Viaje imaginario | Crítica
Un virtuoso barroco
Crítica '10.000 noches en ninguna parte'
10.000 noches en ninguna parte. Drama. España, 2013, 113 min. Dirección: Ramón Salazar. Intérpretes: Andrés Gertrúdix, Lola Dueñas, Najwa Nimri, Susi Sánchez.
El único hurto inconsciente que Ramón Salazar acomete en 10.000 noches en ninguna parte es el del rostro del gran Pierre Étaix, que a veces parece reflejarse en el de su hiperestésico protagonista masculino, Andrés Gertrúdix, al que aún deben dolerle los párpados de forzar el rictus de soñador. Y decimos inconsciente, porque creemos que nadie que haya visto Le soupirant o Le grand amour pueda rodar de esta manera.
Son las posibilidades de enfoque de la tecnología digital lo que parece haber monopolizado el pensamiento formal de una película que sin rubor alguno procura venderse como inclasificable y novedosa partiendo de referencias formales y temáticas explícitas. Así, Salazar parece haber esperado a que Malick y Gondry hicieran sus peores películas para copiarles el estilo y degradarlo aún más. Todo visto y oído mil veces (incluso el espíritu de Medem arrastró sus pavorosas cadenas por la sala), subrayado con aparente desgana y evidente oportunismo. Misteriosa presencia en una sección oficial que programa a Claude Lanzmann, Alain Guiraudie o Claire Denis.
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