El alcalde fuerza su salida antes de julio y el adelanto de la elección del candidato
Monteseirín confía en que el PSOE "tome una decisión cuanto antes" tras el congreso de Griñán y reclama un cargo de responsabilidad política tras su marcha del Ayuntamiento "porque es mi vocación"
Y se explicó. Hasta donde quiso, o hasta donde pudo. Pero habló y dio la cara ante los medios. Alfredo Sánchez Monteseirín reactivó ayer su agenda pública de improviso y compareció a final de la mañana en el acto de presentación de un cartel que CCOO dedicó al día de la mujer trabajadora. Fue allí donde atendió todas las preguntas de los periodistas, a demanda, y donde avanzó sus intenciones de futuro. Como, por ejemplo, su opinión relativa a que ni su salida del Ayuntamiento, ni su sustitución transitoria, ni la elección del candidato a las municipales de 2011 pueden esperar a julio, como señala el propio presidente de la Junta, José Antonio Griñán, ya que el regidor aboga por acelerar todo el proceso "para decidir lo mejor para Sevilla y lo que más interese a la ciudad".
Monteseirín pidió celeridad, que no prisas: "Cualquier decisión, no obstante, se abordará después del congreso regional del PSOE-A y después del consejo de ministros que se celebrará en Sevilla" -las citas tendrán lugar los días 13 y 20 de marzo, ambas con la presencia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero-. Hasta entonces, el regidor ha pedido a su equipo que se aplique en el trabajo pendiente del día y día para que el "proceso que ahora se abre en ningún caso afecte a la gestión municipal".
No antes de las dos visitas de Zapatero, pero tampoco esperar a julio. "Estas decisiones conviene tomarlas cuanto antes para preparar con tiempo la propuesta política del PSOE de cara a las elecciones de 2011. Ya veremos si hay que esperar a julio o no", sostuvo.
Lo que sí tiene claro el alcalde es que su despedida definitiva de la Plaza Nueva sería acordada con Griñán y que, de ser a corto o medio plazo, como parece, estaría vinculada a dejar atados y bien atados extremos como los de la elección del candidato a alcalde para 2011 y también de su posible sustituto durante el período de regencia. "No tengo todavía una decisión tomada porque tengo que seguir hablando, y mucho, con el partido para ir preparando el futuro". ¿Aguantar hasta final del mandato? "Bueno, tendremos ocasión de hablarlo durante las próximas semanas y mantendré reuniones, con Viera y con más gente del partido, para manifestar mi opinión, que está fundada en el conocimiento de la ciudad y en mi experiencia, y aunque la decisión última corresponda al partido, espero que la tengan muy en cuenta".
Sobre los tiempos -la orden de Griñán para que agote el mandato y su opción a pensárselo-, el regidor negó que existiesen "posiciones contrarias" sino "muchas consideraciones y opiniones que barajar". Y agregó: "Podemos entender que [Griñán y yo] lo vamos a hablar". Y se permitió un guiño: "Yo hablo permanentemente con Griñán, y cuando no podemos nos mandamos SMS".
Y no sólo de salida. También dijo que tenían que hablar de la "sucesión transitoria", sobre todo tras haber sido preguntado por si Rosamar Prieto-Castro, su edil de Fiestas Mayores, sería la mejor solución para sustituirle hasta final de mandato, que por supuesto no contestó: "Voy a trabajar duramente para que nuestro objetivo se cumpla y sea el más interesante para la ciudad".
Tampoco se pronunció sobre su apuesta por Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, tanto como alcalde sustituto como para candidato a la Alcaldía. "Tenemos la suerte de tener varias opciones; hay que resolverlo, y cuando se haga será fruto de un trabajo maduro", espetó. Eso sí, sea cual fuere el candidato del PSOE, subrayó que el proyecto político que él había instaurado en la ciudad "ya no tendrá vuelta atrás; a Sevilla ya no hay quien la pare".
Y dos cuestiones más. De un lado, una velada crítica al modo en que Griñán anunció la renuncia del alcalde a ser candidato por cuarta vez -difundido por el presidente andaluz por Europa Press el pasado miércoles-: " Yo estaba al tanto, pero quizá en tiempo y forma se podía haber hecho mucho mejor". Encajado el golpe, dijo sentirse "anímicamente bien", e incluso se permitió el desliz de ironizar alegando que "tengo fuerzas, ya que lo único que tengo cansada es la vista por ser miope". Y volvió a justificar su decisión, como en la carta publicada el pasado domingo que, por cierto, dijo tenerla escrita desde hacía tres meses: "Anímicamente estoy bien porque creo que es una postura coherente, sensata, honesta, acorde con mis principios".
Y otra más, relativa a su futuro, como si se tratase de un aviso a navegantes: "Cuando entré en política, pensé que sería de paso y que mi vida estaría en la medicina, pero ahora me gustaría seguir teniendo responsabilidad en el ámbito de la política porque es mi vocación". Ni pizca de ganas parece tener de volver al SAS, por lo menos a su plaza de inspector médico en excedencia.
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