Sencillamente superior (1-3)

Si algo transmite este Sevilla es que tiene mucha más calidad que la media de equipos de esta Liga tan igualada en la mediocridad y tan desigual en la excelencia y que físicamente es un bloque imponente perfectamente capaz de jugar intenso y con talento para desnivelar pronto, tarde o cuando sea menester.

Encima viajaba a Éibar, el encomiable Eibar, con una racha negativa con riesgo de segundazo después de una primera vuelta increíble (incluso empató en Nervión) que le permitió tener un colchón de puntos muy importante. Pero el bravo equipo vasco es ahora mismo un cadáver con botas, errático hasta el hartazgo y con poquísimo gol. Y así, ante un rival muy superior y que siempre buscó el premio, se hace casi imposible.

Aunque Emery dijo que alinearía al mejor Sevilla posible, lo cierto es que le dio otra vuelta a la alineación del Rayo, lógico ante el tramo final que se avecina, con varios hombres poco o nada habituales (Arribas y Aspas titulares, por ejemplo) pero con cinco-seis titulares habituales. Equipo muy competitivo muy poco exigido atrás y que encima se encontró con una genialidad de Reyes nada más empezar, con un pase al hueco buscando a Bacca digno de la mejor videoteca, marcando el colombiano tras regatear con temple a Irureta.

El Sevilla por delante, y pronto, como últimamente, y a la contra con delanteros como aviones. Ocurre que el Eibar no defiende bien una falta que saca Reyes, Arribas no llega pero hace dudar a Irureta y Bacca aprovecha para marcar a placer. Veinte en Liga ya el colombiano y apenas 15 minutos jugados.

Presa de su impotencia, el Eibar nunca terminó de inquietar a un Sevilla ahora mismo lanzado. Controló con poco esfuerzo al cuadro local, a pesar del gol de Piovaccari en un córner evitable y defendido de forma deficiente. El Sevilla no cejó y dejó el tema zanjado mucho antes que otras veces, con una contra de libro de Bacca en la que Gameiro hace un aclarado perfecto para la llegada de Reyes, quien recibo y bate cómodamente a Irureta. 1-3 y a pensar en mayo, que viene tan duro como apasionante para este Sevilla de Emery que ya está a sólo dos puntos de su puntuación máxima histórica, los 71 puntos que logró con Juande hace ocho años. Y cuarro partidos por delante para pelearle la Champions al Valencia hasta el final. Viendo a este Sevilla, que así será es indudable.