El canon del correo electrónico

Síndrome expresivo 82

Más síndromes expresivos:

Paganinis y vivaldis

Anglicismos en la empresa

El canon del correo electrónico
El canon del correo electrónico / Imagen de Muhammad Ribkhan en Pixabay

El artículo de hoy va dirigido a los perdonavidas expresivos que fruncen el ceño cuando un filólogo les propone algunos consejos para mejorar la eficacia en la comunicación escrita. Por supuesto, ellos creen saberlo todo y, como consecuencia evidente, miran desde su imaginaria atalaya de ignorancia al humilde consejero.

Un caso típico de incompetencia lingüística es la redacción canónica de correos electrónicos. Si le preguntamos a cualquier ciudadano con un nivel cultural medio sobre la composición y estructura de este modelo textual, no dudará ni un instante en afirmar: “¡Por Dios, Jorge! ¿Por quién me tomas? ¿De verdad crees que mis correos electrónicos son mejorables?”. Pues sí, monstruo, en el mundo real hay redactores que cuidan su imagen pública a través de una impecable expresión escrita y, lamentándolo mucho, no es tu caso.

Según diferentes estudios sobre las proyecciones en el uso personal y profesional de los correos electrónicos, se espera que en el año 2025 sean 376,4 mil millones de mensajes enviados diariamente. Estos datos solo muestran, sin más, la vitalidad del intercambio comunicativo en el mundo digital y la sustitución definitiva de la carta manuscrita por la inmediatez del mensaje electrónico. No sé vosotros, queridos lectores, pero a veces pienso que en la carta manuscrita había un cuidado estilístico por parte del emisor. Sin embargo, me parece que las prisas, el efecto multitarea y el desdén por el rigor lingüístico dan como resultado unos mensajes deficientes e indescifrables.

Entonces, ¿cuáles son los principales defectos en la redacción de un correo? Te los explico a continuación con ejemplos reales:

  1. No sé por qué, pero a la peña le encanta identificarse con direcciones jeroglíficas o más propias de un proceso de selección para La isla de las tentaciones. Así, no es raro toparse en la bandeja de entrada con un jfercast765@gmail.com (Javier Fernández Castro y los tres últimos números del DNI) o con las hilarantes tronquitodebrasil@hotmail.com y lamasguapadetriana@gmail.com.
  2. Chaval, ¿sabes lo que significa el campo CCO? Ya veo que no, a pesar de que me han dicho que eres un nativo digital. ¡Qué arte! En general, este recurso se emplea para garantizar la privacidad de los datos personales. Sin embargo, en el mundo empresarial algunos trepas de libro no avisan de la copia oculta al jefe…
  3. Tal vez, el asunto sea la parte fundamental de un correo electrónico y no siempre el emisor se detiene en la redacción eficaz del mismo. No sé cómo explicar a mis alumnos que debe ser preciso y alejado de los términos “importante”, “importantísimo”, “urgente”, “muy urgente”, “¡SOS!”. El estilo nominal siempre ayuda a la eficacia del mensaje corto. Perdón, estilo nominal significa la ausencia de verbos y adverbios en beneficio de unos sustantivos certeros.
  4. En el saludo, debemos evitar las referencias temporales como “Buenos días o buenas tardes, profesor:”, ya que la lectura del mensaje no es simultánea a la escritura. Del mismo modo, muchos usuarios olvidan el contexto comunicativo y se dirigen con un amistoso “Hola, profesor:” a su superior o abusan de fórmulas remilgadas y estereotipadas como “Muy señor mío:”. En situaciones formales, un escueto y elegante “Estimado profesor:” sería suficiente para mostrar respeto y cortesía. ¡Y por lo que más quieras, querido lector! Escribe la coma del vocativo en los saludos (¡te lo pido de rodillas!) y no olvides cerrar con los dos puntos: “Hola, profesor:”, “Estimado profesor:”.
  5. El cuerpo del mensaje debe respetar la convención del negro sobre el blanco y la letra 12. Como máximo, intenta estructurar la información en tres párrafos homogéneos y respeta las convenciones ortográficas en los ambientes profesionales. Tu jefe, tu profesor o tu médico de cabecera no es un colega de barra de bar. Por lo tanto, evita los emoticonos, las repeticiones o la ausencia de signos obligatorios en la expresión escrita y, sobre todo, no te pases de listo con los jueguecitos de palabras, la ironía o el sarcasmo. ¡Se me olvidaba un detalle básico de la cortesía y la elegancia expresiva! Mándales los correos con frases destacadas en mayúsculas a tus amigos intelectuales. Cualquier receptor con cierta competencia comunicativa interpretará tu estilo mayúsculo como un grito o ataque personal.
  6. No pierdas de vista la despedida. Muchos redactores infravaloran la importancia de un cierre claro y ajustado al contexto comunicativo concreto. Por favor, agradece el tiempo empleado en la lectura, no aproveches para sobrecargar el mensaje de información y, por lo que más quieras, no incluyas junto a tu nombre una sentencia pomposa como “La vida es un constante acto de fe”.

Consejo final

En el ámbito profesional y público, la sencillez y la claridad son las pautas básicas para que nuestros mensajes sean eficaces. Un truco para valorar la corrección de un correo electrónico es leer el texto en voz alta antes de enviarlo. De esta manera, podrás detectar errores habituales como las frases extensas y laberínticas, las desdichadas ironías y la falta de concreción en el objetivo de la comunicación. Recuerda que los receptores exigen hechos y no palabrería. Por tus correos te conocerán. ¡Ah! ¡Se olvidaba! ¡Cuidado con la IA! A veces, se nota demasiado que te has tragado el ChatGPT. Vale.

stats