Miguel Poveda en la Bienal de Sevilla 2024: “A estas alturas no tengo necesidad de convencer a nadie”

El artista vuelve a la cita flamenca después de 14 años con la propuesta ‘Federico y el cante’ 

Se subirá al Teatro de la Maestranza el viernes y el sábado, con todas las localidades agotadas

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Miguel Poveda regresa a la Bienal con 'Federico y el cante' / José Luis Montero

Hablar con –y de– Miguel Poveda es sinónimo de recordar y homenajear, casi sin querer, al eterno Federico García Lorca. El artista disfruta hablando de él, compartiendo sus constantes hallazgos sobre la figura del granadino y poniendo su cante al servicio de la tragedia y la pasión lorquiana. El barcelonés regresa –después de 14 años– a la Bienal para cantar al granadino con su espectáculo Federico y el cante. Lo hará el viernes y el sábado, siendo uno de los grandes reclamos de esta edición. No es casualidad que el tendido de ambos días esté completo. No estará solo en su retorno a la gran cita del flamenco mundial. A las tablas del Teatro de la Maestranza se subirán Eva Yerbabuena, Diego del Morao, la Agrupación Musical Virgen de los Reyes y el pequeño jerezano Manuel Monje. Uno de los platos fuertes de la programación que promete una Noche única. En paralelo, acaba de lanzar su trabajo Poema del cante jondo, que sigue la senda de Enlorquecido. Una oda de amor hacia el flamenco con un claro protagonista: el cante jondo

–14 años sin pisar la Bienal. ¿Cómo lo afronta?, ¿por qué ahora?

–Sinceramente, no me ha apetecido. Tenía otros proyectos que quería mostrar al público sevillano. No quería estar sometido a hacer algo que pide la Bienal. No quiero desmerecer a ningún anterior, pero la forma en la que Luis Ybarra me lo propuso casó con el momento. Me encontraba realizando un disco de flamenco y se ha dado la situación. Tenía que ser así. No hay que forzar las cosas. He seguido viniendo a Sevilla con mis propuestas, muy diferentes a la estructura de flamenco que demanda la Bienal. Tenía un discurso musical que no encajaba con esta cita, pero ahora es el momento. No voy a hacer Poema del cante jondo. Sí que interpretaré algunos, pero voy a llevar a Federico por otros lados.  Mi propuesta se llama Federico y el cante y transitaré por esos autores que convivieron con el poeta. Chacón, Tomás Pavón, Manuel Torre o Pastora Pavón. Quiero mostrar cómo veía Federico el flamenco en aquellos años.

–Es una propuesta casi académica. 

–Pues sí, podemos decirlo así. La propuesta está concentrada en unos años determinados. Voy a interpretar a los cantaores que conoció Federico. Con algunas colaboraciones. Por ejemplo, recordaré a Manolo Caracol con una saeta y con algunas saetas. Y el duende estará hecho cante con Manuel Monje y leerá algunas de las conferencias de Federico.

He seguido viniendo a Sevilla con mis propuestas, pero mi discurso musical no encajaba con esta cita

–La saeta Gitano de Sevilla es una de las colaboraciones más sonadas del disco y, de hecho, Virgen de los Reyes se subirá con usted al escenario del Maestranza. ¿Cómo se ha gestado? 

–Viví 13 años en Sevilla. Desde el minuto cero, me propusieron cantar saetas. Siempre dije que no, porque no me veía capaz. Tengo mucho respeto a Sevilla y aunque la amo, no quería ser visto como un intruso. Al leer este poemario, me di cuenta de que Federico dedicó una buena parte al mundo de la saeta. A lo religioso. No quería obviar esta parte del libro y asumí el reto de cantar una saeta. Tengo amigos que saben mucho del tema y llamé a mi amigo Juan Luis Reyes para pedirle consejo. Me aconsejó Virgen de los Reyes y acudí a ellos. Me pasaron muchas marchas hasta que encontré Gitano de Sevilla. Nos reunimos y creo que hemos hecho justicia al poemario.

–¿Cómo ha nacido Poema del cante jondo

–Nace desde el momento en que necesito volver a hacer un disco de flamenco tradicional y empiezo a sentir que me falta algo. Esto lo he hecho otras veces y habría sido como tener que cumplir esa tarea de recopilar algunos cantes. Pero me parecía que contaba poco y a estas alturas tenía que poner algo de mí. O hacía un trabajo con composiciones propias, pero uno clásico, al uso, no me nacía. Durante la mudanza de mi casa di con el libro de Poema del cante jondo, lo dejé en la mesita de noche y empecé a bucear en él. De hecho, en el festival Flamenco on Fire decidí cantar algunos de los poemas a los que ya empezaba a poner música. Me di cuenta de que había material que me hacía ir de nuevo de la mano de Federico. Es un poeta al que admiro muchísimo y al que podía añadir mi propia música aunque el carácter del disco fuese flamenco tradicional.

–¿Qué Federico hay en este álbum respecto al que mostró en Enlorquecido?

–Este Federico es mucho más concreto. Está centrado en un solo libro. Poema del cante jondo es un poemario que escribe por amor al flamenco. Fruto de aquel entusiasmo que puso para organizar el primer Concurso de Cante Jondo en 1922 con Manuel de Falla. En Enlorquecido, Federico pasa por muchos lugares. El reivindicativo, el premonitorio que hablaba de su propia muerte, el popular, el herido de amor, el de la correspondencia plasmada en sus cartas personales o el que hace denuncia social. Como él dice en una de sus cartas: Había mil Federicos Garcías Lorcas, tendidos para siempre en el desván del tiempo. Pero en este trabajo, el granadino es un compañero que ilustra con las letras una oda de amor hacia el flamenco. El protagonista es el cante jondo. Tomo prestado sus textos para expresarme con el cante jondo y hacer mi propia lectura de su poemario. Pero la idea central es hacer un disco de flamenco. 

La Paquera, Chano Lobato, Fernanda y Bernarda de Utrera, Chocolate o Enrique Morente. Todos estos que he nombrado han desaparecido y hubo una época en la que el flamenco se quedó como un bosque quemado

–En 1992 Manuel de Falla y Lorca crearon el Concurso de Cante Jondo, porque consideraban que este estilo estaba muriendo. ¿Cree que ahora está sucediendo lo mismo?

–Ahora no. De ninguna de las maneras. Recuerdo cuando gané en La Unión con 20 años y si miraba a mi alrededor no había tantos cantaores jóvenes. Es verdad que las máximas figuras del flamenco estaban vivas. La Paquera, Chano Lobato, Fernanda y Bernarda de Utrera, Chocolate o Enrique Morente. Todos estos que he nombrado han desaparecido y hubo una época en la que el flamenco se quedó como un bosque quemado. Pero en este bosque que se ha quedado desolado veo muchas ramas verdes que son una esperanza. No he conocido a tantos cantaores jóvenes como ahora. Ahí están Israel Fernández, Antonio Reyes o María Terremoto. Y no solo en el cante, también en la guitarra y en el baile. Además, están haciendo un flamenco inusual para sus edades y para los tiempos que corren. Con esto quiero decir que veo que el género está vivo y que hay ramas verdes para volver a poblar el bosque que fue.

–Lo que hace en este disco, el poner en valor el cante jondo, también quiso hacerlo el granadino en una época en la que estaba muy de moda la ópera flamenca.

–Exacto. Es un desafío parecido en diferentes épocas.

–Entiendo que los poemas no estaban pensados para el cante.  

–No... Ha sido una dificultad. Federico se expresa desde la más absoluta libertad y hace un reflejo de lo que ve y siente. Con viñetas de algunos cantaores, pero con total libertad. Entendí y asumí que yo también tenía un reto. Una tarea difícil, pero que al mismo tiempo me daba la libertad para hacer melodías a mi aire. Escogiendo el flamenco tradicional como núcleo y base, he abierto el abanico a realizar nuevas melodías. Del mismo modo que Federico ha construido su poesía de forma libre. He hecho es una lectura sobre los textos que he leído con mi imaginario personal.

–Son los textos menos conocidos del poeta. ¿Ha sido intencionado? 

–Sí. De alguna manera he querido bucear por aquellos lugares en los que no había transitado mucha gente. Aunque algunos, como la Baladilla de los tres ríos, sí que se ha escuchado de muchas maneras. Pero sí que he buscado textos que me permitieran hacer una lectura personal.

–Hacer un disco de flamenco puro en la época de las mezclas se podría considerar un acto de valentía o de rebeldía. 

–Ser valiente en estos días no tiene mucho mérito. O bueno, sí, a veces...(Risas)Algunos cantaores en épocas más difíciles también lo han hecho y sí que tenía un valor, pero porque era más complicado. Afortunadamente hemos tenidos artistas como El Lebrijano, Enrique Morente, Camarón o Paco de Lucía que han roto muchos muros y que han dejado un camino más abierto. Por eso digo que es más fácil. Sí que creo que se corresponde a una necesidad vital. A estas alturas no tengo necesidad de convencer a nadie, ni de llegar aquí o allí, ni de estrategias de marketing. Sigo mi corazón y ahora me ha pedido esto. No sé si me moriré mañana y como no lo sé, pues voy a hacer lo que me dé la gana.

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