Los churros del bar La Esperanza
Desayunos que hay que probar
Etéreos de masa, abuñolados, ligeros, sin gota de aceite...rozan la perfección del churrismo
Estamos ante una obra cumbre del churrismo en su versión churros de los gordos, de rueda, de masa, calentitos o como se les quiera llamar. Etéreos de masa, crujientes, sin una gota de aceite, rubios de fritura…todo lo que te diga es poco.
Eso explica perfectamente que los fines de semana se formen colas delante del bar La Esperanza de la calle San Jacinto del barrio de Triana de Sevilla para llevarse estos churros que empiezan a despacharse a las siete de la mañana. En la actualidad los elabora el churrero Miguel Salazar, aunque también en algunas ocasiones el gerente del establecimiento Jesús Noguera el que se encarga del proceso. Sólo utilizan harina, que traen de Harinas Beltrán de Ciudad Real, agua y sal.
Pero, además de la idoneidad de la masa, en el bar La Esperanza utilizan una técnica para airear más la masa cuando cae en la freidora haciendo que los churros queden más vaporosos. Luego el perfecto control en la temperatura del aceite, que hacen de forma manual y que hace que la masa esté frita apenas en segundos, quedando el churro muy crujiente. Lo ponen en raciones de 5 trozos de churro para comer en el local o también lo venden por ruedas para llevar. En ambos casos hay también chocolate para acompañar. Los churros se pueden tomar tanto por la mañana como para merendar.
Horarios, localización, teléfono y más datos del bar La Esperanza, aquí
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