"El fútbol me da de comer, voy a ir a muerte"
Aleix Vidal Parreu
Aleix Vidal ha sorprendido por su gran capacidad de sacrificio. Es un apasionado del fútbol, "su trabajo", y dice que debe mejorar "el juego interior y el balón aéreo".
-No se puede quejar. Un gol, un buen partido en Cornellà, reconocimiento a su esfuerzo...
-Quizá no disfrutara mi gol porque acabaron empatando al final, y de esa forma es doloroso. Pero no pasó factura, se demostró en Barcelona. El equipo está haciendo las cosas mejor en ataque y en defensa, nos estamos conociendo mucho mejor. Y en cuanto al esfuerzo, bueno, siempre se habló de que era una de mis virtudes. Puede que en lo ofensivo me falten algunas cosas, pero en lo defensivo siempre he sido muy solidario con mis compañeros y voy a seguir siéndolo.
-Llegar el primero lo ayudó...
-Bueno, eso depende un poco de la pillería de cada uno, yo soy de quedarme rápido con las cosas. El estilo del míster está claro, en lo defensivo quiere orden y luego salir al contraataque, que es un estilo que yo llevo poniendo en práctica en el Almería muchos años. En lo ofensivo le gusta jugar más por dentro y eso es un tema que tengo que perfeccionar. Tengo que mejorar muchos aspectos, pero hay muchas fases del juego que yo ya había puesto en práctica.. Ahora estoy en mejorar en los entrenamientos y en darle motivos al entrenador para que siga contando conmigo. Siempre que la competencia sea sana es positivo para el equipo, porque te exige sacar el 200% de tu rendimiento. El míster ha contado conmigo para los primeros partidos, pero no me puedo dormir porque los compañeros están apretando fuerte.
-¿Por qué cree que está jugando por delante de un futbolista tan mediático como Deulofeu?
-Es difícil que pueda responder a esta pregunta. Yo lo único que hago es entrenar bien y ganarme el puesto. Tengo poco que decir, si fuera por mí, egoístamente, sí pensaría que tendría que jugar siempre, pero no lo decido yo.
-¿Qué le ha sorprendido del club respecto de la imagen que tenía?
-Un seguimiento específico nunca le he hecho al Sevilla. Pero me gusta mucho el fútbol y siempre lo he seguido, quizá un poquito por el tema de la afición, que siempre estaba encima del equipo, y por cómo se viven los partidos en el Sánchez-Pizjuán. Y al llegar es como me esperaba, es como yo lo veía desde fuera, pero ahora lo vivo por dentro. En cuanto al vestuario y el club, respetando al Almería, se nota la diferencia. En el vestuario me he integrado bien, he caído bien, y la adaptación está siendo perfecta.
-Ha estado en muchos sitios, se lo trabajó bien. De 2008 a 2011, Espanyol B, Panthakrikos, Nàstic, Mallorca B...
-En el Espanyol no jugué, firmé tres años en edad juvenil. No confiaban en mí, me fui a Grecia, cedido en el Panthakrikos, y allí estuve en Primera División, que ya fue un salto importante. Me costó al principio, pero luego me fue bastante bien. Cuando volví, seguían sin creer en mí y rescindí. No me trataron bien, era otra directiva. No les tengo que dar las gracias por nada.
-¿Por eso corrió tanto en Cornellà?
-No, no. Ahora tengo buena relación con la directiva. El único que buscaba mi bien y que creía en mí era Paco Herrera.
-Luego firmó por el Nàstic, volvió a su tierra natal.
-Había pillado experiencia en Grecia y el último día del plazo firmé por el Nàstic, para jugar en su filial, la Pobla de Mafumet, en Tercera División, entrenaba en Segunda pero jugaba con el filial. Hasta que empecé a ir con el primer equipo, aunque sólo jugué algún partido suelto, contra el Rayo Vallecano, y ya está. También me fui. Y en el Mallorca me pasó igual. Pensaba que podría tener la oportunidad de jugar en el primer equipo. No surgió tampoco, hasta que...
-Hasta que el Almería le abrió la puerta de la élite en 2011.
-Sí. Siempre le he echado un poco de cara porque siempre he confiado en mis posibilidades. Cuando me llamaron de Almería les dije lo mismo, que yo sabía que firmaba por el filial, pero que quería tener la oportunidad de hacer la pretemporada con el primer equipo. Me dijeron que sí y me encontré con Lucas Alcaraz, que prácticamente fue un flechazo. Llegué del filial, le ofrecían fichajes con mucho más nombre que yo, y él dijo que no quería a nadie, que iba a confiar en mí, y así fue. Jugué toda la temporada, fui el jugador de campo con más minutos, por detrás sólo del portero Esteban, que lo jugó todo. A partir de ahí ya fui hacia arriba.
-Se puede decir que Lucas Alcaraz es su padre futbolístico.
-Lo fue. Lo he dicho muchas veces. No será la primera vez ni la última que lo diga. En el fútbol siempre hay alguien que te tiene que dar toda la confianza y esa persona para mí siempre fue Lucas Alcaraz y siempre le estaré agradecido.
-¿Cree que el Sevilla es el sitio para asentarse definitivamente?
-Sí. Le agradezco mucho al Almería, sin ellos no tendría lo que tengo hoy. Y en el Sevilla, Unai es un entrenador que saca el máximo rendimiento a los jugadores y para mí, y para mis compañeros, eso es bueno. Estoy muy contento. Espero cumplir los cinco años aquí.
-Parece que ha llegado al fútbol porque usted se lo ha propuesto, como una fijación personal...
-Yo desde pequeño ya lo tenía claro. Nunca he sido bueno para los estudios y le dije a mi padre: quiero ser futbolista y voy a ser ser futbolista me cueste lo que me cueste. He tenido que ir de un lado para otro y al final lo he conseguido. Voy a ir siempre a muerte con el equipo que me dé de comer. Lo hice en el Almería y lo haré en el Sevilla.
-Desde esa perspectiva, sería un sueño jugar la Supercopa...
-Eso es algo que nunca te imaginas y un día de repente te lo encuentras. Para mí fue un regalo, porque esa final no la había trabajado yo.
-De todos los sitios donde ha estado, ¿dónde ha encontrado más pasión por el fútbol?
-Aquí, aquí pero con diferencia. En Grecia era pasión mezclada con... ¿fanatismo? Aquí notas el respaldo en todo momento. Allí lo viven de otra manera. Estás calentando en el campo del Olympiacos y te cae al lado una botella, un asiento... O te vas con la camiseta con veinte escupitajos en la espalda. Allí también lo viven mucho, impacta más. Pero la mejor afición con diferencia es la de aquí de Sevilla, hasta el día de hoy.
-¿Qué quiere demostrar ahora?
-Tengo cosas que mejorar. Pero el trabajo siempre lo voy a hacer vaciándome en cada partido, cada minuto. Luego las cosas saldrán mejor o peor, pero siempre me iré a casa pensando que he dado lo máximo.
-Se le ha visto gol, se le ha visto recorrido, capacidad de trabajo defensivo. ¿Qué le falta?
-Quizá ese juego por dentro que busca el míster. Creo que lo estoy mejorando, y el balón aéreo, algo que nunca ha sido mi fuerte, ha sido siempre mi carencia, pero es algo que estoy mejorando.
-¿Y más precisión en el área? Ante el Valencia marcó en segunda instancia y en Cornellà tuvo una clara ocasión al final...
-Bueno, no creo. Ante el Valencia tuve que orientar el control hacia fuera porque Barragán venía cruzado y me la hubiera quitado, se tiró forzado y eso impidió que hiciera el golpeo limpio, Diego Alves tapó el primer palo y tras el rechace busqué el agujero. Y en Cornellà pasó un poco lo mismo. Fue un balón que roba Diogo a Víctor Sánchez, se mete en el área y cuando da el pase a Bacca la rechaza Álvaro, pero no sale muy fuerte, y en el momento del golpeo me caigo encima de Álvaro porque se tira, y no me deja hacer el golpeo limpio. Si no llega a tirarse así, el portero la tendría que haber sacado de la red.
-Llama la atención que recuerde las jugadas enteras y a los rivales que participaron en ellas. No es muy habitual en los futbolistas...
-Sí, bueno, intento ver los partidos luego de jugarlos para corregir cosas, porque siempre hay que mejorar. Cada temporada hay un equipo que sigues, porque tú coges los rivales que va dejando en el calendario. Este año, por ejemplo, siempre intento ver el Almería, porque su rival nos toca luego a nosotros, y siempre vas sacando cositas. El fútbol es un deporte colectivo en el que jugamos once. Si cada uno hace lo que tiene que hacer los resultados van saliendo.
-¿Cree que por su forma de ver el fútbol encaja con la filosofía que busca Emery para el Sevilla?
-Es un entrenador que mira mucho el tema defensivo, que creo que es lo más importante, porque si logras dejar la portería a cero tienes muchas opciones de ganar el partido y es lo que yo haría si fuera entrenador. Este año espero que aproveche mucho las bandas para el contrataque, sin dejar de jugar por dentro. El otro día el gol vino así, un balón que le mete Carriço a Bacca, yo en esa posición quizá en el Almería me hubiera quedado en la banda y no habría estado en el borde del área. Me la bajó, abrí a Coke, incorporación y remate.
-Que Emery mire tanto el trabajo defensivo es poco popular...
-Cada uno tendrá la opinión que quiera de esto. Pero si defiendes bien y dejas la portería a cero tienes el 50% de posibilidades de ganar. A partir de ahí, nosotros estamos demostrando que creamos muchas ocasiones. Sin van entrando, los resultados van saliendo.
-¿Esa idea bastará para pelear por el cuarto puesto?
-Eso no lo sé. Hay que ir peleando cada semana y los resultados al final son los que marcan los objetivos. Es una temporada muy larga, cuatro puntos de seis es una buena cifra para empezar, hay que seguir.
-Parece que se toma muy en serio su profesión, como un trabajo y no como un divertimento.
-Tienes que disfrutar jugando, pero sin olvidar qué es lo que te da de comer. Yo a mi mujer y a mi hija les quiero dar la mejor vida posible en el día de mañana y eso me lo da el fútbol. Hasta el día que me retire voy a ir a muerte, esté donde esté.
Aleix Vidal suele ver los partidos de los contrincantes del Sevilla
Es raro encontrar a futbolistas que vivan el fútbol con la misma intensidad que técnicos o aficionados. Cuando deja las botas en el vestuario, el jugador suele desconectar hasta que vuelve a ponérselas para entrenar o competir. No es el caso de Aleix Vidal, un futbolista con alma de técnico. Por ejemplo este sábado presenció in situ el Almería B-Sevilla B. "Viajo a Almería para asuntos personales y aprovecharé para ver el partido. Quiero ver a algún compañero que otro, puede que se acerque el técnico Francisco... Hice buenas migas allí, estuve tres años muy bonitos allí. Hay compañeros del Sevilla B que entrenan con nosotros y vas haciendo una relación con todos. No me cuesta nada". También ve los partidos del Almería. "Nos toca jugar con los rivales que sueltan ellos". Y los partidos del propio Sevilla después de jugarlos: "Para corregir errores".
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