"No quiero hacer daño a mi hermano, sólo que la familia pueda descansar"

"Mi hermano es la única familia que tengo y he querido protegerlo. No quiero hacerle daño, solamente que la familia [de Marta] pueda descansar y también yo, pues esto me está matando por dentro". Así justificó este lunes Miguel Carcaño ante el juez Francisco de Asís Molina su séptima versión de los hechos, en la que incrimina a su hermano Javier Delgado en la muerte de Marta. Al término de su declaración, que se prolongó por espacio de casi dos horas, el juez decidió imputar a Javier Delgado, que podría comparecer en las próximas horas.

El hasta ahora asesino confeso de Marta reiteró en su declaración, esta vez como testigo, por lo que está obligado a decir la verdad, que el cuerpo está enterrado en La Rinconada, donde la Policía ya ha buscado sin éxito. Carcaño le dijo al juez que "verdaderamente no puede decir dónde está dicho lugar, ni de manera aproximada" y aseguró, a preguntas del abogado defensor de su hermano, que no busca su autoexculpación con esta versión. "No es ése mi propósito ni tampoco incriminar a mi hermano. Si he llegado a esta situación es porque durante el tiempo que he hablado con la Policía, he intentado que se encontrara el cuerpo de Marta y he pedido ayuda a mi hermano y como él no ha querido ayudar he prestado esta declaración", recoge el acta de la declaración de Miguel a la que tuvo acceso este periódico.

Carcaño compareció ante el juez de Instrucción número 4 de Sevilla, el mismo que investigó en su día el asesinato y ante el que ratificó todos los extremos que ofrece en su séptima versión. El asesino de Marta, que está visiblemente más delgado que en sus últimas comparecencias y presenta ahora un nuevo look con el pelo largo, permaneció cabizbajo durante el trayecto desde el calabozo hasta el edificio de los juzgados. En la puerta de la sede judicial le esperaban más de una treintena de periodistas y un grupo de ciudadanos que lo increparon e insultaron a su llegada y a la salida, pidiendo que diga la verdad.

La declaración que el joven ha ratificado ante el juez fue prestada el pasado 22 de febrero en la prisión de Morón de la Frontera, donde Miguel Carcaño se entrevistó con los policías del Grupo de Menores (Grume), en presencia de una de sus abogadas, Mónica Gallardo Bejarano. En esta séptima versión, Carcaño asegura que en la tarde del 24 de enero de 2009, cuando llegó a su piso de León XIII con Marta, su hermano le pidió que tendiera una lavadora y, a continuación, le comentó que le habían informado de un retraso en el pago de la hipoteca del inmueble. Carcaño le contó a su hermano que había sacado 800 euros para comprarse una moto y que había cogido una consola play-station, un home cinema y una cámara de fotos, que pensaba que eran regalos del banco y sin saber que al final se lo descontarían, como así sucedió.

Según el relato de Carcaño, al contarle lo que había sucedido con el dinero, su hermano comenzó a insultarlo, a pegarle y a decirle "siempre eres igual". La pelea continuó hasta la puerta del dormitorio de Miguel, donde estaba Marta, quien según la nueva versión, se "abalanzó" sobre su hermano para que éste dejara de pegarle. Miguel Carcaño dijo que Marta cogió del cuello a su hermano para separarlo y que en ese momento Javier Delgado "se lleva la mano al cinturón donde llevaba un revólver en una funda atada al cinturón y lo saca, se da la vuelta y a él le da una vez y se mete con Marta en la habitación, donde él puede ver cómo su hermano golpea a Marta en varias ocasiones".

Marta cayó al suelo, encima de una manta que hacía las veces de alfombra, y a continuación su hermano le habría pedido que fuera por el tensiómetro de su madre, colocándoselo y comprobando que había muerto.

A partir de ahí, Carcaño relata que su hermano le pidió que lo llevara a casa de su mujer, en la calle Tharsis, y lo hizo en su moto, dejándolo en la puerta del garaje y ordenándole que regresara a León XIII. Carcaño asegura que estaba "nervioso y acojonado".

Cuando llegó su hermano de nuevo al piso, se fue directo al dormitorio, y entonces sonó el porterillo de la puerta. Carcaño abrió de forma instintiva y entró Francisco Javier García Marín, el Cuco, que vio a Marta en su habitación y "salió corriendo".

A continuación, cogieron la silla de ruedas, montaron a Marta en la misma y la llevaron al coche de la ex mujer de Javier. Carcaño asegura que antes de irse con el cuerpo, volvió para dejar la silla y en ese instante es cuando, según el joven, coincidió con su vecino Diego Carrere, que llevaba "dos cascos" de moto.

En esta versión, Carcaño asegura que tiró el teléfono móvil de Marta a una alcantarilla que hay junto al Bingo donde trabajaba, en la calle Asunción, lo que motivó que la unidad de subsuelo rastreara dicha alcantarilla de forma infructuosa, puesto estas alcantarillas fueron reformadas y el material extraído fue triturado y trasladado a un vertedero de La Rinconada.

El joven afirma que al día siguiente, el domingo 25 de enero de 2009, regresaron a la zona donde enterraron el cuerpo y lo rociaron con cal viva. Según Carcaño, su hermano echó dos sacos y "olía muy fuerte".

Carcaño sostiene que todas las versiones que ha dado hasta ahora han sido para "proteger" a su hermano porque, además, desde que se cometió el crimen hasta que fue detenido todo lo que hizo fue siguiendo las "indicaciones de su hermano", del que asegura que le tiene "pánico", aunque este lunes matizó que el miedo al que se refiere es a que "su sobrina pierda a su padre" no a que le haga algo..

En cuanto a la zona donde enterraron a Marta, Carcaño asegura que ha dicho todo lo que recuerda y que quiere "realmente" que el cuerpo aparezca, pero "no puede aportar más datos" porque no sabe el lugar exacto donde la enterraron.

Miguel afirmó igualmente a los policías que estaba "muy asustado" y que ha dado un paso muy importante al confesar estos hechos y colaborar con la Policía desde que está ingresado en prisión.

El final de su declaración resume su nueva confesión, al afirmar que espera "que le crea" porque su "única intención es que aparezca Marta" y para ello, concluye Miguel Carcaño, la única persona que sabe el lugar exacto donde la enterraron "es mi hermano".