Un embajador con cuatro siglos de historia

Rumbo a Shangai desde Andalucía parte un velero español. Una creación inspirada en los antiguos galeones españoles y que combina la estética propia de sus antepasados del siglo XVII con las técnicas más modernas del siglo en que nos encontramos. Tras esta gran embarcación que ahora surca las aguas del Mediterráneo se esconde un proyecto al que se han dedicado numerosas horas de trabajo, pruebas y estudios de archivos históricos que han logrado dar vida a un sueño que ha tardado casi dos años en ver la luz: el llamado Galeón de Andalucía.

Su propio nombre ya puede evocar a algunos la majestuosidad de esta 'maqueta real' que abarca más de 320 metros cuadrados de superficie útil, con seis cubiertas, 51 metros de eslora y tres mástiles con siete velas que se alzan al cielo hasta 40 metros de altura. En todo ello adquiere un papel central la madera que da forma al esqueleto del galeón: de roble, pino e iroko.

Una estructura que se completa con fibra de vidrio y resina de poliéster; hierro fundido, hierro forjado y clavazón de hierro galvanizado. Todo ello unido para garantizar que soportará el envite de las olas y la fuerza del viento que sufrirá a lo largo de su travesía hacia China, donde se espera que la tripulación arribará en el mes de Julio. Allí espera el último de los puertos, tal vez el más ansiado: el de la Exposición de Shangai.

En ella el Galeón ya no será sólo un barco, sino que se habrá convertido en un pabellón flotante que permitirá que todos los que suban a bordo conozcan la tierra de la que procede mediante un programa de difusión del turismo, el comercio y la industria andaluza. Será símbolo de más de tres siglos de relaciones comerciales entre España, América y Asia, y en definitiva, se convertirá en el mejor embajador de Andalucía y de España en Oriente.