Shangri-La que ya estrenó esta adquisición hace meses con los tres ejemplares de sus otros dos restaurante de Madrid.
Tal y como explica la encargada de Amazonia Wok Sevilla, Suwei Wu, el restaurante oferta a sus clientes un variado buffet que incluye desde sushi, pasando por marisquería, parrilla argentina y cocina mediterránea. Es el propio cliente el encargado de servirse aquello que desee salvo las carnes, mariscos, verduras o pescados crudos que deben pasar previamente por los cocineros y la zona de wok. El comensal ha de esperarlas en mesa y es ahí cuando Cacahuete entra en acción. “El robot tiene grabado el itinerario hasta cada una de las mesas y además lo confirma con unos sensores que se encuentran en el techo”, aclara Wu que añade divertida que el singular camarero es capaz incluso de pedir paso cuando alguien entorpece su camino. “Tengo mucho trabajo, ¿me puedes dejar pasar?”, espeta Cacahuete con su voz dulce.
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Una vez entregada su comanda, el robot, cuya imagen se asemeja a la de una pequeña alacena andante con capacidad para tres bandejas, demanda contacto físico con el cliente. Y no por la necesidad de afecto que se sugiere ante la petición de “acaríciame la cabeza para que pueda seguir trabajando”. “Es la forma de activar el sensor para que Cacahuete sepa que puede volver junto a la barra del wok a recibir nuevos pedidos”, comenta la encargada de Amazonia.
Los desplazamientos de este simpático robot camarero no pasan desapercibido para los comensales que acuden al establecimiento. Sorpresa y diversión son las emociones más habituales que despierta entre los clientes. “Hay que gente que se ríe y otros se muestran incrédulos. Pero todos quieren interaccionar con el, especialmente los niños a los que les encanta saludar a Cacahuete”, explica Wu.
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