Correcalles para estrenar el Mundial (1-1)
Grupo A · Sudáfrica-México
Sudáfrica y México empatan a goles y a despropósitos encontrando el premio cuando menos lo merecieron.
Aunque parezca increíble, el Mundial ha comenzado. Increíble porque el Sudáfrica-México inaugural resultó un correcalles infumable en el que la emoción por saber qué equipo cometería la imprudencia mayor fue lo único que justificaba quedarse pegado al Jabulani a una hora tan problemática. Sudáfrica acarició el triunfo cuando México apretó y lo entregó cuando a su rival le empezaba a atenazar la responsabilidad.
Verse con cero puntos con Francia aún en el calendario no era plan y cada uno lo planteó a su manera. México, sin un elemento arriba que resuelva, acapara la pelota buscando llegar mucho con Dos Santos y Vela por los flancos (su verdadero patrimonio ofensivo), mientras Sudáfrica se pasó más de media hora con las líneas apretadas observando de qué iba la historia. Dos Santos pudo adelantar a México, Vela lo logró pero en fuera de juego y Sudáfrica se marchó al descanso con más dudas todavía que las que se presuponían para un anfitrión de perfil tan bajo como el suyo.
Pero fue volver de la pausa y apagarse México. No es que lo estuviera bordando, desde luego que no, pero llevaba el peso y las ocasiones eran suyas. Ya no lo fueron. Sudáfrica demostró que sabe jugar, que no pierde la pelota, que la lleva al toque hasta el área rival y que tiene más velocidad que otros. Y, como esperaba Parreira, el trotamundos responsable de que la selección africana justifique su papel de local, llegó su ocasión y no la desperdició.
A la primera, dentro. El colmo de la efectividad. Pero justo premio a un contragolpe espectacular. Recuperando en la línea defensiva propia, en tres toques recibió en largo Tshabalala de Modise y el rápido extremo surafricano aprovechó las dudas del portero para ganar en carrera a su par y lanzar un obús cruzado y perfecto a la escuadra izquierda de Pérez.
Fue como un sobresalto que sacó a todos del tedio. Aburridos ya de la vuvuzela, supuso un shock en especial para México, que quedó paralizado. Incapaz de hilar lo más mínimo, ni llegaba ni daba la impresión de poder hacerlo. Sudáfrica soñaba con comenzar con victoria su Mundial. Pero...
Rivalizando en despropósitos, un fuera de juego tirado de manera indecente por Mokoena permitió que hasta tres mexicanos se encontraran en posición correcta cuando Guardado envió al corazón del área. Mokoena no llegó en el salto y Márquez recibió totalmente solo fusilando a Khune a poco más de diez minutos del final.
México había apostado por el orden y el control y se encontró con un panorama totalmente diferente. Tan diferente, que aprovechó precisamente ese desorden para no verse abocado a un match-ball ante Francia en la segunda jornada.
Como aún había tiempo para una nueva vuelta de tuerca, el espigado central Rodríguez, fundido, no fue capaz de responder en carrera ante Mphela, que se plantó ante Pérez en la única jugada en la que se le vio con el balón controlado. El delantero local remató peor que regular, pero lo hizo al palo mientras Pérez daba un saltito avergonzado. Un palo que salvaba a México y que coronaba un encuentro muy discreto en el que las carencias mostradas por ambos permitieron mantener el pulso a la cuestión hasta que el árbitro uzbeko Irmatov (¿no había uno más exótico para un partido tan delicado como el inaugural?) decidió que el correcalles siguiera en su lugar natural, en las calles de Johannesburgo.
1 - Sudáfrica: Khune; Gaxa, Mokoena, Khumalo, Thwala (Masilela, 46'); Modise, Dikgacoi, Pienaar (Parker, 85'), Letsholonyane, Tshabalala; y Mphela.
1 - México: Pérez; Juárez, Márquez, F. Rodríguez, Salcido; Aguilar (Guardado, 54'), Torrado, Osorio; Dos Santos, Franco (J. Hernández, 72') y Vela (Cuauhtémoc Blanco, 67').
Goles: 1-0 (54') Tshabalala. 1-1 (79') Márquez.
Árbitro: Ravshan Irmatov (Uzbekistán). Amonestó a Juárez (18'), Dikgacoi (27'), Torrado (57') y Masilela (70').
Incidencias: Partido inaugural del Mundial 2010. Tercer mundial para Sudáfrica, decimocuarto para México, que abre por quinta ocasión un Mundial. El estadio repleto de amarillo con manchas verdes de mexicanos en una tarde soleada y fresca. El presidente de México, Felipe Calderón fue uno de los 84.490 espectadores.
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