Un plan de seguridad marcado por el fracaso de la nueva Madrugada
El desajuste en los horarios obligó al Cecop a rechazar el nuevo horario Más de 2.500 policías vigilarán las calles
El dispositivo de seguridad de la Semana Santa de 2015 quedará marcado por el fracaso del plan previsto para la Madrugada, que tuvo que ser cambiado a última hora por la incompatibilidad de los horarios que manejaba cada cofradía. Tendrá que ser otro año, pues, cuando el Gran Poder regrese a su templo por la Plaza del Salvador y no por el Postigo. Meses tuvieron las hermandades para ponerse de acuerdo en cuestiones de horarios e itinerarios y, cuando parecía que lo estaban, resulta que cada una mandó al Consejo unos tiempos de paso distintos, aprobados incluso por el Cabildo de Toma de Horas.
Cuando el Cecop y la Policía se sentaron a analizar los cronogramas de cada hermandad, se dieron cuenta de que los tiempos no cuadraban. El Silencio ponía su cruz de guía en el cruce de la calle Trajano con San Miguel a las 04:14, y la Macarena no terminaba de pasar por este punto hasta las 04:35. De seguir adelante con el plan, habría un parón de al menos 21 minutos, con la agravante añadida de que la Macarena no podría acelerar mucho más su paso porque delante tendría al Gran Poder. Es decir, había un riesgo más que evidente de que se reeditara la pescadilla que colapsó la Madrugada en 1966 y obligó a reformar la jornada al año siguiente.
El Cecop emitió un informe unas horas antes de que se reuniera la junta local de seguridad, que en teoría tenía que aprobar el dispositivo, y el alcalde, Juan Ignacio Zoido, emplazó al Consejo de Cofradías a que aclarara el conflicto de horarios.
El Consejo, con el informe del Cecop alertando del grave riesgo de colapso, decidió volver al statu quo anterior. Por mucho que los consejeros repitieran que la solución era sólo por este año y que a partir del que viene se reformará la jornada de nuevo, la Madrugada de 2015 será similar en itinerarios (en horarios cambian algunos minutos) a la de 2014. Es cierto que la decisión de volver a lo anterior se toma a tiempo, pero no deja de afear la imagen que se haga una vez que los horarios ya estaban aprobados. De nada sirvieron meses de reuniones y acuerdos previos, como tampoco valió para mucho el conteo de nazarenos del año pasado.
La mayoría de los programas de mano, que ya estaban en la imprenta, indicarán unos horarios e itinerarios erróneos para la Madrugada (no es el caso del que repartirá este periódico en su edición del Jueves Santo), algo que choca con esa sensación de que todo estaba bajo control que el Cecop venía dando desde su creación, tras la noche de las carreritas del año 2000.
Al margen de la Madrugada, la Semana Santa volverá a tener un amplio dispositivo de seguridad, conformado por 1.328 policías nacionales, 1.086 policías locales, 318 guardias civiles, 69 bomberos y 25 agentes de Protección Civil. De los primeros, 500 se dedicarán al orden público y 212 al acompañamiento de las hermandades. También habrá retenes de antidisturbios en varios puntos fijos del centro y revisiones de los lugares de paso de las cofradías y de aglomeración de público por parte de unidades especializadas como la de Guías Caninos y Subsuelo. Los guardias civiles se dedicarán tanto a la escolta de los pasos como al control de los accesos a la ciudad.
Por su parte, los policías locales estaran centrados en garantizar la movilidad de peatones y vehículos, los primeros en los pasos de la Carrera Oficial y los segundos en los alrededores del casco histórico, vigilar el consumo de alcohol y drogas al volante, incrementar el control sobre la venta ambulante y actividades recreativas y mantener el orden en las grandes bullas.
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