Adiós al Plan Centro: éxito de crítica por falta de público
Calle Rioja
Nuevos tiempos. La fecha elegida, con la ciudad en vacaciones, desdramatiza los efectos traumáticos de la primera medida visible del Ayuntamiento de Zoido.
ÉXITO de crítica por falta de público. Así, en el argot de los críticos de teatro en homenaje a la nueva directora de la Bienal de Flamenco, Rosalía Gómez, se podría sintetizar el balance del primer día de no aplicación del Plan Centro tras la prometida derogación por parte del alcalde.
"No se nota, pero se va a notar en cuanto empiecen los colegios", dice un conductor de Tussam en la plaza del Duque. "Ya se notaba cuando existía el Plan, porque mucha gente pasaba". Ya no hay cartel disuasorio en la Barqueta, pero hay momentos de este primer día de agosto -como fecha es la mejor- en los que no se ve un solo vehículo entrando a la Alameda de Hércules, el "bulevar laico" del que hablaba Torrijos que ahora cuenta con una estampa del Señor de Pasión en el despacho de la delegada de distrito.
Escribe José Hierro en un poema que un automóvil es más hermoso que la Victoria de Samotracia. El todoterreno aparcado en pleno corazón peatonal de la Campana, parte trasera dando a Pilar Burgos, parece una estatua a la derogación, un monumento a este abolicionismo. Un policía local instruye a la conductora del paquidermo con ruedas sobre cómo salir del laberinto.
Ya se ve la nueva cartelería. Junto al Panteón de Sevillanos Ilustres se advierte de la presencia de una zona peatonal. "Absoluta prioridad al peatón". Ya acusarán a los nuevos ediles de absolutismo. Ahora que un australiano ha ganado el Tour de Francia, bicicletas y ciclistas aparecen en las antípodas de las prioridades. El epíteto absoluto remite a un párrafo del Código de Circulación donde se notaba el relativismo del legislador: "La prioridad no es un derecho absoluto". Para prevenir epitafios del tipo aquí yace un peatón que tenía la prioridad.
Donde Albanio veía un ángel sosteniendo un libro en sus manos, según el texto de Ocnos de Cernuda que se puede leer junto a la puerta de la iglesia de la Anunciación, ahora se ven policías locales con su boletín de multas. El nuevo orden del tráfico llega poco a poco. Una señal en la esquina de Laraña con la Encarnación aparece tapada con una tela negra como la que se colocaba en los televisores para guardar el luto. Es la señal de los exceptos: Excepto Tussam, Taxi y Bus Escolar; Excepto Hoteles; Excepto Residentes; Excepto acceso a Garajes y Servicios Oficiales. No hubo regla con más excepciones.
El arquitecto Javier Queraltó desayuna en la plaza de San Andrés. Este arquitecto fue concejal socialista de Obras y Servicios en el primer mandato de Manuel del Valle. Ahora se derogan normativas del tercer mandato de Sánchez Monteseirín. Antes de que vuelvan los coches, han vuelto los puestos de higos chumbos.
"Todas las ciudades tienen su Plan Centro. En Córdoba no se puede entrar, en Granada tampoco". Juan Robles intuye problemas en septiembre. El tabernero que se convirtió en canónigo laico y simbólico de los aledaños catedralicios se va unos días a Venecia. Un modelo de Plan Centro ya descrito por Thomas Mann y Visconti con música de Mahler. Cuando silencian la peste para no espantar al turismo. Una película en la que se habla de Málaga y no de Sevilla. Con la de veces que la habrá visto Alfonso Guerra.
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