Jaque a la italiana: Berlusconi provoca una nueva crisis de gobierno

La dimisión de los ministros del partido de 'Il Cavaliere' se una a la fuerte deuda italiana y a la grave recesión económica a la que se enfrenta el país transalpino.

Jaque a la italiana: Berlusconi provoca una nueva crisis de gobierno
Jaque a la italiana: Berlusconi provoca una nueva crisis de gobierno
Por Hanss-Jochen Kaffsack (Dpa)

29 de septiembre 2013 - 14:04

Roma vuelve a ser escenario de una crisis de gobierno y del caos político: el ex primer ministro Silvio Berlusconi ha forzado la salida de cinco ministros del gobierno de su partido Pueblo de la Libertad, que anunciaron el sábado que dejarán sus cargos, desencadenando una crisis política de final incierto. Tras meses de tensión provocada por la condena en firme contra Il Cavaliere a prisión por fraude fiscal que su grupo político consideraba inaceptable, el gobierno de coalición del primer ministro Enrico Letta está al borde del colapso. Y a ello se une la grave recesión económica que vive el país, la más fuerte de la posguerra, y su enorme montaña de deudas.

"El condenado hunde a Italia", titulaba el diario de izquierdas Il fatto quotidiano en referencia a la estampida del campo de Berlusconi. Otros diarios ya especulan sobre qué ocurrirá ahora y qué alianzas de gobierno podrían formarse. Y es que todos los grandes partidos de Italia están divididos y esta situación totalmente imprevisible recae sobre todo y una vez más en el presidente, Giorgio Napolitano, que tendrá que volver a celebrar consultas con Letta. Napolitano había rechazado hasta el momento estrictamente la convocatoria de nuevos comicios mientras no haya una reforma de la ley electoral, pues al igual que en febrero podría volver a desencadenar una situación de bloqueo en el Parlamento. ¿Nuevas elecciones en 2013? Lo más probable es que no. Si Letta presentara su dimisión, Napolitano podría instalar un gobierno de transición con el objetivo de sacar adelante una ley de estabilidad y una reforma electoral, para que el país no vuelva a hundirse en el caos tras las próximas elecciones. "Jaque a la italiana": así califican los analistas políticos en Roma lo que acaba de ocurrir. A raíz de la posible retirada a Berlusconi de su escaño como senador tras su condena en firme por fraude fiscal, los diputados de su partido de centro derecha PdL amenazaron con dimitir en bloque. El precavido Letta no quiere seguir en el poder con un gobierno tan inestable y tampoco dejarse extorsionar por Berlusconi. Por eso respondió al desafío del campo de Berlusconi, sometiendo al Parlamento una cuestión de confianza antes de que la comisión del Senado se pronuncie a favor o entra de la expulsión del senador. De esta forma, Letta obligará a su socio de derechas a decantarse públicamente sobre su postura en el gobierno.

Sin embargo, en el partido de Berlusconi parecen imponerse los más radicales: siete meses después de las últimas elecciones nacionales con un resultado de bloqueo y cinco meses después de la formación de una coalición de gobierno no deseada por el propio Berlusconi, el Ejecutivo está al borde del colapso. Y la situación en el inestable país, que ha vuelto a ser mirado con lupa por los mercados financieros, podría tener un final abrupto. Mientras todos esperan los próximos pasos del jefe de Estado, se ve empieza a haber movimiento en los partidos. "El PdL parece (estar) ante una implosión", analizaba el diario liberal La Stampa de Turín. En el campo de Berlusconi hay muchos que quieren continuar un camino moderado centrista, pero parecen ahora en un segundo plano. También el PD de Letta está dividido y es que una mayoría estaba desde el principio contra una coalición con Berlusconi. Y mientras, en la formación de protesta Cinco Estrellas (M5S) muchos se rebelan contra su líder Beppe Grillo que quiere rápidamente nuevas elecciones y pide una coalición de la izquierda.

Habrá que esperar para ver si el panorama italiano cambia drásticamente. Todo debe cambiar para que todo siga igual, dice un dicho del país. ¿Y Berlusconi? Il Cavaliere se enfrenta a unas semanas agitadas, al igual que la política en Roma. El Senado se pronunciará sobre su futuro político y él mismo tendrá que decidir antes de mediados de octubre si cumple su condena del proceso Mediaset en arresto domiciliario en su villa de lujo o si prefiere prestar servicios sociales. A ello se unen otras sentencias pendientas. Pero antes, en los próximos días se escribirá otro capítulo de la crisis de gobierno. Un año muy movido para Italia.

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