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Nueva Gadeira, un viaje al origen fenicio de Chiclana

Este espacio cultural permite contemplar vestigios de más de 3.000 años de antigüedad, así como disfrutar de recreaciones virtuales de la historia de la ciudad, que parte de estos yacimientos de los siglos VII y VIII

Interior de este Centro de Interpretación.

16 de diciembre 2024 - 06:00

Conocer el remoto pasado de la ciudad de Chiclana está al alcance de todos gracias al viaje en el tiempo que propone el Centro de Interpretación Nueva Gadeira, un espacio cultural ubicado en el Barrio Nuevo, donde el visitante podrá conocer los orígenes fenicios de la localidad, que se remontan a más de tres milenos.

Después de tres años de obras, Chiclana abría por todo lo alto las puertas de este espacio arqueológico en noviembre del pasado año para invitar a una mirada al pasado con la que el ciudadano puede disfrutar de una experiencia sensorial a través de diversos recursos multimedia diseñados con la tecnología más avanzada. Un recorrido en el tiempo donde se tiene la oportunidad de ver los restos arqueológicos de una antigua ciudad fenicio-púnica cuyo solar ha permanecido ocupado hasta la actualidad, quedando numerosos vestigios observables a día de hoy.

Se aprecia una línea de costa que hace tres milenios llegaba hasta el actual Puente Grande

Este equipamiento cultural, en el que se ha adaptado una antigua pieza de bodega y nave municipal situada en el Cerro del Castillo que albergaba parte de los restos arqueológicos, se ha diseñado de tal forma que los visitantes pueden contemplar estos vestigios, así como disfrutar de recreaciones virtuales de la historia de Chiclana, que parte de estos yacimientos de los siglos VII y VIII antes de Cristo. También ofrece diferentes panorámicas del casco histórico, así como una visión del proyecto global que se prevé llevar a cabo en la zona.

Visitantes observan una de las exhibiciones multimedia.

Por otro lado, el contexto geográfico ayuda a entender este centro con un simple ejercicio mental, en el que hay que imaginar con los ojos de un fenicio la marisma como el mismo mar. Así, se aprecia una línea de costa que hace tres mil años llegaba prácticamente hasta el actual Puente Grande, donde debía desembocar el río Iro.

El asentamiento fenicio del Cerro del Castillo responde, por tanto, a una ubicación estratégica. Fácil transporte por barco y una elevación que permite otear aún hoy Cádiz, San Fernando, Medina, Conil y, por supuesto, Sancti Petri y su templo de Melkart.

Las investigaciones muestran que a lo largo de los siglos muchos grupos humanos vivieron y dejaron su huella en este espacio

Tras una fachada contemporánea en la que se puede leer desde fuera lo que se narra por dentro, gracias a paneles de krion que se retroiluminan para tener un aspecto de día y otro de noche, este espacio arqueológico aspira a transformar el yacimiento en una antorcha que ilumine el pasado fenicio de Chiclana, reivindicando y mostrando su rico pasado como parte esencial de las islas Gadeira. Este origen fenicio de la ciudad confirma también la íntima ligazón que durante tres mil años ha compartido la Bahía de Cádiz.

Coexistencias de culturas

Los restos arqueológicos excavados desde 2006 describen un enclave construido a la manera oriental, con una muralla de cajones y pautas urbanísticas que permiten hablar de la existencia de una ciudad ya en siglo VIII a. C. Una ciudad en tierra firme y al amparo de temporales e invasores en la que el río Iro tuvo un importante papel.

Las investigaciones han puesto de manifiesto que a lo largo de los siglos muchos grupos humanos vivieron y dejaron su huella en este espacio. Ánforas, cerámicas policromadas decoradas a bandas, fragmentos de pithoi, urnas, cerámicas con engobe rojo y cerámicas hechas a mano vienen a testimoniar la coexistencia de dos culturas que aprendieron a convivir juntas: la población autóctona y las poblaciones fenicias venidas de Oriente que trajeron nuevos conocimientos tales como la cerámica a torno. 

Los pavimentos dan testimonio de que se está ante una zona monumental con técnicas constructivas complejas

Pero, este centro también habla del pasado romano y almohade de Chiclana y la relevancia que tuvo este asentamiento en tiempos de la romanización y la Edad Media. Así, muestra restos de una calzada romana y, dando un salto en el tiempo, abundantes utensilios medievales como cántaros, lebrillos, ataifores, etcétera.

Una de las salas con restos arqueológicos.

Más testimonios del pasado

Las excavaciones arqueológicas realizadas en el yacimiento también han dado a conocer dos edificios monumentales, conservándose de uno de ellos un muro de diez metros de largo por setenta centímetros de ancho, con un pasillo o zona porticada.

Del otro edificio, aún por excavar, se ha sacado un muro de unos cuatro metros de largo. También se han recuperado fragmentos de estuco de color blanco-beige que cubrirían las fachadas de los dos edificios dándoles un acabado liso semejante al mármol.

Se une a estos hallazgos la existencia de un suelo de pavimento púnico formado por cerámicas de diferentes tipologías: púnicas (norte de África) y áticas (Grecia). Estos pavimentos dan testimonio de que se está ante una zona monumental, con técnicas constructivas más complejas dignas de edificios de gran relevancia.

En cuanto a los ornamentos venidos de Oriente, la gola egipcia encontrada remite al estilo arquitectónico egiptizante, imperante en el Mediterráneo del siglo V a.C. Inspirada en los ramos de hojas de acanto, fue un elemento fundamental del arte monumental fenicio y sobre todo púnico.

Perfil sagrado

Todos estos elementos constructivos y ornamentales fechados entre el siglo V y el II a.C. son característicos de los templos y santuarios fenicio-púnicos de todo el Mediterráneo y hacen suponer que su valor sería más sagrado o simbólico que meramente decorativo.

En la excavación, también se encontró la terracota de un rostro que podría ser una diosa, una sacerdotisa, un oferente o una divinidad masculina cuyos ojos miran desde el pasado, pero sin revelar sus secretos.

Recientemente, celebró su primer año abierto con una serie de actividades para todos los públicos

Por otro lado, pequeños testimonios del pasado como agujas, un huso y pesas de telar permiten relacionar este espacio con actividades femeninas, en ocasiones realizadas en lugares de culto. En la Antigüedad, la hilatura y confección de tejidos se consideraba una actividad sagrada cuya elaboración era solo conocida por las mujeres y se transmitía de madres a hijas.

Una imagen de su inauguración, hace algo más de un año.

Primer aniversario

Por otro lado, es importante señalar que este equipamiento cultural –que puede visitarse de martes a domingo de 10:00 a 14:00 horas y las tardes de martes a viernes de 18:00 a 20:00 horas- ha querido celebrar recientemente su primer aniversario con una serie de actividades para todos los públicos en torno a uno de los asentamientos más antiguos e importantes de la provincia de Cádiz, y han sido muchos los que se han acercado a este lejano pasado de Chiclana para recibir una verdadera lección de historia.

 

 

 

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