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Arcángel: “Seré un aprendiz hasta que muera”

Bienal de Flamenco

El cantaor onubense vuelve a la Bienal con 'Un mar de cantes', un recorrido por la parte más clásica de su discografía.

Será este sábado en el Teatro Maestranza.

Arcángel, este año en un concierto en Málaga. / Daniel Pérez / Teatro Cervantes

Arcángel es capaz de enlazar un disco titulado Hereje con el rodaje de una película en la que interpreta a un Jesucristo flamenco. Por medio, dirige un espectáculo en el que jóvenes cantaores interpretan letras de Moreno Galván, todo ello antes de aterrizar en la Bienal con Un mar de cantes, un paseo por la tradición cantaora con el que regresa a la cita sevillana. Un eclecticismo que define la carrera de uno de los artistas flamencos más arriesgados -e influyentes- de las últimas décadas. 

-Su último proyecto es Hereje, un álbum en colaboración con estrellas del rock, y sin embargo se presenta a la Bienal con un recorrido por el repertorio clásico, ¿a qué se debe ese giro?

-Presenté Hereje en Sevilla en febrero, porque el disco salió en marzo de 2023 y esperar a Bienal para traerlo a Sevilla me pareció demasiado tiempo. Así que hacer algo más tradicional tiene que ver con eso, pero Hereje encajaba perfectamente también.  

-¿Cómo estará estructurado ese recital, a qué tradiciones acude?

-Lo anuncio como un repertorio clásico porque indaga en esa parte más tradicional de mi discografía. Intentaremos hacer un recorrido por la mayoría de los palos del flamenco y las provincias andaluzas, representadas por sus cantes autóctonos o figuras de cada lugar.

-Usted ha acudido a la Bienal con propuestas muy dispares, algunas bastante arriesgadas. ¿Siente que la Bienal sigue siendo un motor de creación para el flamenco contemporáneo?

-Sí, siempre. Pero por otra parte debe también incluir la tradición, que es de donde bebe todo lo demás. No obstante lo vanguardista tiene que tener un peso especial, porque considero que es un espacio propicio para que alguien que tenga inquietudes pueda expresarlas. Yo no vengo a Bienal desde 2016, y ahora me apetecía hacer algo más tradicional, pero lo importante es que cada artista tenga la libertad de expresarse tal y cómo se siente. 

"Siempre tengo las orejas bien abiertas. Juntarme con gente joven me rehace"

-Este verano dirigió Cantando las cuarenta, un proyecto con jóvenes cantaores en los que recuperaba textos de Moreno Galván ¿Qué le ha aportado a usted ese contacto con los jóvenes?

-Muchísimo. Estar en contacto con los jóvenes es de obligado cumplimiento. Me quedo con ese arrojo, ese descaro, esas ganas de expresarse de las que he aprendido mucho. 

-Una de sus cualidades es encontrar talento. En su recital junta la guitarra veterana de Miguel Ángel Cortés y la del joven Benito Bernal.

-Sinceramente no sé si es capacidad o aburrimiento. Lo que sí considero que es una cualidad es la curiosidad. Siempre tengo las orejas bien abiertas para cuando escucho algo que me gusta poder tenerlo a mi lado. Creo que juntarme con gente joven me rehace de nuevo, es muy refrescante. 

-A razón de Cantando las Cuarenta, ¿cree que en la renovación de las letras está una de las claves del flamenco del futuro? 

-Hay varios trabajos por hacer. El primero es darle una segunda vida a textos en desuso. Además, hay letras que se identifican con una sola música, y se pueden llevar a otro palo y ya le das otra vida. Así mismo, los poetas clásicos siempre están ahí para usarlos, pero hay que buscar nuevos autores que actualicen las letras del flamenco acorde a nuestra época. 

-Parece que entre las temáticas que desecha el flamenco está un mensaje reivindicativo en lo político o social, al que sin embargo usted no le hace ascos. ¿Se siente solo en ese sentido?

-Honestamente, es difícil contar en clave flamenca cosas que pasan en la actualidad, no está al alcance de todo el mundo. Yo mismo no sabría hacerlo sin caer en lo confesional o lo chabacano. Por ejemplo, me encantaría referirme a la inmigración o la violencia de género, pero cuesta ponerlo en palabras. De nuevo, hay que buscar autores capacitados. 

-Mientras usted sigue grabando discos arriesgados, sus compañeros, especialmente los jóvenes, apenas pasan por el estudio. 

-El flamenco te proporciona la posibilidad de hacer carrera sólo con lo popular, y en consecuencia puedes hacer tu trayectoria sin pisar el estudio. Yo creo que el estudio es un espacio de creación muy bonito y donde se puede dar rienda suelta a lo que tienes en la cabeza. Para repetir lo que se hace en los directos quizás no sea necesario pasar por ahí. 

-Ha anunciado que interpretará a un Jesucristo flamenco en una película. ¿Qué puede adelantarnos de tan peculiar proyecto?

-No ha empezado el rodaje, pero si te hablo de la idea. Intentaremos contar desde el flamenco la vida de Jesucristo. Pepe Begines es el ideólogo de todo esto, y él pretende presentar a un Jesús muy de hoy, o imaginar qué haría si viera lo que sucede ahora. No pretendemos por supuesto ofender a nadie, pero sí que puede haber gente que no se sienta representada. Este tipo de aventuras me sirven para sobrepasar mis límites, o simplemente encontrarlos, que es igual de bonito. Cuando te ves dominador no es tan chulo como cuando te ves limitado y se te abre un camino por hacer. Simplemente por eso ya me merece la pena meterme en algo así. Te diré que los proyectos que menos éxito han tenido de mi trayectoria han dejado una huella más provechosa en mí que aquellos en los que todo fue bien. 

-¿Qué repertorio canta un Jesucristo Flamenco?

-El repertorio es al 80% de Pepe Begines, y es bastante clásico pero con un lenguaje actualizado. 

"Los proyectos que menos éxito han tenido de mi trayectoria han dejado una huella más provechosa en mí que aquellos en los que todo fue bien"

-En el flamenco hay jóvenes que pronuncian su nombre con veneración ¿Siente usted que ocupa una posición de maestro?

-Qué va. Yo soy un aprendiz empedernido, y lo seré hasta que muera. Es una actitud vital mía, aprender. Los años de carrera te colocan en cierta posición, dada por los logros y por la experiencia. Pero desde ahí hay quien te puede ver como un maestro y otros pensar que mejor no aprender nada de tí. Y ambos están bien. Lo que yo nunca voy a hacer es alardear de un conocimiento supremo porque eso no lo tiene nadie. En este viaje se ganan cosas y se pierden otras, empezando por el instrumento. 

-¿Cómo afronta esa hipotética pérdida de facultades?

-Con la edad se gana en profundidad, pero tiene que haber un equilibrio con tu herramienta, que es la voz, porque sino, no vas a poder expresarte como quieres. Es cierto que el aficionado al flamenco valora una merma de las facultades siempre y cuando la enjundia de lo que se está queriendo hacer esté patente. Pero lo que no tiene edad es la creatividad. 

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