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Balance de la Bienal 2024: La ilusión viaja en tranvía
Los diversos escenarios de la ciudad acogerán las distintas vertientes, estéticas y formatos que engrosan una suerte de “Bienal de bienales”, como la define su director, quien ha procurado que los horarios permitan acudir a más de un concierto diario. Propone así un itinerario que arranca el día 11 de septiembre en el Puente de Triana con el ya tradicional flashmob y el posterior pregón de Sara Baras en la Plaza América; para viajar luego a ambos lados del río, de la Cartuja al Alcázar, del Arenal a la Alameda.
Así, nuestra agenda puede comenzar en el Espacio Turina, donde siempre a las 19h disfrutaremos de un nutrido ciclo de guitarra en el que destaca el estreno del disco del maestro Manolo Franco, la sugerente unión de Rycardo Moreno y Niño Josele y el descomunal talento de Manuel Valencia.
El Teatro Central será el epicentro de la vanguardia bailaora, con la colaboración de dos Premio Nacional de Danza, Andrés Marín y Ana Morales, acaparando miradas sobre el estreno de su Matarife / Paraíso, una relectura de la Divina Comedia desde el imaginario andaluz. Après vous, madame, la propuesta de Paula Comitre, se postula como uno de los platos fuertes del festival. El Cucharón y paso atrás del bailaor jerezano Joaquín Grilo es un espectáculo accesible y ameno sobre los cantes de faena, ya estrenado con gran éxito en el Festival de Jerez.
La dolorosa ausencia del Teatro Lope de Vega se palia con la incorporación del Auditorio Cartuja, que tratará de convertirse en esa “Bombonera del cante” con los recitales de Rafael de Utrera, Pedro el Granaíno o Esperanza Fernández.
Muy cerca, en el Monasterio de la Cartuja, dos citas de claro espíritu experimental dialogarán con ese espacio único: el Verso Libre de la bailaora María Moreno y la ecléctica unión cantaora de La Tremendita y La Kaíta. Un marcado contraste con el recital del maestro José de la Tomasa, galardonado con el Giraldillo Internacional de esta edición, en el que hará repaso de 50 años de una trayectoria fuertemente asentada en la tradición.
El Real Alcázar será el palacio de los maestros del cante. De las tablas del Patio de la Montería se adueñará seguro Aurora Vargas, sultana de la esencia gitana. Por los siglos del cante reúne una pléyade de cantaores de los 70, la época dorada de los festivales jondos, capitaneados por Juan Villar, Calixto Sánchez o Marcelo Sousa.
De vuelta al Maestranza, cabe reparar en dos espectáculos de gran formato: el canto a la sensualidad del bailaor Manuel Liñán en Muerta de Amor; y la última producción del Ballet Flamenco de Andalucía, Pineda, un Lorca con el que Patricia Guerrero se estrena como directora.
En esta edición el trasnoche pierde la magia del patio del Hotel Triana, pero ofrece a cambio el hechizo del Muelle Camaronero, donde siempre a las 23h se atenderá a los territorios jondos de Jerez, Extremadura y la propia Triana en espectáculos corales con artistas como Guadiana, Juana la del Pipa o Gualberto. La Alameda añade a su frenética vida nocturna los recitales del Teatro Alameda, donde el cante invita a seguir la juerga con las voces de David Palomar, la destreza festera de El Purili y Cancanilla o la maestría de Enrique el Extremeño.
Por último, la Bienal asalta los barrios con conciertos gratuitos en puntos tan dispares como Sevilla Este, la Alameda, Los Bermejales y los Jardines de Murillo. Como novedad, la bailaora Leonor Leal ha diseñado un espectáculo infantil gratuito en dos citas en CaixaFórum.
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