Gran Poder: Nueve salidas extraordinarias en menos de cien años
La primera procesión del siglo XX se remonta a 1939, por el fin de la Guerra. Las salidas de 1995 y 2013, por la Medalla de la Ciudad y el Vía Crucis de la Fe, se truncaron por la lluvia.
El Señor del Gran Poder protagonizará el próximo viernes la que será su novena salida, más allá de la Madrugada, de los últimos cien años, aunque por mor de la lluvia se llegaron a suspender dos de ellas. El Señor, como una de las imágenes con más tirón devocional, tanto en Sevilla como fuera, fue elegido personalmente por el arzobispo, monseñor Asenjo, para presidir en la Catedral la clausura el Jubileo de las Hermandades organizado con motivo del Año de la Misericordia. Junto a la Virgen de la Esperanza, el Gran Poder es una de las imágenes que más veces ha salido de manera extraordinaria durante el último siglo. La primera vez que lo hizo fue en 1939 por el fin de la Guerra Civil.
No son muchas las salidas extemporáneas durante los siglos XVIII y XIX que señala la Hermandad del Gran Poder en sus anales. La primera se remonta al año 1703. En la tarde del 16 de abril, segundo lunes de pascua, la hermandad se traslada a la parroquia de San Lorenzo. La cofradía residía hasta ese momento en el Colegio de San Acasio, noviciado de Sevilla de la orden de San Agustín, que hoy es sede del Real Círculo de Labradores (calle Sierpes). Casi un siglo después, en 1800, el Gran Poder acude a la Catedral en procesión de rogativas junto a las hermandades de Rocamador, el Silencio, las Tres Necesidades y la Comunidad de San Antonio. Fue el 7 de septiembre. La única salida del Señor en un Santo Entierro Grande se remonta a 1854. Aquel Viernes Santo, 14 de abril, formaron parte de esta gran procesión los pasos del Sagrado Decreto, la Sagrada Cena, la Oración en el Huerto, el Prendimiento, la Sentencia, la Flagelación (las Cigarreras), el Gran Poder, Humildad y Paciencia, Expiración (Museo), Tres Necesidades (la Carretería), el Descendimiento (Quinta Angustia), Sagrada Mortaja, y el Triunfo de la Cruz, Cristo Yacente y Duelo, del Santo Entierro.
Ya en el siglo XX, la primera salida extraordinaria del Señor fue en el año 1939 con motivo del fin de la Guerra Civil. El Gran Poder se trasladó en su paso a la Catedral el 3 de mayo. Allí permaneció hasta el domingo 7, cuando regresó a San Lorenzo. El Señor presidió un triduo sacro en el Templo Metropolitano por este relevante hecho. Lució para la ocasión la túnica de estilo neomudéjar, conocida popularmente como persa, bordada por Rodríguez Ojeda.
Imagen cedida por ICAS-SHAP Fototeca Municipal de Sevilla. Archivo Serrano
Un año especialmente relevante en la historia de la corporación de la Madrugada fue 1965. El Señor y la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso fueron llevados en andas a la parroquia de Santa Teresa, en el Parque Amate, con motivo de las Misiones organizadas por el cardenal Bueno Monreal. Los traslados de las imágenes depararon grandes momentos, como las visitas a San Juan de Dios o a la parroquia de San Benito, lugar en el que en 1431, entonces monasterio de Santo Domingo de Silos, se fundó en 1431 la primitiva corporación.
Imagen cedida por ICAS-SHAP Fototeca Municipal de Sevilla. Archivo Serrano
Ese mismo año, la Hermandad del Gran Poder vivió uno de los grandes hitos de su historia. El 28 de mayo, el cardenal Bueno Monreal bendijo el nuevo templo levantado por la hermandad en la Plaza de San Lorenzo. El Señor y la Virgen salieron por última vez de la parroquia de San Lorenzo camino de la Catedral, donde se celebró un triduo extraordinario. En la tarde del 27 de mayo, las imágenes regresaron al barrio de San Lorenzo pero para entrar ya en su nueva capilla. En la Plaza Nueva se produjo uno de los hechos más destacados al interpretar la banda de Soria 9 la marcha Ione al paso del Señor.
Catorce años más tarde, en 1979, el Señor era designado por el Consejo de Cofradías para presidir el Vía Crucis General de las Hermandades en la Catedral. El Señor fue la cuarta imagen elegida para este rezo del primer lunes de cuaresma. El traslado en andas hasta la Catedral resultó multitudinario, como la vuelta a San Lorenzo. Ocho años después, en 1987, el Consejo presidido por José Carlos Campos Camacho volvía a elegir al Gran Poder para presidir el rezo. El acto volvió a evidenciar el enorme poder de convocatoria del Señor que, de manera extraordinaria, lució una túnica bordada, en concreto la conocida como la de la "corona de espinas". La última vez que el Señor había lucido una prenda bordada en un acto de culto externo fue en la Madrugada de 1948 con motivo del séptimo centenario de la Reconquista de la ciudad por San Fernando.
El 15 de marzo de 1995, el Señor tenía que haberse trasladado de manera extraordinaria a la Plaza de San Francisco donde se le iba a imponer la Medalla de Oro de la Ciudad. El gobierno, presidido por Alejandro Rojas-Marcos, había concedido esta distinción el 13 de enero. Finalmente, por la amenaza de lluvia, la corporación bajo mazas se trasladó a la basílica, donde se le impuso la presea al Señor de manera más íntima.
La primera salida extraordinaria del siglo XXI fue el traslado del Señor a la parroquia de San Lorenzo para conmemorar el tercer centenario de su llegada. El Gran Poder estuvo en besamanos en el altar mayor el 19 de diciembre. Tras una función solemne, regresó de nuevo en andas a la basílica. En el año 2008, el Señor y la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso abandonaron, tras trescientos años, la Plaza de San Lorenzo. El motivo fueron las obras que se realizaron en la basílica. Las imágenes se trasladaron en la mañana del domingo 27 de abril a la iglesia del cercano convento de Santa Rosalía. Allí recibieron culto hasta la vuelta a la basílica, acontecida el viernes 14 de noviembre por la tarde. El Señor lució en el traslado de regreso, de nuevo, la túnica de la "corona de espinas".
En el año 2013, el Consejo de Cofradías eligió al Señor del Gran Poder para presidir una de las estaciones del Vía Crucis organizado el primer sábado de cuaresma con motivo del Año de la Fe. Hubiera sido la tercera vez que el Señor presidiera el Vía Crucis de las Cofradías, aunque con un formato especial. La amenaza de lluvia frustró finalmente este acto ideado por el arzobispo, monseñor Asenjo.
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