Alemania, Francia, Italia y España acuerdan un plan para el crecimiento europeo
Merkel, Hollande, Monti y Rajoy presentarán en el próximo Consejo Europeo un plan de 130.000 millones de euros que irá acompañado de iniciativas para una mayor integración política y bancaria.
Los líderes de las cuatro primeras economías de la zona euro, Alemania, Francia, Italia y España, acordaron dedicar 130.000 millones de euros, es decir, el 1 por ciento del PIB de la Unión Europea (UE), al crecimiento económico, y acompañar esta iniciativa con una mayor integración política y bancaria. En una reunión en Roma, la canciller alemana, Angela Merkel; el presidente de Francia, François Hollande; el primer ministro italiano, Mario Monti, y el jefe del Ejecutivo español, Mariano Rajoy, llegaron a un acuerdo sobre los pasos que, a su juicio, tienen que dar en los próximos meses para salvar la moneda única.
Los cuatro líderes -invitados por Monti a esta reunión el pasado mayo durante las cumbres del G8 y de la OTAN en EEUU- acudirán al Consejo Europeo de la próxima semana con una postura común, en la que apuestan por una mayor integración para otorgar una mayor estabilidad al euro y políticas que propicien el empleo. "En el próximo Consejo Europeo propondremos medidas para relanzar la economía, con inversiones, una apuesta por el fomento del empleo y el incremento de la competencia en Europa, así como hacer más en el mercado único europeo", dijo Monti en el primer turno de palabra de la comparecencia de prensa posterior al encuentro, en la que estuvo acompañado por Merkel, Hollande y Rajoy. "Deseamos, además, esperamos, presentar un paquete de medidas de crecimiento a nivel europeo, por valor del 1 por ciento del PIB de la Unión Europea, es decir, de unos 130.000 millones de euros", agregó.
Alemania, Francia, Italia y España trabajan ya para definir los términos del gasto público que se deberá acometer para la inversión necesaria en pro de ese relanzamiento económico de una Europa y una zona del euro que se sitúa en el centro de las preocupaciones de los mercados financieros. Pero no olvidaron que todas estas medidas para el crecimiento, de las que no ofrecieron detalles, ni siquiera sobre el origen de esos 130.000 millones de euros, deben ir acompañadas del rigor fiscal, un tándem necesario en la nueva agenda europea.
"Hemos hecho una apuesta clara y contundente para el futuro de Europa. Queremos más Europa, queremos una unión política, queremos una unión económica, queremos una unión bancaria y una unión fiscal", afirmó Rajoy. El presidente del Gobierno español señaló cinco asuntos en los que ha habido acuerdo con Italia, Francia y Alemania, empezando por el control del déficit público y la deuda estatal y la aprobación de reformas estructurales para mejorar la competitividad económica. Asimismo figura en esta agenda que las cuatro primeras economías del euro proponen una serie de reformas estructurales en el seno de la UE, mejores mecanismos de estabilidad financiera y una mayor unión e integración entre los socios comunitarios. "Ha habido una apuesta indiscutible por la irreversibilidad del euro, que es el proyecto más importante que hemos puesto en marcha los europeos", dijo Rajoy al referirse a lo acordado con sus colegas.
Por su parte, Hollande abogó por ofrecer "una mayor confianza a Europa" con una "señal de cohesión, coherencia, estabilidad y solidaridad" en el próximo Consejo Europeo, a donde estos cuatro países se presentan además con una acuerdo sobre la tasa a las transacciones financieras. "El tema del crecimiento y del empleo tiene que abordarse más enérgicamente, después de que nos hemos ocupado del pacto fiscal. Para el próximo Consejo Europeo es necesario dar señales claras", dijo Merkel, en un discurso que no se centró solo en la necesidad del rigor fiscal.
En el encuentro no se ha alcanzado un acuerdo sobre la posibilidad de que se inyecten directamente las ayudas a los bancos con necesidades a través de los fondos de rescate, sin pasar por los Estados, algo que ha pedido tanto la Comisión Europea como el Fondo Monetario Internacional (FMI) ante el préstamo al sector financiero español. Preguntada sobre ello en rueda de prensa, Merkel rechazó esta posibilidad, alegando que no existe una autoridad comunitaria que controle la acción de la banca de cada país y, por tanto, debe ser cada Estado quien responda de esos préstamos porque es cada Gobierno nacional quien puede hacer exigencias a sus bancos.
Monti, quien recordó que Alemania y Francia fueron los primeros en 2003 en saltarse los compromisos europeos sobre el déficit, insistió en la posibilidad de que se utilicen el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) y el Mecanismo de Estabilidad (MEDE) para comprar deuda y relajar la prima de riesgo de países como España o Italia, pero sobre este asunto no se llegó a un acuerdo, aunque Hollande ha dado su apoyo a esta propuesta.
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