Ni Calderón se libra ya de la convulsión

Un grupo de aficionados abronca al entrenador y a los jugadores en el primer entrenamiento de la semana.

El técnico verdiblanco, Gabriel Humberto Calderón, dialoga con sus jugadores.
El técnico verdiblanco, Gabriel Humberto Calderón, dialoga con sus jugadores.
Samuel Silva / Sevilla

18 de febrero 2014 - 05:02

La tensión se disparó este lunes en el primer entrenamiento de la semana, que el cuerpo técnico decidió realizar a puerta abierta en la ciudad deportiva. Un grupo de aficionados abroncó a los jugadores desde la salida al terreno de juego, pero este lunes ni siquiera Gabriel Humberto Calderón se libró de las reprimendas.

La situación deportiva del equipo, que se suma a la incertidumbre institucional, provocó que los aficionados la tomasen este lunes con los jugadores. Incluso los miembros de seguridad contratados por la entidad verdiblanca se tuvieron que colocar junto al muro que separa el campo de entrenamiento de la grada, para evitar que los incidentes fueran a mayores.

"Esa camiseta no la merecéis" o "Jugadores, mercenarios" fueron algunos de los cánticos que se escucharon con fuerza en la ciudad deportiva, después de que los silbidos y los insultos recibieran a la plantilla al comienzo del entrenamiento. "Tanto pedir perdón... Corred y sudad la camiseta", espetó un indignado aficionado a los jugadores mientras éstos realizaban el trabajo. Jugadores como Vadillo, que lleva semanas lesionado, o Dídac, que no participó en el duelo de Granada, también se llevaron reprimendas personalizadas, antes de que buena parte de los asistentes a la sesión recordasen a la plantilla que están enviando al Betis a Segunda.

Los titulares en el encuentro ante el Granada, que realizaron un trabajo de recuperación en el campo B de la ciudad deportiva, tampoco se libraron de los silbidos y los insultos, que escucharon mientras se encaminaban a los vestuarios. Luego, cuando abandonaba en su vehículo la ciudad deportiva, Amaya, uno de los capitanes, se paró a dialogar con los aficionados que esperaban a los jugadores en la puerta e incluso acabó siendo despedido entre aplausos.

La derrota en Granada, acompañada de una pésima imagen, dejó al Betis con pie y medio en el abismo, y este lunes numerosos aficionados se lo recriminaron a los jugadores e incluso a Calderón, que ya tampoco se libra de este ambiente convulso.

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