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Balance de la Bienal 2024: La ilusión viaja en tranvía
José del Tomate | Crítica
**** 'Plaza vieja'. XXXI Bienal de Flamenco. Guitarra: José del Tomate, Cristóbal Santiago. Cante: Kiki Cortiñas. Bajo: Antonio Ramos 'Maca'. Palmas y coros: Antonio Torres. Percusión: Jonatan Cortés. Lugar: Alcázar de Sevilla. Fecha: Jueves, 1 de octubre. Aforo: Lleno.
Cuando subió al escenario con todo el grupo pensé: "es difícil para un chaval de 20 años enfrentarse solo al público de la Bienal". Fue un espejismo, porque hizo 4 temas en solitario. La taranta solar, de su tierra, de su gente, pero personal. La soleá íntima. Y dos temas ajenos: la zambra, esa fantasía alambrista que compuso su tío Niño Miguel, a quien dedicó la pieza, en los setenta. Y la Canción de amor de Paco de Lucía, de los ochenta, de la que hizo una preciosa reducción a guitarra sola, respecto de un original para dos guitarras y orquesta, y que fue el único estreno de la noche.
Los tanguillos contundentes, con la voz de Kiki Cortiñas. Los tangos de pegadizo estribillo. Las bulerías, en generosa ración. Antonio Ramos, el decano de los miembros del grupo, funcionó como un soporte rítmico ideal. Cristóbal Santiago hizo sus variaciones en las segundas bulerías, de corte más jazzístico, de la noche. También se apoyó el guitarrista de manera recurrente en el cante camaronero de Cortiñas. La voz soportó una amplificación extrema, por lo que en algunas pasajes del concierto, resultó estridente.
Estamos ante un hombre muy joven, con un sonido fresco, que no ligero. Sus composiciones son sólidas y su toque, moroso, oriental, muy seguro. No se pierde en disquisiciones, no busca armonías complicadas, discursos alambicados. Lo suyo es directo, muy físico. Se siente cómodo en los temas rítmicos. Porque puede, por su dominio técnico. Su fraseo es pulcro, directo. En los temas propios o en la zambra del Niño Miguel, tan directa como exigente, y que resolvió con una soltura envidiable. Respecto a los de su propia cosecha, José del Tomate demostró que es un gran compositor de melodías cantables. El grupo, formado por intérpretes muy jóvenes, funcionó muy bien. La naturalidad, el virtuosismo sin estridencias de José del Tomate, nos volvió a cautivar. Es y será uno de los nombres a tener en cuenta en la guitarra flamenca actual.
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