'Spider-man No Way Home': bienvenidos al Multiverso Cinematográfico de Marvel
Crítica (Sin spoilers)
La tercera cinta de la saga dirigida por Jon Watts y protagonizada por Tom Holland llega a las salas como un tributo al cómic y especialmente a la historia del personaje en la gran pantalla
El gran evento de Marvel tras 'Endgame' llega a las salas
Si algo han conseguido las cintas del Universo Cinematográfico de Marvel, y que hasta ahora solo lograban productos de la factoría Star Wars, es devolvernos a la infancia durante un par de horas pegados a una pantalla de cine. La épica y la espectacularidad de las impresionantes escenas de acción está muy bien, pero es esa parte sentimental que apela al niño que soñaba con ser uno de esos superhéroes la que ata para siempre a los aficionados a los proyectos de La Casa de las Ideas. No importa la edad si el filme consigue llevarnos a esos días en los que nos bebíamos los cómics imaginando ser parte de esas páginas; lograrlo será su mayor éxito.
Y, en el amplio catálogo de justicieros enmascarados, Spider-man nunca fue uno más. El amigo y vecino siempre fue tan parecido a nosotros, y a la vez tan distinto, que pocos no quisieron ser Peter Parker alguna vez. Un chico de instituto normal, con una vida normal. Ni un inalcanzable genio multimillonario como Tony Stark, ni un científico como Bruce Banner, ni obviamente todo un dios como Thor Odinson... Peter Parker era uno de nosotros. Un joven preocupado por sus estudios, por su familia y por sus primeros amores. Ni sus extraordinarios poderes le arrebataron esa humanidad que el personaje reivindicó siempre en el cómic y tan acertadamente quedó reflejada en sus diferentes adaptaciones en la gran pantalla.
La humanidad, con todo lo que eso conlleva, de Peter Parker es quizás el principal leitmotiv de la trilogía protagonizada por Tom Holland y que se completa con la espléndida Spider-man No Way HomeSpider-man No Way Home. Desde su debut en Capitán América: Civil War y posteriormente en Homecoming y Far from Home hemos visto la evolución de un personaje que, como todos, necesita equivocarse para madurar. El Parker de Holland, como antes los de Tobey Maguire y Andrew Garfield, ha aprendido -y casi siempre por las malas- que “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”.
El viaje personal del Peter Parker de Tom Holland es mayor si cabe en No Way Home. Del niño impulsivo que al principio de la película provoca el lío que da pie a toda la trama con sus malas decisiones, al hombre que sabe lo que tiene que hacer para mantener a sus seres queridos a salvo en un amargo epílogo. Es su humanidad la que le hace equivocarse y es también su bondad genuina, su mayor superpoder, la que le lleva a hacer finalmente lo correcto. Así es y así ha sido siempre Spider-man.
Para los fans
La cinta de Jon Watts es capaz de mantener el dinamismo durante sus dos horas y media de metraje, alternando con acierto escenas de acción visualmente espectaculares -la pelea con Strange, de la que ya tuvimos una muestra en el tráiler, impresiona- y otras con una potente carga dramática. Aunque no falten ciertos toques de humor, diálogos absurdos -en el mejor sentido de la palabra- ni el característico sarcasmo de MJ (una brillante Zendaya), las emociones tanto de los personajes como de los espectadores quedan al descubierto en un buen puñado de momentos.
Como se comentaba al principio, llegar al corazón de los fans es el gran éxito de este tipo de producciones y Spider-man No Way Home lo logra con nota. Es una película diseñada por y para los fans, pues supone un enorme tributo al cómic y especialmente a la historia cinematográfica del personaje a través de los villanos que ya se enfrentaron al hombre araña en la gran pantalla. Otto Octavius (Alfred Molina), el aterrador Duende Verde (Wilem Dafoe, nacido para este papel) y Electro (Jamie Foxx) llevan la voz cantante, con el Hombre de Arena (Thomas Haden Church) y el Lagarto (Rhys Ifans) en un segundo plano. Su interacción con un Spider-man que no es el que ellos conocieron da lugar a la acción y también a ciertas sorpresas, pues todo es posible en el multiverso.
Infinitos universos por explorar
La magnitud de No Way Home la acerca en determinados momentos a Endgame. En cierta escena (recuerden, sin spoilers) los verdaderos creyentes habrán sentido ese mismo escalofrío que nos dejó el momento “Vengadores, reuníos” de la épica batalla final contra Thanos. Hay, por supuesto, mucho fan service en la cinta y los guiños son continuos. Referencias al cómic, al UCM y evidentemente al multiverso, que apunta a ser la piedra angular de esta Fase 4 como lo fueron las gemas del Infinito de las anteriores. Un multiverso que abre infinitos caminos por explorar.
Series como Wandavision y Loki y cintas como la reciente EternalsEternals, de estilos muy diferentes y hasta entonces no explorados en el UCM, nos han mostrado aún una pequeña parte de todo lo que el multiverso nos puede ofrecer. La Fase 4 es sin duda la de la expansión en fondo y forma, con nuevas historias y nuevas narrativas. También con nuevos personajes, fruto de la inagotable colección de La Casa de las Ideas. No Way Home no es tan rompedora, pero sí es emocionante, épica y devastadora. Las escenas post créditos, todo un clásico ya del UCM, nos ofrecen una ligera pincelada de lo que está por llegar dando la bienvenida, ahora sí, al Multiverso Cinematográfico de Marvel.
Como Endgame, Spider-man No Way Home nos deja un final amargo. También en eso es más madura que sus predecesoras, condicionadas por su espíritu juvenil. El camino del héroe incluye tropiezos, pérdidas y decisiones que nadie querría tomar. Pero ya saben que un gran poder conlleva una gran responsabilidad.
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