Un tenso pulso vis a vis
Lopera se acoge a su derecho de no declarar y sale satisfecho de la visita a la juez Alaya, que lo acusa de considerar al Betis como "una fuente inagotable de negocio" para su beneficio.
El cara a cara que mantuvieron este jueves Manuel Ruiz de Lopera y la juez Mercedes Alaya levantó muchísima expectación, pues el empresario de El Fontanal fue citado para declarar ante la magistrada, que lo acusa de un delito societario y de apropiación indebida cuando estaba en el Betis.
El ex presidente de la entidad heliopolitana, que estaba citado a las 10:00, llegó una hora y cuarto antes de lo que estaba previsto acompañado de su gente más cercana, mientras que Alaya lo hizo media hora después de lo establecido. Sin embargo, ya una vez en la sala, la tensión se palpó en el cara a cara que ambos mantuvieron, pues Lopera, como tenía previsto su defensa, se acogió al derecho de no declarar, mientras que la juez lo acusó de considerar al Betis "una fuente inagotable de negocio", pues considera que "los rendimientos obtenidos por Tegasa y Encadesa derivados de las relaciones con el Real Betis han sido favorables desde el comienzo y se han mantenido a lo largo de las distintas temporadas".
Y es que Alaya entiende que el perjuicio en las catorce temporadas que Lopera estuvo al frente del Betis ascendería a una "suma de 24.973.829.82 euros", tal como quedó reflejado en el segundo informe pericial. La magistrada también señaló la relación existente entre las empresas de Lopera y el Betis, ya que "Encadesa, al igual que ocurriera con Tegasa, adquiere la capacidad por cesión del Real Betis de negociar con terceros en nombre propio, y no por cuenta del Betis, los derechos económicos que resulten de la actividad deportiva del club, quedándose Tegasa con el derecho de patrocinio sobre los futbolistas y con la explotación de los derechos de imagen y Encadesa, con todos los demás recursos, lo que constituye una clara disminución del patrimonio del Real Betis", por lo que así "parte de los ingresos procedentes de la actividad deportiva del Real Betis, al no tener Encadesa actividad distinta, se traspasarían cada temporada por Encadesa a las otras dos sociedades de don Manuel Ruiz de Lopera, indirectamente, para su enriquecimiento personal", considerando así la juez que Lopera podría haber obtenido beneficios de este entramado.
Tampoco pasó Alaya por alto un asunto que tiene que ver con el actual estadio Benito Villamarín, pues la juez cree que "es ciertamente sorprendente y, de paso, ilícito el contrato de 20 de febrero de 2002, cuya firma ordena el señor Ruiz de Lopera entre el Betis y Encadesa y en el que se acuerda que el Betis debe pagar a Encadesa por la no continuación de las obras del estadio".
Pese a todo esto, Lopera salió de los juzgados satisfecho, pues, pese a todas las imputaciones de la juez, entiende que todo transcurrió según lo previsto. Tanto es así que ni las asociaciones (BxV, PNB y LJB) presentadas en la causa ni el fiscal dijeron nada, y las fianzas tampoco se elevaron más. Incluso, Ruiz de Lopera, que ya a su llegada se mostró relajado y sonriente en todo momento, mantuvo su tan característica línea humorística a la salida, mandando un mensaje mediante los medios de comunicación presentes en el Prado de San Sebastián: "Yo tengo más ganas que hablar que vosotros, pero no me dejan mis abogados. Pronto daré una rueda de prensa. Llevo dos años deseando hablar, pero no puedo. Me duele mucho mi Betis".
Después de estas breves declaraciones, Lopera se marchó de los juzgados, de nuevo sonriendo, a la espera de que Alaya dé por cerrada una larga instrucción en la que el empresario espera que la juez archive la causa y la parte presentada en la causa contra él, que pague todo el daño que habría causado en su etapa al frente del Betis.
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