España debió golear a una acomplejada Italia

Merecía el equipo español un epílogo menos inquietante tras un partido con Italia que tuvo mucho de soliloquio. Italia, que mantiene el entorchado como campeón vigente de la Eurocopa, dio la impresión de vérselas con un rival superior y es que los de Luciano Spalletti tuvieron un comportamiento de equipo menor. Sin presionar arriba y manteniendo toda la tropa en campo propio lo más lógico es que pasase lo que pasó.  

Después de un primer tiempo de dominio abrumador tuvo que producirse un infortunio del rival para que España marcase. Habían sido abundantes las ocasiones amenazantes para Donnarumma, que tuvo una noche brillante y que sólo dobló la rodilla cuando el fuego amigo decidió la contienda. No se había llegado a la hora de juego cuando la enésima llegada de Nico Williams al fondo acabó en la red italiana en autogol de Calafiori que a la postre sería el único.

La sensación de solidez que el equipo dio en el debut con los croatas se confirmaba ante Italia. Y es que los azzurri no tuvieron ni una sola ocasión de incomodar a Unai Simón. Insisto en que la imagen fue de equipo menor que afronta el partido con la intención de cosechar un resultado digno. La verdad es que es un bloque dificilísimo de doblegar, pues defienden con mucha gente y muy solidaria con abundancia de ayudas para ganar un porcentaje alto de duelos. 

Tras haber hecho los deberes tan brillantemente, ahora se puede afrontar la siguiente cita con rotaciones que descarguen de trabajo al equipo. Con Albania el próximo lunes, De la Fuente puede permitirse la licencia de reservar los peones más importantes. Cuando se hacen los deberes con tanta eficacia, el futuro se afronta con confianza y aunque asoma en cuartos la sombra de Alemania, lo primero es superar unos octavos que se antojan asequibles, pero ya veremos. 

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