Torrijas de pan brioche, jugosas y exquisitas para las tardes de lluvia
Receta
Sevilla/En las tardes grises y lluviosas, nada reconforta más el alma que un plato tradicional. En este caso traemos la mítica receta de las torrijas, pero un poco reinventada con un toque de dulzura. Hoy te traigo una receta que transformará tu forma de disfrutar de esos momentos: Torrijas de pan brioche, tan jugosas y exquisitas que te harán desear que la lluvia no pare para no salir de la cocina.
Ingredientes
Para comenzar, deberemos reunir todos los ingredientes necesarios sobre la encimera, para poder tenerlos todos a mano a la hora de trabajar con ellos en la elaboración.
- 500 ml de leche entera.
- 250 ml de crema de leche, que añadirá una textura suave deliciosa.
- 110 gramos de azúcar. Si prefieres puedes usar cualquier otro endulzante.
- Una ramita de canela y cáscara de limón o naranja, el aroma de nuestro postre.
- 8 panecillos de leche o brioche, la base esponjosa que, en este caso, aportará la distinción en nuestro plato.
- Una pizca de harina y 2 huevos batidos.
- Aceite de oliva o girasol para freír.
- Para el toque final, azúcar moreno y canela molida.
Elaboración
- Combina en una cacerola 500 ml de leche y 250 ml de crema de leche.
- Añade 110 gramos de azúcar, para endulzar nuestra base.
- Incorpora una rama de canela y la piel de un limón o una naranja, que infundirán sus aromas durante la cocción.
- Calienta la mezcla a fuego lento hasta que comience a hervir. En ese momento, retira del fuego y deja enfriar para que los sabores se intensifiquen.
- Con un cuchillo bien afilado, corta 8 panecillos de leche por la mitad, a lo largo, para que puedan absorber mejor la mezcla láctea.
- Coloca las mitades de pan en una bandeja o fuente amplia, dejando espacio entre ellas para que no se peguen.
- Una vez que la mezcla láctea se haya enfriado, viértela cuidadosamente sobre los panecillos, asegurándote de que cada pieza quede bien empapada.
- Deja reposar los panecillos en la mezcla durante al menos 10 minutos, dándoles la vuelta de vez en cuando, para que se empapen de manera uniforme.
- Pasa cada trozo de pan empapado primero por harina, sacudiendo el exceso, y luego por huevo batido.
- En una sartén con abundante aceite caliente (puede ser de oliva o girasol, según prefieras), fríe las torrijas a fuego medio-bajo. Es importante que el aceite no esté demasiado caliente para evitar que se doren demasiado rápido y queden crudas por dentro.
- Fríe hasta que estén doradas por ambos lados, luego retira y escurre en papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
- Antes de servir, espolvorea las torrijas con azúcar moreno y, si lo deseas, un poco más de canela molida para intensificar su sabor.
- Sirve las torrijas calientes o tibias, según prefieras.
Si te sobra mezcla láctea, vuelve a calentarla y, una vez caliente, sumerge brevemente las torrijas ya fritas y rebozadas en ella. Este paso extra las hará aún más jugosas, casi para comer con cuchara. No dudes en experimentar con otros aromas como vainilla, clavo, o azafrán añadiéndolos a la mezcla láctea. Esto te permitirá crear versiones únicas de este postre tradicional.
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