Los alimentos de temporada y el especial cuidado a los órganos digestivos
Con el otoño aparece un nuevo ciclo en la huerta
Muchas frutas y hortalizas anuncian con su llegada el cambio de estación
Tras el ocio estival existe una tendencia a cuidar especialmente los órganos de la digestión y la nutrición. En otoño, nuestro cuerpo sigue agradeciendo las comidas frescas y ligeras, pero también el movimiento y algunos momentos para desconectar y hacer la transición menos dura.
Aprovechar los buenos momentos de determinados alimentos y dar la bienvenida a otros que comienzan su temporada nos hará llevar una dieta más saludable, llena de vitaminas y minerales.
Y es que los cambios de luz y las temperaturas más suaves traen un nuevo ciclo en la huerta que marca una época de gran variedad alimenticia. Muchas frutas y hortalizas de verano siguen de temporada, más maduras y dulces, mientras que con el cambio de estación llegan otras.
Variedad en la huerta
Por ejemplo, en el apartado de las frutas, las uvas están consideradas como las reinas del otoño. Además, hay otras frutas que afrontan su mejor momento del año, como el aguacate –que en octubre finaliza su particular temporada–, albaricoque, caqui, ciruela, chirimoya, frambuesa, granada, higo, kiwi, mango, manzana, melocotón, melón, membrillo, nectarina, paraguaya, pera o plátano.
Frutas mencionadas como la manzana, el kiwi, el aguacate o el mango comienzan su temporada y se irán consolidando. Todas tienen un elemento en común y es que son muy beneficiosas para esos órganos digestivos que en esta época requieren más nuestra atención.
En la cesta de la compra tampoco faltarán en esta época buenas hortalizas. Las acelgas están en un gran momento y siguen creciendo buenas lechugas, berenjenas, calabacines, pepinos, cebollas, pimientos y tomates. Incluso judías verdes. Pero además llegan los champiñones, algunas coles, puerros más gruesos y las primeras calabazas y boniatos, anunciando también el otoño.
En cuanto a las verduras, la llegada del otoño trae consigo a las zanahorias, calabazas, espinacas, puerros, pepinos, repollos o lechugas, entre otras. Con el final del verano vuelven las coles, que se irán consolidando a medida que avancen el otoño y el invierno.
Una de las primeras en llegar es el repollo, recomendable para consumir crudo en las ensaladas de otoño e invierno y con el que se suele preparar el chucrut, un probiótico que refuerza la flora intestinal. Sin embargo, su aspecto más destacable es la importancia que tiene en la prevención del cáncer, a lo que contribuyen sus antioxidantes y fibras, y la protección de la salud del corazón.
Los champiñones esconden tesoros como la vitamina D y otros nutrientes poco habituales como el selenio, que protege el deterioro celular. También aparece en escena para este período del año el maíz tierno, recién cosechado, por lo que se asemeja más a una hortaliza que a un cereal.
Por último, podemos destacar que ha llegado el momento de disfrutar de las primeras almendras del año, mientras que con los excedentes de fruta madura y algunas hortalizas puedes preparar deliciosas mermeladas y confituras.
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