'Barneario'
Tribuna
Casa Moreno es la tradición sevillana fusionada en una mezcla de tienda de ultramarinos y un bar de toda la vida
Casa Moreno/Una gran puerta de madera antigua te recibe con las bisagras abiertas de su historia. Un zaguán de ultramar con aromas de Sierra de Huelva te envuelve con su clara calidad. Un arco de la felicidad que da a un patio de Luces Toreras enmarcadas en sus ilustradas paredes. Todo ello, atravesado por una fina y plateada barra llena de vida. “Estamos hechos de trocitos de barra”.
Por las mañanas, los impacientes cafés se adormecen en el profuso paladar de sus suculentas y fértiles tostadas de nivel… A mediodía, un ejército de botellines uniformados empuñan su valiente frialdad a todo aquel entusiasta que se atreve a desafiarlos en cada ronda. “En esta vida, las cosas hay que tomarlas con calma, menos la cerveza que se calienta”.
Batallones de montaditos de diversos colores, y variados y mezclados sabores, acuden en barricadas para saciar al público asistente en esta apetitosa batalla de “tragapan”. “La vida es como un montadito, sabe a lo que tú le pongas”.
Y, entre vinos tartesios: finos, generosos, viejos y olorosos, embarcan en papelones de sedas las exquisitas chacinas ibéricas vestidas con sus mejores galas de excelencia.
Mientras, los ratones de Hamelin hispalensis seleccionan entre finos y crujientes picos todas las variedades de quesos de nuestra geografía láctea… “Una provechosa y afable comida sin quesos, es como cenar con una hermosa mujer a la que le faltara un ojo”.
Así discurre, bullicioso, el día a día en este emblemático establecimiento fusión; mitad tienda y un bar, detrás, en la otra mitad. ¿Tienda o bar?. Dualidad sevillana, donde se rozan las palabras y se abrazan las miradas.
Casa Moreno, cultura y vino, palabras y latas, legumbres y mantecados, dulce y salado, alegrías y tristezas, en efectivo y con tarjeta, clarines y saetas. Sevilla en conservas, de tradiciones envasadas al vacío que perduran de padre a hijos. Casa Moreno, la ilusión por lo permanente. “He aprendido más en la barra de un bar que toda mi vida dando clases en la universidad”. Dicho por un catedrático amigo de esta casa.
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