Cinco alimentos fermentados que son buenos para tu salud

Hubo un tiempo en el que asociamos la palabra fermentado a algo malo, descompuesto, agrio o podrido. Pero nada más lejos de la realidad. Los alimentos fermentados nos ayudan, principalmente, a mejorar nuestra salud intestinal, pero también combaten infecciones y le dan alas a nuestro sistema inmune. Hablamos de alimentos que se producen a través de un crecimiento bacteriano controlado.

Comidas y bebidas que nos aportan bacterias beneficiosas para nuestro cuerpo, incluidas en las dietas desde cientos de años atrás. Como estos cinco alimentos fermentados que son buenos para tu salud.

Yogur

El yogur es el alimento fermentado más conocido. Favorece la flora intestinal y estimula el sistema inmune. El yogur es fuente de proteínas, de calcio, hidratos de carbono y contiene diez bacterias beneficiosas. Un tarro de yogur contiene vitaminas (B2, B9, B12), zinc, fósforo, magnesio y potasio.

Queso

El otro alimento fermentado más reconocido por todo es el queso, ni más ni menos que un derivado de la leche obtenido a través de la fermentación. A través del queso adquirimos bacterias productoras de ácido láctico. En función de la fermentación tenemos los diferentes tipos de quesos que hay en el mercado.

Kimchi

El tercer alimento fermentado recomendado por los expertos es el kimchi, uno de los productos más consumidos en Corea, con vitaminas A, B y C, calcio, proteínas y carbohidratos. Un alimento que surge de la unión de col, sal y chile rojo para versiones más picantes.

Kéfir

Como hemos comentado al principio la fermentación no es única para comidas. Las bebidas han tomado posiciones en los últimos tiempos como grandes alternativas a las bebidas azucaradas. Entre las bebidas fermentadas que puedes encontrar en el mercado está el kéfir, un producto lácteo apto para los intolerantes a la lactosa. El kéfir es ideal para las molestias gástricas, tales como estreñimiento y gases.

Kombucha

Por último, destacamos la kombucha, una bebida que está de moda ahora, aunque su uso se remonta al siglo IV a. C. Se trata de un gran probiótico que ayuda a combatir las bacterias, reducir el riesgo de enfermedad cardiaca y manejar la diabetes, gracias a su alto contenido en vitaminas B1, B2, B3, B6, B12, ácido fólico, C, D, E y K, enzimas, minerales, además de cafeína y un 0,5% de alcohol.