Un Mundial con guantes y bufandas
El de Argentina 78 fue el último Campeonato del Mundo que se disputó en invierno. Bloemfontein y Ciudad del Cabo son las sedes más frías.
En las mesas al aire libre del tradicional restaurante Moyo, en Johannesburgo, los clientes cenan cerca de estufas y enrollados en mantas para protegerse del frío, mientras que del vigilante del lugar sólo se ven los ojos: todo el resto de su cabeza está cubierto por una gorra y una bufanda.
El Mundial de Fútbol de Sudáfrica, que comenzará este viernes, es el primero en disputarse en invierno desde Argentina 1978, y las bajas temperaturas sorprendieron a muchos de los equipos visitantes, acostumbrados a pensar en África como una región de clima tropical.
De las nueve ciudades sudafricanas que recibirán partidos del Mundial, sólo tres -Durban, Ciudad del Cabo y Port Elizabeth- están a nivel del mar, donde las temperaturas no suelen caer demasiado. En otras sedes, ubicadas a alturas entre 1.400 y 1.700 metros -como ocurre en Bloemfontein y Johannesburgo-, las temperaturas por las noches se acercan a cero o hasta alcanzan niveles negativos, lo que supone una caída brusca de alrededor de 20 grados Celsius cuando baja el sol.
Hasta en Pretoria, donde esta semana el clima estuvo relativamente ameno, el frío molesta a algunos. El equipo de México, por ejemplo, optó por realizar solamente un turno diario de entrenamiento en lugar de dos, como había venido haciendo en la gira previa. "(Es) por el frío, por eso (Javier) Aguirre (entrenador del México) prefiere un solo entrenamiento diario a la mañana, más largo de lo habitual", dijo el portavoz de la selección de México, Juan José Kochen.
El clima del final de otoño en Sudáfrica no genera reacciones negativas en las filas de la selección de Argentina, dirigida por el ex astro Diego Maradona. "No influye para nada, venimos del frío en Argentina y en Europa recién están saliendo del invierno, los jugadores no sintieron un cambio abrupto", aseguró una fuente de la delegación.
Pero otros equipos adoptaron precauciones. La selección española, una de las grandes favoritas a conquistar el título en Sudáfrica, trató de preparar a sus jugadores para el clima invernal, y realizó la segunda fase de su preparación bajo frío y lluvia en la ciudad austriaca de Schruns, en condiciones muy distintas a las de la cálida primavera ibérica.
Luis Fabiano sufrió una gripe en la Confederaciones
Una medida parecida fue adoptada por Brasil, que inició la preparación en la ciudad meridional de Curitiba -una de las más templadas del país- y llegó temprano a Johannesburgo, para permitir la adaptación de sus futbolistas al clima local, donde el viento polar agudiza la sensación de frío. Sin embargo, el portavoz Rodrigo Paiva aseguró que no hay quejas entre los pentacampeones: "Todos ellos viven en Europa, están más que acostumbrados. Alguno hasta actúa en Rusia".
Pese a las aseveraciones de Paiva, lo cierto es que el año pasado el frío sudafricano se cobró por lo menos una víctima en el scratch verdeamarillo: el delantero Luis Fabiano, quien se enfermó con una fuerte gripe tras jugar un partido contra los Bafana Bafana por las semifinales de la Copa Confederaciones. "El frío acá es mucho peor que el de Europa, no sé por qué", se quejó entonces el artillero del Sevilla, acostumbrado a las temperaturas más amenas de Andalucía.
Bloenfontein, la sede más fría
Con Luis Fabiano coincidió en esa ocasión el seleccionador de Alemania, Joachim Löw: "Hace frío, se hace de noche muy temprano, y además está la altura. Habrá que acostumbrarse por unos días para que se pueda alcanzar rendimiento máximo", afirmó el entrenador, quien el año pasado se manifestó especialmente perplejo por el clima en Bloenfontein, la más fría entre las sedes del Mundial. En esa ciudad, que recibirá partidos de España y de Honduras, las temperaturas nocturnas en los próximos diez días caerán a hasta tres grados negativos.
Hay otras ciudades de clima más suave: Nelspruit, sede de la concentración chilena, ofrece durante el día temperaturas cercanas a los 20 grados, al igual que Rustenburgo o Polokwane, en el interior, o Durban, sobre el Océano Índico, donde los termómetros en el final de otoño oscilan entre mínimas de 14 y máximas de 24 grados.
El mar también moderará algo el frío en Ciudad del Cabo, pero el viento y la humedad, además de periódicas lluvias torrenciales que suelen ocurrir en esta época del año, hacen que sea una de las sedes más inclementes del Mundial.
El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, hace oídos sordos a las críticas, y argumenta que las temperaturas de otoño/invierno en Sudáfrica son buenas -y no malas- para el nivel del Mundial. "El clima acá es ideal para el fútbol. Es mucho mejor jugar con frío que con el calor de los Mundiales de Corea 2002 y Alemania 2006, o de los Juegos de Pekín. Así es imposible jugar".
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