Los dos acusados de matar a un vigilante en Marchena para robar cobre se niegan a declarar
La defensa de los imputados ha solicitado la nulidad de la prueba de ADN practicada, mientras que el Ministerio Público ha aportado el resultado de otra prueba de ADN realizada a los acusados en otra causa que ha sido aceptada.
Marchena (Sevilla)/Los dos jóvenes de nacionalidad rumana acusados de asesinar a un vigilante de seguridad en la planta fotovoltaica de Marchena (Sevilla) para robar cobre se han acogido a su derecho constitucional a no declarar durante el juicio celebrado este miércoles en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial. Durante la vista oral, la defensa de los imputados -para quienes la Fiscalía pide 28 años de cárcel- ha solicitado la nulidad de la prueba de ADN practicada, mientras que la representante del Ministerio Público ha aportado el resultado de otra prueba de ADN realizada a los acusados en otra causa que tuvieron en Almendralejo (Badajoz), la cual ha sido aceptada por la Sala como prueba.
Después de que A.D., de 24 años, y M.L., de 25 años, se hayan acogido a su derecho a no declarar, ha comparecido como testigo en el juicio un compañero de trabajo y amigo de la víctima, quien ha relatado que sobre las 19:00 horas del 24 de noviembre de 2009 recibió una llamada en la que el fallecido le avisaba de que dos individuos habían intentado entrar en la planta fotovoltaica haciendo para ello un agujero en la valla perimetral. La víctima logró atajar este primer intento de robo "al alumbrar con la linterna y pegar una voz" a los acusados, ha narrado este testigo, responsable de la empresa de seguridad, quien ha añadido que, sobre las 04:00 horas del día siguiente, se sintió intranquilo por dicho intento de robo y llamó al finado tanto al teléfono móvil del trabajo como al particular, pero ambos estaban apagados.
Por este motivo, se trasladó en su coche hasta la planta fotovoltaica, donde halló a su compañero, que no portaba arma de fuego alguna, "esposado" con sus propios grilletes, "malherido, ensangrentado y tirado en el suelo", pudiendo comprobar que los acusados "le habían metido las hombreras del uniforme de vigilante en la boca". Ha señalado que, tras el primer intento de robo, llegó a proponer a la víctima "la posibilidad de mandar" un segundo vigilante a la planta, pero "me dijo que no era necesario".
Los hechos ocurrieron el 24 de noviembre de 2009, pero no fue hasta finales de enero cuando murió la víctima, a quien los imputados robaron el coche y los dos teléfonos móviles que portaba tras darle una paliza en la que llegaron a introducirle un punzón en un ojo. El fiscal pide para cada uno de los dos acusados 21 años y medio de prisión por un delito de asesinato; tres años y medio por un delito de robo con violencia, y tres años de cárcel por un delito de daños mediante incendio, ya que supuestamente quemaron el coche del fallecido tras huir en él.
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