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Conciertos de la Bienal de Flamenco en el Alcázar
En las entrevistas, la cantaora Argentina suele repetir a menudo la palabra hábitat, un término con el que identifica el escenario. "Quería estar ahí cuando era pequeña y veía a alguien cantar, y hoy es efectivamente mi hábitat natural, el sitio donde me siento más a gusto", afirma la intérprete onubense, que no en vano ha recurrido a ese concepto, Hábitat, para titular el espectáculo que presentará en la Bienal el lunes 10 de septiembre. Una cita que se desarrollará en un enclave donde a menudo se invoca "la magia", como apuntó el director de la Bienal Antonio Zoido, y en el que Argentina promete "alguna que otra sorpresa y casi todos los cantes. A mí me gusta ser generosa en los directos, darlo todo", dice una artista que no pisaba la Bienal "desde 2010, y me hace mucha ilusión el regreso".
Las guitarras de José Quevedo Bolita, Eugenio Iglesias y Jesús Guerrero, y los coros, palmas y jaleos de Los Mellis, Torombo y José Carrasco formarán parte de una fiesta en la que Argentina está dispuesta a crecerse ante un público que ha agotado las entradas. "El directo", anuncian desde la Bienal, "es el motivo de su vida, su forma de comunicar, de expresar, de relacionarse con el mundo de manera tan desnuda como vino a él". Zoido pensó en la intérprete de Sinergia para el ciclo del Patio de la Montería. "En este escenario en el que se celebraban óperas cuando Felipe V instaló su corte aquí, teníamos que contar con una voz femenina como ella", dijo.
La propuesta de Argentina abre los conciertos que acogerá el Alcázar durante la Bienal, un apartado en el que se espera también a un habitual en la cita, José Valencia, ganador del Giraldillo en tres ocasiones: al acompañamiento al baile, al cante y al momento mágico, un idilio -el de la Bienal y el cantaor- que para Zoido conforma "un matrimonio muy bien avenido".
Este lebrijano nacido en Barcelona regresa el martes 11 con Bashavel, un montaje en el que reivindica, en romaní y castellano, y a través de autores "españoles, canadienses y yugoslavos", la belleza de la poesía gitana. "Quiero darle importancia a esos escritos, a una forma de entender la vida. Bashavel significa reunirse para hacer algo, tocar un instrumento, y yo busco propiciar ese encuentro", expone el artista, que junto al guitarrista Juan Requena, la percusión y batería de Ané Carrasco, el acordeón de Cuco Pérez, el violín de Nicolás El Calabacín, el baile de Karime Amaya y el cuarteto de cuerda Millenium Arts Ensemble, pretende que el público "entienda mejor, desde la poesía y la música, a un pueblo".
Valencia, una de las nuevas voces más respetadas del momento, estará muy presente en la próxima edición de la Bienal: ha puesto la música junto con María Terremoto al flashmob de la jornada inaugural (el día 6 en el Muelle de la Sal), apadrina a Ismael de la Rosa El Bola en el ciclo De la mano de... y entablará un diálogo -aún sin un espacio definido- con el director del festival, Antonio Zoido.
Tras merecer el Giraldillo a la Innovación obtenido en 2016 con los hermosos Diálogos de viejos y nuevos sones, en los que se alió con Rocío Márquez, el violagambista Fahmi Alqhai cumple ahora "un antiguo sueño" y llevará a la Bienal, el miércoles 12 en el Alcázar, Romances. Entre Oriente y Occidente. El director del Festival de Música Antigua de Sevilla (Femás) propone un espectáculo coral que indaga en cómo el canto andalusí dejó una huella indeleble en la música andaluza y el flamenco, una idea con la que prolonga la excelente labor de comunicación que hizo en los Diálogos... y dos años antes, en 2014, con Arcángel en Las idas y las vueltas.
Para Alqhai, el romance "fue un sistema de protesta política" que apelaba al entendimiento, "que perseguía el encuentro entre Oriente y Occidente. Los soldados, la gente ruda, quería la tierra para sí, pero los artistas hablaban del encuentro". El músico está "sembrando en esta idea" junto a la Accademia del Piacere y un soberbio equipo en el que participan la veterana Carmen Linares, la cantante belga de origen tunecino Ghalia Benali y la soprano Marivi Blasco, "un trío de ases para interpretar el cante en Al-Ándalus". Completarán el elenco Agustín Diassera a la percusión, Kiya Tabassian al setar, Rami Alqhai y Johanna Rose a la viola da gamba y Javier Núñez con el órgano y el clave.
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