El Papa se despide de España instándola a vivir "como una familia"
El papa visita españa
El Pontífice, que se ha reunido con Zapatero en El Prat durante diez minutos antes de marcharse, ha centrado su mensaje en el rechazo al aborto y al matrimonio homosexual.
El Papa ha finalizado su visita a España con la misa de consagración de la Sagrada Familia de Barcelona, en una ceremonia en la que ha aprovechado la simbología de este escenario para condenar la eutanasia y el aborto, así como para abogar por la familia y los matrimonios heterosexuales.
Benedicto XVI ha finalizado una visita de dos días a España que comenzó en Santiago de Compostela y ha culminado esta tarde en Barcelona con una ceremonia de despedida con la presencia de los Reyes y del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con el que antes de irse ha mantenido un breve encuentro "distendido y amable" en el Aeropuerto de El Prat durante unos diez minutos.
El Papa ha trasladado a Rodríguez Zapatero su agradecimiento por el "gran esfuerzo" que ha hecho el Gobierno central para que la visita en Santiago de Compostela y Barcelona saliese bien. Por su parte, Zapatero ha transmitido al Papa la disposición del Gobierno central en colaborar para que la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se hará en agosto de 2011 en Madrid, también sea un éxito.
Si el Papa lanzó en el avión hacia Santiago un discurso en el que advertía de que España vive un "anticlericalismo" equiparable al de los años 30 -lo que causó sorpresa en el Gobierno español- los mensajes del Vaticano emitidos en Barcelona han sido más contemporizadores.
En este sentido, el portavoz vaticano, Federico Lombardi, ha dicho que en las palabras de Benedicto XVI "no había ninguna intención polémica" y que el encuentro del Papa con Rodríguez Zapatero se ha celebrado "en un clima de cordialidad".
No obstante, Benedicto XVI ha vuelto a ofrecer un claro mensaje sobre la defensa de los valores de la familia que defiende la Iglesia católica, y ha querido escenificarlo ante las miles de personas congregadas en la Sagrada Familia para asistir a la misa de consagración de este símbolo religioso y a la vez icono universal.
Horas más tarde, en la ceremonia de despedida y ante los Reyes y el presidente del Gobierno, ha remarcado su mensaje al anunciar que rezará para que "todos los pueblos de España" reciban los "dones celestiales" que les ayuden "a vivir como una sola familia".
Las 22 horas del Papa en Barcelona ha combinado el carácter ceremonial de la misa de la Sagrada Familia con otro marcadamente emotivo durante la visita esta tarde a la obra benéfico-social del Niño Dios, donde se han producido escenas de cálida complicidad entre el Pontífice y los niños discapacitados y sus familiares.
La jornada que ha vivido Barcelona con la visita papal, un hecho que no se producía desde 1982, ha comenzado cuando a las nueve de la mañana el Papamóvil partía del palacio episcopal entre los vítores de cientos de ciudadanos.
El recorrido hasta la Sagrada Familia se ha desarrollado sin incidentes graves y al llegar al Templo se ha producido un breve encuentro con los Reyes en un ambiente de "proximidad y afecto", según han explicado fuentes de la Casa del Rey.
El Arzobispo de Barcelona, Lluís María Sistach, ha dado la bienvenida al Papa al inicio de la ceremonia y ha definido la Sagrada Familia como una visión "del cielo en la tierra".
Ya en su homilía, en la que ha alternado el castellano y el catalán, el Papa ha condenado con firmeza la eutanasia y el aborto, pidiendo a los estados que la natalidad sea "dignificada, valorada y apoyada jurídica, social y legislativamente".
También ha pedido apoyo del Estado para los matrimonios entre un hombre y una mujer, así como medidas económicas y sociales para que la mujer encuentre en el hogar y el trabajo su plena realización.
Tras la misa, a la que han asistido unas 8.000 personas dentro del templo y unas 50.000 fuera, el Papa ha rezado el ángelus desde el atrio de la fachada del Nacimiento, donde ha incidido de nuevo en "la dignidad y el valor primordial" del matrimonio y la familia.
A continuación, Benedicto XVI ha vuelto en Papamóvil al Arzobispado, en un recorrido seguido por más personas que el de ida y que también ha discurrido sin incidentes, y ha almorzado con su séquito y con los obispos en el palacio episcopal.
Por la tarde, Benedicto XVI ha visitado la obra benéfico-social del Niño Dios, donde ha destacado los "formidables" avances de la sanidad en el cuidado de los más débiles, pero ha defendido que los nuevos desarrollos tecnológicos "nunca vayan en detrimento del respeto a la vida y dignidad humana".
Ya en su discurso realizado antes de embarcar en dirección a Roma en el aeropuerto de El Prat, el Papa ha querido "abrazar a todos los españoles" y, aunque ha lamentado que en esta ocasión tan sólo haya visitado dos ciudades, ha recordado que el próximo año estará en Madrid para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud.
Por su parte, el Rey ha agradecido las "numerosas muestras de generosidad hacia España" del Papa, así como sus palabras "llenas de esperanza en que es posible un mundo mejor", y ha subrayado que la aportación del Cristianismo es "clave para entender la personalidad histórica" de este país.
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