La prensa extranjera, objeto de detenciones, agresiones y amenazas en Egipto

La policía egipcia mantuvo retenidos a seis periodistas del canal regional TV3, de Cataluña. Dos periodistas de ABC y COPE también fueron arrestadas.

Efe

03 de febrero 2011 - 13:47

El cairo/La revolución egipcia alcanza a la prensa internacional. Los seguidores del presidente Hosni Mubarak intentan silenciar las voces de los periodistas internacionales, acogiéndose a la política del todo vale. Mientras, la policía militar del país de Oriente Próximo retuvo durante cinco horas a dos equipos del programa 30 minuts de Televisió de Catalunya (TCV). En total, se llevaron a seis profesionales de los medios, que se encontraban rodando un capítulo del programa en un barrio popular del país, con motivo de la revolución. Uno de sus compañeros, Joan Roura, fue agredido en directo por un partidario del dirigente. Rosa Molló, corresponsal de TVE, explicó que la situación llega a tal punto que la prensa tiene que quedarse en los hoteles: "Si salimos, nuestras vidas peligran". También reporteros de la CNN fueron víctimas de este bando. El peor parado fue Anderson Cooper, "golpeado diez veces en la cabeza cuando una turba de partidarios de Mubarak le rodeó a él y a su equipo", explicaron sus compañeros a través de Twitter.

Eduard Sanjuán, director de 30 minuts; los reporteros Roser Oliva y Lluís Jené; la realizadora Mireia Pigrau; la productora Sandra Rierola; y el operador de imagen Walter Ojeda. Todos ellos fueron detenidos en el mediodía del jueves por la policía militar egipcia y permanecieron durante cinco horas en esa situación. Su posterior puesta en libertad fue posible gracias a sus argumentos y a las "presiones externas" desde Barcelona, dijo Sanjuán.

En el momento del arresto, se encontraban rodando un capítulo protagonizado por la revolución contra Mubarak. Según afirmó el director del programa al canal 3/24, en un primer momento pensaron que la policía pretendía protegerlos. Después, fueron acusados de ser instigadores de la revuelta y espías y sus intérpretes fueron tachados de "traidores a la patria".

Las enviadas especiales Laura Caro (ABC y Punto Radio) y Beatriz Mesa (COPE) también fueron detenidas el jueves, y puestas en libertad poco después. De hecho, en el caso de la segunda, tuvo que visitar la comisaría en dos ocasiones a lo largo de la mañana, informó a través de Twitter la cadena de radio.

Uno de los periodistas de TV3 que se libraron del arresto fue agredido mientras informaba en directo desde encima de un tanque situado en el meollo de la manifestación, en la plaza Tahrir. Joan Roura pudo seguir con su crónica después de que un hombre armado con una pistola le empujase para que dejara de desarrollar su trabajo.

No fue el único español atacado. La corresponsal de TVE Rosa María Molló resultó herida mientras cubría el conflicto, según confirmaron a fuentes de la cadena. Un grupo de civiles detuvo el taxi en el que viajaba y la obligó a bajar. Lo mismo ocurrió con el resto de sus colegas: "Hemos sido literalmente arrancados de los taxis", explicó la periodista al Canal 24 horas de TVE. Al identificarse como reportera, la agredieron y le robaron el material. Molló confirmó que no había sido "nada grave", pero apuntó que había necesitado la ayuda del Ejército.

"Nos atacan cada día, pero hoy (por este jueves) ha subido de grado", explicó. La situación, dijo, "es muy tensa", por lo que "los periodistas se están concentrando para estar juntos". Cuando los civiles que participan en el conflicto los descubren entre la multitud, les agreden y les intentan robar los pasaportes. En este sentido, Molló aseguró que la prensa está "secuestrada literalmente por los progubernamentales", convertida "en el objetivo" de la turba. "Tenemos que permanecer en los hoteles por seguridad, porque si salimos, nuestras vidas peligran", denunció.

También este jueves, un grupo de seguidores de Mubarak atacó a un equipo de la cadena estadounidense CNN. Los trabajadores de la misma explicaron a través de Twitter que Anderson Cooper había recibido diez golpes en la cabeza, "cuando una turba de partidarios de Mubarak le rodeó, a él y a su equipo". Lo mismo le ocurrió a los empleados de Al Arabiya, hasta el punto de que uno de ellos tuvo que ser trasladado al hospital. Además, la televisión indicó que hubo "manifestantes" que intentaron irrumpir en sus oficinas de El Cairo, aunque no especificó a qué bando pertenecían.Las ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) y la Federación Internacional de Periodistas (FIP) condenaron las agresiones. RSF destacó las que sufrieron trabajadores de la BBC, Al Yazira, CNN, Al Arabiya o ABC. La Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) se sumó a la protesta y pidió respeto hacia quienes trabajan "por ofrecer información libre e independiente".

La Federación calificó los acontecimientos como "una campaña concertada de intimidación" y recordó a los progubernamentales que deben respeto a los informadores. A pesar de que la situación no pueda calificarse de conflicto bélico, la FAPE se atiene al Protocolo adicional I a los Convenios de Ginebra para la protección de los periodistas.

EE.UU Y España piden a Egipto que garantice la seguridad a la prensa

El portavoz de la Casa Blanca Robert Gibbs exigió este jueves la liberación de cualquier periodista detenido mientras cubre las manifestaciones egipcias. Los actos cuyo objetivo es intimidar a los medios de comunicación son "totalmente inaceptables", dijo Gibbs a los reporteros que viajaban con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en el Air Force One.

El país americano, aliado de Egipto, pidió a Mubarak que inicie de inmediato un proceso de transferencia del poder. Además, condenó con firmeza la violencia de los dos últimos días, que, según los manifestantes antigubernamentales, ha sido instigada por el régimen. Gibbs reiteró el mensaje de Washington de que las autoridades deben permitir que las protestas se desarrollen de forma segura.

Por su parte, el Departamento de Estado de EE.UU denunció que "hay una campaña coordinada para intimidar a los periodistas internacionales en El Cairo", con el objetivo final de obstaculizar su trabajo. "Condenamos estas acciones". Así lo expuso P. J. Crowley a través de la red social Twitter.

Trinidad Jiménez, titular de Asuntos Exteriores y Cooperación, se sumó a las protestas estadounidenses y reclamó este jueves a las autoridades egipcias que "garanticen la seguridad de los periodistas españoles y, en general, de toda la prensa extranjera frente a las agresiones y el trato inaceptable que están recibiendo por parte de grupos violentos".

La ministra subrayó mediante un comunicado que "varios periodistas españoles de diferentes medios han sido retenidos y agredidos por grupos incontrolados que pretenden intimidarles para impedirles realizar su trabajo". Asimismo, expresó su "profunda preocupación" y rechazó "enérgicamente" estas "prácticas". Jiménez pidió à Mubarak que proteja "la integridad" de los reporteros para que "puedan ejercer libremente su labor profesional". La jefa de la diplomacia española está en continuo contacto con los periodistas españoles, para "asistirles en todo aquello que puedan necesitar".

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