María Moreno vuelve a nacer para el arte
Bienal de Flamenco
'De la concepción', el último trabajo en solitario de la joven bailaora gaditana, ha contado con la dirección de escena de Eva Yerbabuena y la dirección musical de Andrés Marín
Aún no tenía diez años cuando conquistó a todos con su gracia gaditana en el programa televisivo de Canal Sur Veo veo, del que aún quedan cuatro minutos y medio sin desperdicio en el Youtube. Aquel día se alzó con el Premio Revelación y, desde entonces, no ha habido forma de bajarla de los escenarios.
Ahora, más de veinte años después, a pesar de que su cara y su frescura permanecen intactas, con el añadido de una técnica que ha ido depurándose sin cesar con el paso de los años, María Moreno (Cádiz, 1986) ha decidido volver a nacer para el arte.
A lo largo de su ya larga trayectoria, ha participado en proyectos tan diferentes como aquel Khalo caló que se vio en la Bienal de 2008, protagonizado por Amador Rojas y dirigido por un jovencísimo Rafael Estévez. O con el de Enrique Solinís y su Euskal Barrokensemble que, según ella, la ha obligado a afrontar el flamenco desde otra perspectiva. Sin embargo, su nombre se asocia sobre todo al de la bailaora Eva Yerbabuena, en cuya compañía entró Moreno con apenas 17 años, absorbiendo sus enseñanzas y recorriendo el mundo durante años en espectáculos como Eva, 5 mujeres 5, A cuatro voces o El huso de la memoria. De modo que a nadie puede extrañar que contara con ella a la hora de afrontar su nueva etapa, aunque para algunos sí ha sido una sorpresa que Eva, que presenta sus Cuentos de azúcar el próximo día 29 en el Teatro de la Maestranza, aceptara el envite y se lanzara, con ilusión y con un gran compromiso, al difícil ruedo de la dirección escénica.
En realidad, Moreno había debutado ya en solitario con Alas del recuerdo, un sencillo espectáculo por el que obtuvo el premio a la Artista Revelación en el Festival de Jerez de 2017 y que, en palabras de la bailaora, "nació con pocas pretensiones; fue durante su recorrido cuando me di cuenta de que tenía ganas de embarcarme en algo más grande, que quería sacar toda mi personalidad y para ello tenía que salir de esa zona de confort en la que siempre he tenido la suerte de vivir. Yo he trabajado mucho por todo el mundo junto a grandes artistas, pero a veces vas de un lado para otro, bailas en teatros increíbles y no digieres lo que has recibido hasta que no te ves sola y eres tú quien tiene la libertad y el riesgo de elegir. Así que comencé a darle vueltas a la idea de un nuevo nacimiento, de una nueva y total concepción, porque el nombre De la concepción lo tuve en la cabeza desde el principio y, como he dicho, ahora soy yo la que elijo lo que quiero. Lo que ocurre es que tenía tantas ideas que debía acotar algunos contenidos y pensar en cómo llevarlos al escenario. Necesitaba ayuda y llamé a Eva Yerbabuena, con la que, después de tantos años, me entiendo casi sin necesidad de hablar".
Para completar el proyecto y que la escena estuviera siempre ligada a la música mediante un sólido y coherente guión musical, la bailaora llamó a Andrés Marín, un artista que "aunque parezca opuesto a mí en la manera de entender el baile, me encanta, y es un verdadero sabio en el terreno musical", afirma.
Según su protagonista, De la concepción no es un renacimiento sino un auténtico nacimiento. "Estoy muy satisfecha -dice- porque, guste o no, esto es fruto de un proceso de muchos meses y muchas discusiones y, por encima de todo, ha sido un trabajo de equipo. Eva y Andrés han sido muy generosos al proporcionarme las herramientas que yo necesitaba, sin personalismos de ningún tipo, pero también Horacio García, que ha compuesto algunos textos, el iluminador, y los músicos. Qué voy a decir de El Extremeño, que me conoce desde que era una niña…".
En un momento en que el abanico de estilos y propuestas es tan variado como el de los artistas que los protagonizan, muchos aficionados andan desconcertados, sobre todo los amantes del flamenco más tradicional, que ha sido hasta este momento el santo y seña de la gaditana. A este respecto y ante su cambio de rumbo, algunos de sus seguidores le preguntan si piensa seguir bailando o va a hacer otras cosas. Ella se ríe con ganas y responde: "Sí, voy a bailar muchísimo. Mi baile ha sido siempre tradicional. Me encanta ponerme tres flores y una bata de cola. Pero soy una artista de mi tiempo y necesito retarme, abandonar esa zona cómoda en la que estaba asentada. Por eso voy a bailar con perfiles que antes no había practicado y cosas algo especiales, como la seguiriya del Nacimiento, que he trabajado mucho con Andrés y a la que he intentado quitarle toda su carga dramática para dejarla tan neutra como un niño recién nacido; de ahí el color carne de la bata que visto. También bailo un tema del grupo Alameda, y unas cantiñas y, naturalmente, una soleá con parte improvisada; porque no quiero estar completamente atada a una partitura".
Además de los citados, la acompañarán los músicos Óscar Lago, Pepe de Pura, Antonio Zúñiga y Javier Teruel, algunos textos en la voz inconfundible (en off) de Lole Montoya y unas hermosas proyecciones de la fotoperiodista Susana Girón. Todo eso y algunas sorpresas más que sólo descubrirán si acuden este martes, mañana, al Teatro Central.
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