Los Premios del Cine Europeo coronan a 'Cold War' en su noche sevillana
Premios del Cine Europeo
El Teatro de la Maestranza ha acogido este sábado una gala en la que ha aflorado la inquietud política en Europa y Carmen Maura, Premio de Honor de la EFA, ha puesto el toque emotivo
Sevilla/Ya triunfó en 2014 con Ida, y ahora el polaco Pawel Pawlikowski ha vuelto a hacerlo. Cold War ha respondido a su condición de favorita en los Premios del Cine Europeo y se ha llevado la noche de este sábado cinco estatuillas: película, director, actriz (Joanna Kulig), guión y montaje.
La ceremonia se ha celebrado en en el Teatro de la Maestranza y durante su extensa celebración, de casi tres horas, se han sucedido los discursos reivindicativos contra la censura, la intolerancia y el clima de miedo y represión que se ha instalado en los países de todo el continente. Pero la gala ha tenido también sus momentos de emoción, sobre todo en los homenajes a los veteranos Costa-Gavras, Ralph Fiennes y Carmen Maura, a los que la European Film Academy (EFA) ha dedicado sendos homenajes.
Pawel Pawlikowski ha quedado así coronado como nueva figura del cine europeo de gran proyección. Europa ha caído ciertamente rendido a sus pies, en esta ocasión con una película –de nuevo– en blanco y negro y fuerte impronta del Este, en la que dos turbulentos amantes viven un romance imposible y desgarrado con el telón del fondo del aparato estatal polaco ejerciendo una asfixiante presión en los años más duros del estalinismo.
El escenario del Maestranza se ha transformado en una sofisticada barra de bar. Un diseño escenográfico con el que se quería destacar el propósito del encuentro y el acercamiento entre distintos, una filosofía que ha atravesado toda la velada. "La situación en Europa está cambiando de forma alarmante. Nuestra libertad corre peligro", ha lamentado Agnieszka Holland, que junto al vicepresidente de la Academia, Mike Downey, ha denunciado las penalidades que sufren creadores como el ucraniano Oleg Sentsov, encarcelado en Rusia.
El desafecto del Reino Unido hacia el proyecto europeo también se ha dejado notar. "Como soy de allí", ha dicho Armando Iannucci, ganador del premio a la mejor comedia por La muerte de Stalin –prohibida por cierto en Rusia–, "quiero aprovechar esta oportunidad para decir que amo Europa". "Yo soy medio escocés-medio italiano. Rodé esta película con dinero francés. La posproducción se hizo en Bélgica. El rodaje, en Ucrania y Rusia. Funcionó esto de trabajar juntos. Me parece una buena idea que puede funcionar. En cuanto llegue a mi país lo voy a proponer", ha añadido un Iannucci de tono tan zumbón como su propia, estupenda y divertidísima película.
"Brexit suena como sexy, pero no lo es", ha bromeado también, arrolladora, Rossy de Palma, una de las presentadoras de la gala, que también ha roto una lanza por la lucha feminista: "Queridas mujeres", ha proclamado, "no tenemos por qué pedir permiso nunca más, ni tener a los hombres como espejos".
En lo que respecta a los premios, no ha sido una gala con muchas sorpresas, salvo tal vez el hecho de que, en la categoría de mejor actor, el ganador no fuera Tomasz Kot, protagonista de Cold War. Se impuso finalmente el italiano Marcello Fonte, a quien la Academia ha respaldado por su soberbia actuación en Dogman, de Matteo Garrone.
Pese a venir avalado por el premio en el Festival de Cannes, un histriónico Fonte ha dado muestras de incredulidad cuando se anunció su nombre. "¡Pero si había otros aparte de mí, tíos!", ha exclamado. "Había otro que era fantástico, ¿de dónde era?", ha preguntado. Por los aplausos recibidos segundos antes, cuando su nombre era leído entre los candidatos, bien podría haber sido Victor Polster, protagonista de Girl.
La película de Lukas Dhont, uno de los fenómenos de la temporada, sí ha triunfado en el apartado de Descubrimiento Europeo. Dhont ha dedicado la victoria a las "personas trans de Europa que eligieron ser la versión verdadera de ellos mismos".
Aunque íntegramente realizada en inglés (con el conmovedor, involuntario y divertidísimo boicot de una Carmen Maura a la que los nervios y la emoción de su Premio de Honor la han llevado a alternar dicho idioma con el español y el francés: "las actrices jóvenes están demasiado obsesionadas con el body, pero se puede ser actriz con un cuerpo normal: lo importante es creer en lo que está una interpretando"), la gala ha tenido marcados ecos sureños. Los han aportado especialmente el bailaor Andrés Marín, enérgico y casi ubicuo durante la ceremonia, y la cantaora Rocío Márquez, que ha interpretado su preciosa Si yo me duelo acompañada por el grupo Proyecto Lorca.
El tono de preocupación social y política ha regresado con el premio a Costa-Gavras, que ha sido presentado por Wim Wenders, presidente de la EFA, para quien las películas de este "maestro y creador de un género: el thriller de acción con crítica política", hablan todas "de justicia y dignidad y de la lucha contra el fascismo y la represión".
El propio cineasta griego, en una contenida y breve intervención, ha querido apelar a la esperanza. Como ha demostrado la misma gala que ha acogido esta sábado la ciudad de Sevilla, ha asegurado el director de la legendaria Z, su película de mayor resonancia, "podemos estar juntos, aceptarnos todos pese a nuestras diferencias. Realmente podemos vivir así".
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